Hande está muerta...
Hande está muerta...
Hande está muerta...
Hande está muerta...Aquella frase no salía de su mente, volvía a repetirse una y otra vez haciendo que su corazón se escogiera de dolor. No podía creerlo. Su ángel ya no estaba con él. Se había ido y ya no tenía la protección de sus alas, ya no volvería a sentir su calor. Ya no volvería a verla.
Sin sabes cómo, acabo en el suelo escondiendo su rostro con sus piernas. Sus manos temblaban sin parar y su respiración estaba agitada por el llanto. Sentía como el miedo y la soledad invadían su cuerpo. Estaba aterrado.
Una enfermera vino muy apurada hacia ellos, parecía estar bastante agitada y preocupada. Ahmed se quedó junto a él mientras Sahin hablaba con ella.
-Disculpen las molestias, hemos revisado la base de datos y ha habido una equivocación. La chica que acaba de fallecer es una deportista extranjera.—explicó.
-Ella...—trató de hablar Sahin.
-Ella está viva. Hande Erçel está viva.—respondió.—Sentimos mucho la confusión, de verdad.—se disculpó.
Sahin comenzó a sonreír al procesar con claridad las palabras de la enfermera. Hande aún seguía con vida. No estaba muerta. Ella estaba ahí, tras la puerta, a pocos metros de ellos. Rápidamente se acercó a Kerem y se agachó a su altura, este estaba envuelto en llanto mientras se mecía. Estaba completamente en shock.
-Kerem, está viva.—lo movió.—¡Hande está viva!—exclamó con felicidad.
-¡Está muerta! ¡Está muerta!—comenzó a repetirlo una y otra vez.
-No, ella aún vive Kerem.—trató de calmarlo.
-¡No, ha muerto! ¡Ya no está!—cubrió su rostro con sus manos.—¡Me ha dejado solo!—sollozó.
-Siento mucho lo sucedido.—la voz del doctor se hizo presente.—¿Ustedes son los familiares de la señorita Erçel?—preguntó.
-Si, somos nosotros.—respondió Ahmed.—Mi niño, por favor escúchame.—se dirigió a Kerem que aún seguía en estado de shock.
-Doctor, ayudelo por favor.—dijo Sahin angustiado.
-Muchacho mírame.—se agachó hasta quedar a su altura.—Mírame.—trató de que lo hiciera pero no obtuvo resultado.—Ella está bien, tranquilo.—acarició su hombro.
-¿De verdad?—logró preguntar con un hilo de voz.
-Si, ¿quieres verla?—sonrió al ver que poco a poco volvía en si.
-¡Quiero ir con ella!—gritó de repente.
Kerem hizo el amago de levantarse pero su visión se volvió borrosa por unos segundos y sentía que todo a su alrededor se movía.
-Cuidado.—lo agarró el doctor antes de que pudiera caer.
-Tranquilo Kerem, estás muy débil.—se acercó a él.
-Antes de que la veas te pondré un suero para recomponerte. Podrias volver a marearte.—lo sentó en la silla.
-Estoy bien, puedo ir a verla ya.—dijo ansioso.
-No te dejaré verla hasta que te ponga el suero. Es por tu bien muchacho.—le advirtió.
-Kerem.—lo llamó al ver como este había apartado la mirada.
-Haz caso de lo que te dicen.—dijo Ahmed.
-Y no hagas enfadar a tu padre.—se puso serio.
-Está bien.—accedió.
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Lucharé por ti 》Hanker
FanfictionSus pulmones le ardían de tanto correr y sus piernas comenzaban a flaquear debido al cansancio de la anterior pelea así que decidió girar en la próxima esquina para perderlos de vista pero lo que no contaba es que aquella calle no tenía salida.