El Tiempo se Acaba

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Anna caminaba nerviosa de un lado a otro por la oscura cueva, era el momento de la verdad, si Henry moría esa noche sería en parte por su culpa, y sí Pan era derrotado no sabía si podría tolerarlo.

La chica le lanzó otra ojeada al gran reloj de arena que corría segundo a segundo, Pan le había explicado que el reloj representaba el tiempo que podía quedarse en Nunca Jamás, la sombra le había dicho mucho tiempo atrás, y cuando el lapso pasara él moriría, y su tiempo estaba apunto de agotarse.

La única solución era tomar el corazón de Henry, un corazón nuevo, lleno de fe y esperanza, un corazón capaz de hacer reiniciar el tiempo. Pero que también le daría una magia inigualable y lo haría invencible.

La chica lanzó otra mirada al cielo nocturno, en cualquier momento llegaría Pan con Henry y comenzaría el plan.

Anna temblaba de pies a cabeza, sabía que Rumplestiltskin llegaría muy pronto junto a Emma y Regina, y que traería con él aquello con lo que podía detener a Pan, que logró conseguir gracias a que la misma Anna le envió un mensaje a los Darling, obligándolos a dejar que Ariel se llevara lo que buscaba, y les prometió a cambio devolver a la mocosa de Wendy porque sabía que Pan no lo haría. Sabía también que Pan no estaba enterado de eso, su trato hacia ella no había cambiado, pero temía que la descubriera en cualquier momento.

Como si hubiera sido invocado, Pan apareció por las escaleras junto a Henry, el pequeño miró asombrado al gran reloj que ya comenzaba a irritar a Anna.

-¿Qué es esto? - preguntó Henry.

-Este reloj indica el tiempo que nos queda antes que la magia se agote - respondió Pan señalando el gran artefacto.

-¿Anna? - la chica sonrió y saludó con la mano mientras Henry le lanzaba una mirada extrañado - ¿Qué haces tú aquí?

-Para animarte si te sientes inseguro de nuevo - contestó Pan por la chica, luego colocó una mano sobre el hombro de Henry - ¿Listo para salvar la magia?

El chico miró a Pan y luego a Anna, que seguía sonriendo lo más natural que podía, y luego de meditarlo un rato, no sin antes volver a mirar el reloj de arena, asintió con entusiasmo.

Pan sonrió abiertamente y llevó al chico más cerca del reloj, pero luego de unos cuantos pasos paró en seco y lanzó una mirada hacia las escaleras.

-¿Qué sucede? - preguntó Henry .

Pan sacudió la cabeza.

-Tengo que encargarme de algo primero - el chico empujó a Henry y arrastró a Anna hacia la parte de atrás del gran reloj, sentándolos en un escalón de piedra, y luego se agachó frente a ellos, su mirada sería y algo nerviosa - Quédense aquí y prepárense, muy pronto salvaremos la magia.

Los chicos asintieron y Pan por donde habían venido. Anna y Henry intercambiaron miradas extrañados y esperaron un rato.

La chica comenzó a impacientarse y se puso de pie de un brinco.

-¡Anna! - exclamó Henry en un susurro - ¿Qué haces? Tenemos que quedarnos aquí.

-Se ha tardado mucho, déjame ver qué está haciendo y vuelvo, ¿de acuerdo?

Henry la miró por lo que a Anna le parecieron minutos y luego asintió mientras apoyaba los codos sobre sus rodillas y bajaba la cabeza. La chica suspiró y sonrió antes de sacudir el cabello de Henry y escabullirse hacia el otro lado del reloj.

La pirata paró en seco al llegar a una posición donde podía ver todo. Parada sobre unas piedras, detrás del reloj.

Rumplestiltskin había llegado y se encontraba cara a cara con Pan, que estaba de brazos cruzados, observando al hombre con la cabeza ladeada.

Niña PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora