At the end. [Vkook] Omegaverse. COMPLETA

Thirty Six

—Obviamente… no fue al azar que el ataque fuera justamente finales de primavera inicios del verano, donde hay más horas de sol… malditos hijos de puta—gruñó nuevamente el mayor.

—Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para detener el avance y proteger el que por siglos ha sido nuestro territorio… pero aunque somos fuertes y ágiles, nos ganan en número… y armas...En días posteriores… más de nosotros murieron y quedaron heridos.

—¿Tu hermano?— concluyó Jungkook trágicamente conectando todos los puntos en su cabeza.

La mirada de Taehyung se ensombreció—Sí… a Jinnie prácticamente lo torturaron para que revelara la ubicación de todos nosotros—los ojos de Taehyung se humedecieron a medida que hablaba—lo expusieron al sol mientras le gritaban y se burlaban… él era leal no dijo una palabra… pero sufrió un derrame y por eso está en coma… si te dije que vivimos debajo de la tierra entenderás que no tenemos hospitales ¿verdad? igual no es que nos enfermemos, fue horrible ver como lo torturaban… maldita sea—Taehyung miró hacia el techo de la habitación—todo por su jodido petróleo de porquería.

Jungkook sintió una opresión en el pecho tan fuerte que hizo que sus ojos se colocaran cristalinos.

—Esa no es la peor parte… o no sé—intervino el mayor al ver que Taehyung no lograba articular palabra debido a la cantidad de emociones dolorosas que lo surcaban al recordar el episodio de su hermano, solía pasarle los primeros días después del ataque que soñaba con sus gritos taladrandole el cráneo, Taehyung había sido quien arriesgó su vida para sacarlo de allí, Jin era de sus hermanos más queridos—como notaron que la sombra de los árboles nos ayudaba para poder permanecer activos de día más tiempo… incendiaron ¡todo el jodido bosque!

El daimo menor no aguantó y estalló en llanto como un niño pequeño, su cuerpo se contraía en pequeños espasmos producto de los sollozos que soltaba al recordar los gritos de sus compañeros rompiéndole los tímpanos, al rememorar como el fuego consumió todos los sitios en los que le gustaba pasar el tiempo en medio de toda la locura que sucedió en esos días—¡Son unos jodidos hijos de la gran puta!—bufó dirigiendo una mirada de ¿odio? a Jungkook, que se encogió sobre el sillón en el que estaba sentado al notar esos amenazantes ojos de plata observarlo por primera vez puestos en el rostro de Taehyung, ahora que lo pensaba era realmente vulnerable ante esos dos seres con los que compartía habitación, lo podían despedazar en un santiamén…

Taehyung pareció volver en sí, cerrando los ojos y concentrándose para regular su respiración, cuando los volvió a abrir eran los marrones que Jungkook conocía.

—Esos días en los que acabaron de esa forma con todo lo que teníamos, con el lugar que nos vio crecer y a todos los nuestros que mataron y dejaron heridos, supimos que esa batalla no la ganariamos en ese bosque y decidimos investigar, ¿quién estaba detrás de toda esta mierda? Nosotros no nos habíamos metido con nadie.

Y al omega unas punzadas de temor le afectaron los órganos internos, que parecían sangrar por la forma en la que le dolía respirar ¡Su padre! ¡su padre tenía responsabilidad en todo esto! ¿O sea que Taehyung vino a acabar con él? ¿O sea que por culpa de su padre casi muere su hermano y murieron los demás? no quería ni seguir pensando… se sentía avergonzado y asqueado de quien era su familia ¡de todo! tenía miedo, tuvo que colocarse de pie y vomitar, menos mal el baño estaba en la misma habitación.

Al parecer, el embarazo agitaba todas sus emociones… Jungkook trataba de calmarse en lo que agarraba con fuerza la fría porcelana del inodoro que recibía sus arcadas sin protestar, como si lo hacía su corazón, su alma.

Unas manos lo ayudaron a colocarse de pie y jalaron la cadena del baño, para acercarlo al lavamanos y darle tiempo de lavar su boca y respirar para que la decepción no terminara por quebrarle la garganta, las náuseas volvieron a asomarse cuando se percató que era Taehyung quien lo ayudaba a permanecer de pie, al parecer el consumir la sangre lo había revitalizado al punto de dejarle moverse sin dolor.