Sé Lo Que Hago

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Anna corría con todas sus fuerzas hacia el campamento de Emma, había logrado hacer que Pan le contara sus planes exactos con Henry; y ahora debía decirle todo a Emma.

La chica pronto llegó al lugar donde se habían asentado los héroes y lo primero que vio al llegar fue una despeinada cabellera rubia.

Anna paró en seco y empuñó su espada; el chico se dio la vuelta al advertir su presencia, pero ella estaba preparada y en un movimiento colocó la hoja bajo el cuello del chico.

-Félix- dijo masticando las palabras y frunciendo el ceño - ¿Qué haces tú aquí?

El chico rio por lo bajo.

-¿Qué te parece que hago? - dijo irritado - Ayudo a rescatar al chico, - Félix levantó una ceja obvservando a Anna de arriba a abajo - parece que no soy el único...

-¿Por qué? - preguntó ella ladeando la cabeza - ¿A tí que te importa?

-Absolutamente nada - susurró el chico escupiendo las palabras con desprecio - Lo único que quiero es salir de este infierno.

Anna alzó la ceja con ironía.

-Oh vaya, ¿qué sucedió Félix? ¿Acaso Pan decidió que era hora de tomar caminos separados?

-¿Sabes? Pensé que nuestra relación era mejor.

Anna volteó los ojos, irritada.

-Pues eso terminó, no soporto a los mentirosos... - la chica acercó más la hoja al cuello del rubio - ¡DIME QUÉ TRAMAS!

-¿Félix?

-Pero, ¿qué está pasando aquí?

Anna se volteó al escuchar la voz de Emma a sus espaldas; junto a ella estaban David y Mary Margaret, Garfio y Neal, y una chica morena que Anna jamás había visto antes. La desconocida se acercó a Félix corriendo y se lanzó en sus brazos, la pirata los observó con la ceja alzada y decidió preguntar luego.

-Emma - dijo, tenía que apresurarse antes que Pan notara su ausencia - Hay que darnos prisa, Pan planea tomar el corazón de Henry mañana.

Todos abrieron los ojos como platos.
Anna les explicó cómo Pan estaba muriendo y necesitaba el corazón para salvarse, causando la muerte de Henry, como una clase de intercambio; les dijo también que lo haría en la Roca Calavera y que ella debía estar ahí, Pan se lo había pedido.

Decidió contarles tambien acerca de Rumplestiltskin y lo que Ariel le había llevado desde Storybrooke, algo con lo que podían vencer a Pan.

Todos quedaron impactados luego de la explicación de Anna e intercambiaron miradas tratando de ponerse de acuerdo en qué hacer ahora.

-Parece que tenemos que buscar a Gold, entonces - Emma fue la primera en romper el silencio.

-Sea lo que sea que tenga en sus manos - intervino Neal - No podemos confiar en él, saben cómo es todo con mi padre - agregó cuando todos le dieron miradas extrañas - Todo tiene un precio, incluso el derrotar a un enemigo en común.

Anna se había quedado en la parte de "padre".
Así que Rumplestinskin, Blancanieves y el Príncipe Encantador eran los tres abuelos de Henry... La chica frunció el ceño confundida.

-Muchas gracias Anna - dijo Mary Margaret sonriendo.

La chica asintió devolviendo la sonrisa y dio unos pasos atrás.

-Tengo que volver, Pan no puede darse cuenta de que no estoy...

Garfio se acercó y la tomó del brazo.

-Anna, ¿ya sabes qué vas a hacer? - preguntó mirándola a los ojos.

La chica suspiró.

-Honestamente tío, creo que ninguno de nosotros lo sabe. Todo depende de cómo salgan las cosas.

Garfio asintió preocupado mientras la chica le dedicaba una sonrisa tranquizadora y se daba media vuelta, yendo de vuelta al campamento.

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Anna escuchó los pasos mucho antes de que Félix apareciera a su lado.

-Así que... Traicionaste a Pan, ¿por una chica?

Anna levantó la ceja divertida mientras el chico volteaba los ojos.

-Nunca pensé que algo así pasaría, pero soy feliz con ella, y sólo quiero tener una vida normal, donde pueda estar con Audrey sin tener que estarnos escondiendo.

Anna sonrió, ella tampoco hubiera pensado que Félix, la mano derecha de Pan, el más fiel de los niños perdidos, se enamorara tanto de una chica que estuviera dispuesto a abandonar a Pan por ella.

-Audrey, ¿huh? - Anna lo observó de reojo mientras el se sonrojaba levemente - Lindo nombre... Estoy feliz por tí.

Siguieron caminando uno al lado del otro un largo rato hasta que Félix rompió el silencio.

-Anna, ¿puedo decirte algo?

La chica frunció el ceño ante la extraña pregunta y luego asintió, observando al rubio de reojo.

-No confíes en Pan - la chica enarcó las cejas y él suspiró, bajando la vista - sé cómo te sientes por él, y sé también que él está confundido acerca de sus sentimientos hacia tí; pero te puedo asegurar algo, Peter Pan no es capaz de amar, así que no te dejes engañar.

La chica paró en seco, cruzándose de brazos y fulminando a Félix con la mirada.

-¿A qué te refieres exactamente? - preguntó de mala gana - ¿Acaso crees que soy tan ilusa como para no ver lo que es Pan? Lo sé, ha tenido momentos en los que me ha hecho dudar sobre su mala fama, pero siempre tengo los ojos bien abiertos...

Félix se encogió de hombros y se rascó la parte trasera de su cabeza, comenzando a caminar nuevamente.

-Sólo digo que tengas cuidado, nadie quiere que salgas herida. Pan puede ser muy convincente. Y también deberías tener extremo cuidado si el plan de Henry falla, porque tú también eres un caso especial y el hará lo que sea para obtener lo que quiere. Peter Pan nunca falla.

Anna bufó, sabía que Félix estaba en lo cierto, pero ella no necesitaba a nadie que la cuidara como si fuera una niña.

-No te preocupes Félix- dijo acelerando el paso y dejándolo atrás - Sé lo que hago.

Niña PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora