señor kim ; one shot

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Narrador Omnisciente

Estaba tan mal. Tan, pero, tan incorrecto, que Jooan misma se incomodaba de sólo pensarlo. Se ponía roja, cubría su rostro con ambas manos y sacudía todo su cuerpo para que ese pensamiento se fuera de su cabeza, pero la intrusiva mente que tenía hacía que regresara cada tanto y especialmente después de verlo. Lo tenía bien guardado porque sabía que podía llegar a ser una bomba terriblemente explosiva si alguien se enterase, y al parecer lo escondía muy bien, porque a pesar de estar perdidamente enamorada de él, nadie a su alrededor parecía notarlo.

La primera vez que le sonrió fue una sensación agradable, la segunda vez sintió satisfacción, la tercera fue buscada e intencionada en vez de accidental como las anteriores. Le sonreía de una manera en la que nunca antes le habían sonreído y sin quererlo, desarrolló una dependencia a esa sonrisa.
Le siguieron los toques sutiles, dos palmadas suaves en la cabeza, las yemas de dos dedos en el hombro y la palma de la mano en la parte alta de su espalda. Mandaban corrientes eléctricas hacia todo su cuerpo y ella sentía como se debilitaba, queriendo que él frenara y al mismo tiempo no dejara de tocarla. Quería más que eso, incluso, quería volverse íntima con él.

Cuando se sentía triste, sólo bastaba recordar sus frases de aliento para recomponerse, su grave voz formando las palabras de apoyo más hermosas del mundo lograban que Jooan cambiara su estado de ánimo en un santiamén. El soporte que le brindaba era todo lo que ella buscaba en la vida, tan privada de ello que estaba, ahora que lo tenía no quería dejar de escucharlo nunca. Cada calificación, cada acto, cada hábito valían la pena perfeccionar para que Jooan pudiera escuchar las oraciones que la alentaban para poder seguir haciéndolo como si de un premio se trataran.

Pero todos estos bonitos pensamientos tranquilizadores se esfumaban cuando se ponía lo moral sobre la mesa. No hacía falta ir más allá para saber que esto que ella sentía era incorrecto, mal visto y hasta imposible, pero, ella no controlaba sus emociones y no había pedido enamorarse del padre de su mejor amiga.

—¡Mira! ¡Jooan y yo, ambas nos hemos sacado una A+! —gritó con emoción su amiga, mientras que le sacaba el examen de las manos y se lo mostraba a sus padres junto con el suyo.

La mamá, quién preparaba bocadillos sobre la mesada de la cocina, se giró sonriente para echarle un vistazo rápido a las hojas de papel y expresar felicitaciones, luego volvió a darse la vuelta para seguir haciendo lo suyo.
Kim Namjoon, el hombre de la casa, dejó su teléfono a un lado y tomó un examen en cada mano, mirándolos de arriba a abajo. Volvió a dejarlos sobre la mesa y las miró a ambas con una sonrisa grande.

—¡Qué bien! Me alegro por ustedes —se incorporó de la silla para abrazar a su hija y plantarle un beso en su frente. —Cada esfuerzo tiene su recompensa ¿Verdad Jooan? —se dirigió a la nombrada y le dedicó una sonrisa con un leve y amigable revuelto de cabello.

Jooan también quería recibir un abrazo y un beso en la frente como su amiga, pero Namjoon no era su padre y él entendía cuáles eran sus límites.
La chica asintió, quedándose con la imagen de su sonrisa y archivándola con el resto.

—¿Te quedas a cenar, Jooan? —preguntó la señora Kim.

—Seguro —contestó ella, porque cada oportunidad de estar cerca de Namjoon tenía que aprovecharla.

La cena transcurría muy bien, el señor Kim, además de ser tan dulce y atento, era todo un comediante. Tal vez intentaba demostrar frente a la invitada que no era tan estricto como lo definía su hija, pero eso Jooan lo sabía perfectamente. Estaba segura de que ella era la persona que más lo conocía en esa casa.

—Asegúrate de comer bastante, que estás debilucha —exclamó Namjoon y puso un poco más de vegetales en el plato de Jooan. —Tienes que alimentarte bien para poder seguir llevando a casa esas magníficas calificaciones.

namjoon ; imaginas, reacciones, one shots y +Where stories live. Discover now