Capítulo 10

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Una semana después...

Kerem ya se encontraba en casa después de lo sucedido. Su cuerpo ya casi estaba recuperado gracias a los medicamentos que tuvo que tomar durante varios días por la insistencia de Hande ya que estaban asquerosos y se negaba a tomarlos. Poco a poco iba incorporándose en los entrenamientos con Sahin y eso lograba que sus días se hicieran menos pesados.

-Terminamos por hoy. No puedes esforzarte mucho aún.—comenzó a recoger las cosas que habían usado.—Para la siguiente semana reforzaremos los reflejos y volveremos a medir la intensidad de los golpes.—bajó del ring.

-De acuerdo.—respiró un poco agitado.—Tomaré una ducha y luego iré a casa. No me esperes papá.—bajó y comenzó a caminar dirección a los baños.

-Está bien.—le lanzó las llaves del gimnasio.—Cierra cuando termines y no olvides de comer algo para que las pastillas no te hagan daño. Nos vemos.—se despidió de él.

-Nos vemos.—se despidió también.

Se dirigió a las duchas y sacó de la taquilla su ropa de cambio que la dejó sobre una de las bancas, se quitó la que llevaba, tomó la toalla y se metió en la ducha. Dejó que el agua tibia recorriera cada parte de su cuerpo sintiendo así como sus malos pensamientos se iban con ella. No pudo evitar pensar en su madre, en que faltaba poco para la operación y en Hande, que cada vez que la veía se sentía completo.

Después de un buen rato bajo el agua, se dispuso a salir con la toalla sobre su cintura. Frente al espejo, peinó su cabello a su gusto y se vistió para salir por fin del gimnasio.

Antes de ir a casa pasó por la panadería para comprarle a Ahmed sus panecillos favoritos. Salió con la bolsa en la mano y justo cuando iba a emprender de nuevo su caminó chocó con alguien.

-Disculpa.—dijo rápidamente.

-Mira por donde vas.—una voz femenina se hizo presente seguida de la risa de un chico.

-¿Cristina?—se dió cuenta de quien era al alzar la vista.

-Pero bueno, ¿cómo está el amigo más bello de todos?—pellizco su mejilla.

-Bien.—respondió con una sonrisa.

-A mi no me dices esas cosas cariño.—comentó Enzo, su pareja.

-Tú eres el novio más bello del mundo y él es el amigo más bello también. Tengo un par de bombones a mi lado. Todas me envidian.—sacudió su larga melena.

-Ya sé que soy irresistible pero no peleen por mi. Hay Kerem para los dos.—chocó el puño con Enzo para después ambos soltar una carcajada.

-Que pasa, ¿ahora sois compañeros en el crimen?—alzó una ceja.

-Se podría decir que si.—respondió Enzo.

-Bueno Kerem, ¿cómo lo llevas con Hande?—preguntó curiosa.

Kerem no sé esperó aquella pregunta tan repentina y pudo notar como el calor se concentraba en sus mejillas. Estaba seguro de que en estos momentos se veía muy rojo.

-Bien. Vamos bien.—metió las manos en los bolsillos para que no notarán su nerviosismo.

-¡Kerem Bürsin!—alzó el tono de voz.—¿Qué clase de respuesta es esa? Quiero saberlo todo.—se cruzó de brazos.

-¡¿Ne?!—dijo sorprendido.

-No me hables en turco.—frunció su ceño.

-Tamam.—volvió a responderle para molestarla.

Lucharé por ti 》HankerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora