—Tengo que ir al baño—Intento llamar la atención de los dos hombres al frente de mi pero me ignoran completamente—Oigan—Les llamo la atención—Oigan—Grito—Tengo que ir al baño.
Ambos me miran recordando que estoy ahí.
Oliver se acerca a mi y me quita las esposas para después sujetar mi muñeca.
—Actúa con normalidad—Susurra a mi oido al salir del búnker y volver al bar.
Tommy me observa, está a punto de acercase a mi pero se detiene al ver que Oliver me lleva de la mano, vamos al final de bar y abre la puerta para que pueda pasar, entro y me giro para verlo.
—Es el baño de mujeres—Hablo obvia y lo detengo al ver cómo iba a entrar, el alza su ceja—Necesito privacidad—Cierro la puerta en su cara.
—Estaré justo afuera, no pienses en escapar—Lo escucho hablar del otro lado.
Me miró al espejo y mi boca se abre, no había pensado en salir por los baños, que acomplejado estaba Oliver. Me detengo en los lavabos y me quito los tontos tacones, con la liga que llevo en mi muñeca me agarró el cabello en una coleta de caballo y camino hasta el último sanitario dónde se supone debería encontrar una venta.
Abro y precisamente hay una ventana suficientemente grande como para que salga de ahí, me pongo de pie sobre el inodoro y con mis manos hago presión para abrir la ventana, después de tanto luchar está se abre y puedo ver el callejón de salida.
Lo más difícil venía, nunca tuve buena condición física y no era muy buena saltado lo único que podía hacer bien era subir y trepar a la alacena dónde mi madre guardaba mis galletas favoritas.
—Vamos Camille—Me ánimo a mi misma—Tu puedes—Susurro.
—Camille—El grito de Oliver me espanta—Rápido—Apresura.
Me doy prisa y salgo por la venta, doy un pequeño salto para tocar el piso y caigo de rodillas, me quedo unos segundos en el suelo quejándome del dolor. Con mucho esfuerzo me pongo de pie y comienzo a caminar rápidamente.
Me detengo al sentir como una pequeña piedra se enterro en la planta de pie izquierdo.
—Debí traer los tacones conmigo—Bufo.
(...)
Abro la puerta y entro con cansancio, Roy me mira y su mirada cambia de una tranquila a una de preocupación.
—¿Qué diablos te paso—Pregunta acercándose a mi.
—Una larga historia—Murmullo.
—¿Alguien te hizo daño?—Me guía a la habitación—Si alguien te llegó a tocar un pelo te juro que... Dame su nombre...
—Tranquilo Roy—Intento calmarlo—Solo perdí mis tacones y si mi cabello está así fue por el aire—Sonrió, luce aliviado y deja caer una cobija sobre mi.
—¿Cómo perdiste tus tacones?—Se burla.
—En el baño—Suelto unas risitas—Quería descansar de ellos y alguien los tomo—Miento.
—Idiota—Susurra pero lo ignoro—Será mejor que te arregles—Informa cambiando de tema—Thea quiere que vayamos a comer con ella.
