𝘾𝘼𝙋𝙄́𝙏𝙐𝙇𝙊 17

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𝘾𝘼𝙋𝙄́𝙏𝙐𝙇𝙊 17: 𝙇𝙊 𝙌𝙐𝙀 𝙃𝘼𝘾𝙀 𝘼 𝙐𝙉 𝙑𝙄𝙇𝙇𝘼𝙉𝙊

𝘾𝘼𝙋𝙄́𝙏𝙐𝙇𝙊 17:  𝙇𝙊 𝙌𝙐𝙀 𝙃𝘼𝘾𝙀 𝘼 𝙐𝙉 𝙑𝙄𝙇𝙇𝘼𝙉𝙊

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NO ES DE GRANITO, NO ES DE ACERO. RESPIRA, EL AIRE SE ESCAPA
de sus labios y sus latidos palpitan en mi piel, así que debe de tener corazón.

Tengo tantas dudas, cómo cada vez que me enfrento a un monstruo la curiosidad me empuja y me pone en peligro. En mi lengua arden las preguntas, quiero saber cómo se tiene la entereza para apuñalar a alguien sin sentir náuseas y seguir cómo si nada, quiero saber cómo se puede respirar sin que la culpabilidad te asfixie.

Una vez dije que Peter tenía corazón..., ahora mi boca sabe a metal.

Siento mi sangre esperándose, las voces de Cuatro y de mi hermano avisándome, las voces del resto calificándolo de monstruo. Siento sus latidos en el brazo con el que apreso su garganta, siento su nuez aunque él apenas trague saliva.

¿En que momento las manos del chico al que salvé de una paliza en la escuela se llenan de sangre con tanta facilidad? Éramos unos críos, somos unos críos..., y Peter casi que es un asesino.

—. Te dije que te fueras a dormir.

Su voz vibra contra mi piel, enciende el fuego de la rabia de nuevo. Confié en él, o por lo menos, confié en que no era tan mala persona.

Sonríe, se atreve a hacerlo. Siento el espesor del veneno escocer en mi lengua.

—. ¡Me prometiste que no habría sangre de por medio!

Curva los labios de nuevo y yo me separo, solamente para que mi mano se acerque a su mejilla en un gancho. Mi rabia no es suficiente y Peter lo detiene sin dificultad empujándome lejos de él.

¿Ahora no quiere pelear?

Me doy la vuelta cerrando mis dedos en mi pelo. Grito en silencio, cuento hasta diez..., hasta veinte..., hasta treinta.

—. Nunca te lo prometí.

Vuelve a hablar, rompe el silencio, lo dice como si nada. Sin emoción alguna, es tan vacío que temo caerme en el abismo. Lo enfrento de nuevo volviendo a mirarlo, a fijar mis ojos en los suyos aunque me maree al hacerlo.

—. Edward es una buena persona— mascullo, con un hilo de voz—. Él no se merecía esto.

Suelta una carcajada, tan profunda que echa la cabeza para atrás—. Apenas lo conocías, princesa. Lo superarás.

𝙈𝙀𝙏𝘼𝙈𝙊𝙍𝙁𝙊𝙎𝙄𝙎Where stories live. Discover now