𝘾𝘼𝙋𝙄́𝙏𝙐𝙇𝙊 18

476 46 7
                                    

————————————————————

𝘾𝘼𝙋𝙄́𝙏𝙐𝙇𝙊 18: 𝘾𝙍𝙐𝙕𝘼𝙍 𝙀𝙇 𝙏𝙐́𝙉𝙀𝙇

——————————————————————————— EL CIELO PARPADEA, CAMBIA DE COLOR Y DE TONALIDAD  oscura conforme el tren aumenta o decrece su velocidad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


————————————————————
——————— EL CIELO PARPADEA, CAMBIA DE COLOR Y DE TONALIDAD  oscura conforme el tren aumenta o decrece su velocidad. Las ráfagas de aire se cuelan por las puertas abiertas y son frías en mi piel, por lo que intento resguardarme con el cuello de la chaqueta. El único ruido que escucho es el rumor de la máquina, su grito sobre las vías, me siento como el personaje protagonista apunto de ver el amanecer.

La escena sería romántica sino fuera porque me he escapado del complejo de Osadía por la puerta que los veteranos nos enseñaron ayer—seguramente sin la idea de que nos fuésemos a escapar por ahí. Yo, sinceramente, tampoco me lo había planteado, pero la visita de un periodista erudito indagando sobre Abnegación ha encendido mis nervios y necesito respuestas.

Y también volver a casa, a lo que me queda de ella.

Mi estómago da un vuelco cuando atisbo el sector gris de cemento, el tren se aproxima con velocidad a las cercanías de mi antigua facción. Despego la mirada de las construcciones con temor a encontrar aquellas donde crecí, mi pasado vibra por todos mis huesos.

Me doy fuerzas a mí misma— aunque estoy superada por el cansancio— para saltar del tren sin matarme en el intento. Aprovecho que estoy en el primer vagón y me arrojo al suelo de forma casi natural, es una lástima que ningún supervisor haya visto el buen aterrizaje que he hecho. Los latidos de mi corazón resuenan en mi pecho, palpita con fuerza y nerviosismo debido a la proximidad de mi pasado, pero no es allí a dónde me dirijo... sino al túnel de los olvidados.

      El túnel de los olvidados, del olvido. Me acerco con pasos menos decididos de lo que me gustaría , cada vez que iba allí mi corazón se aligeraba, mis problemas dejaban de ser tan grandes y me entregaba a mi educación altruista esforzándome por ayudar al desfavorecido, a los Sin Facción..., los abandonados.

   Mis manos se esconden en los bolsillos de mi chaqueta, me acerco cada vez más y deseo con fervor que la sensación siga siendo la misma... o al menos, parecida. Un paso, otro paso, otro paso más y me adentro en él, el cemento cubre mi cabeza y el olor a tabaco y miseria inunda mis fosas nasales.

    Bato las pestañas, obligándome a caminar rápido. Han cambiado muchas cosas, la ropa que ahora visto, mi estatura; pero sin embargo hay algo en común con la última vez que estuve aquí: ni mi madre ni mi hermano me acompañan.

—. ¿Ya estáis haciendo una redada?— un reclamo rompe el silencio de la noche avanzada, me pone alerta. Giro mi mentón viendo apoyado en la pared a un hombre vestido con recortes de ropas de otras facciones. Intento reconocerlo, pero o ha envejecido mucho o antes no venía aquí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 06, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝙈𝙀𝙏𝘼𝙈𝙊𝙍𝙁𝙊𝙎𝙄𝙎Where stories live. Discover now