Los picnics están para comer y es exactamente lo que Arthemis hizo en ese. Entre los dos...tres... se terminaron la comida en como una hora o así. La chica, que estaba ya algo llenita, estaba acurrucada a Eros a punto de volverse a dormir, había sido un largo viaje, y a quien vamos a engañar. Cualquiera después de comer mucho le entran unas ganas de siesta tremendas.
Eros pensando en algo que iba a hacer, vio su oportunidad y la llevó a su cama, tumbandose con ella aparentando que iba a dormir.
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Cuando Arthemis despertó un par de horas después, el peso que había en la cama era notablemente más ligero y al estirar los bracitos con un pequeño y delicado ruidito de gatito estirandose, notó que Eros ya no estaba en la cama como cuando se fué a dormir. Pero si había algo en su lugar. Aún con los ojos cerrados por la molestia del sol empezó a palpar aquel objeto...sedoso?...no... con capas, tenía capas... ¿era tul lo que acariciaba? ¿o lino?... no... era tul... subió la mano y acarició una suave tela. Eso sin duda si era seda. Seda con algo piedroso, si, sin duda eran pequeños cristalitos.
¡Era un vestido!
Abrió los ojos una vez se hubo acostumbrado un poco a la luz y lo vió tal y como se lo habia imaginado. Un vestido largo con falda de tul de varias capas. Con un corsé de seda sin tirantes. De un precioso color azul cielo delicado. Con pequeñas piedrecitas brillantes, parecidas a los diamantitos de swarovski.
Encima de aquel vestido habia una nota en un papel con forma de corazón. Realmente aquello fue una manera de despertar muy grata.
Agarró la nota y leyó en alto." Buenas tardes princesa. Te estarás preguntando donde estoy....pero no te lo puedo desvelar todavia. Por ahora solo quiero que te vistas con este hermoso vestido y vayas a la recepción del hotel. Allí pregunta por mi a un chico rubio llamado Marcos (lo pone en su medallita de trabajador). Y él te llevará conmigo. Te quiero todo. Eros
Posdata: El vestido es azul porque és un mini eros"
Ella no pudo evitar sonrojarse y sonreir. Aquello le pareció de lo más tierno. No tardó mucho más en levantarse y ponerse aquel vestido que le iba como un guante. Como si estuviera perfectamente echo solo para ella. Vio que no había zapatos y aquello le hizo gracia. Realmente a Eros le gustaba que fuera descanza porque decía que le recordaba a esos elfos de las peliculas que caminan por encima de setas y nenúfares.
Se pasó los dedos por el pelo, ya que no estaba muy despeinada y se lo recogió en una trenza de lado dejando los mechones frontales fuera. Se sentía como una verdadera princesa, pensó en que esa era la intención de Eros. Que mil y una veces le decía que era su princesa.
Arthemis estaba realmente nerviosa por lo que estaba ocurriendo, no sabía que era, pero intuía que era algo bueno.
Salió de la casita y caminó por el puentecito de madera que conectaba las casas con el resto del hotel (la recepción, el restaurante, la piscina común...). EN el camino de la recepción tenía que pasar por la piscina infantil. Y supo al momento que no estaba hecho a lo tonto. Estaba lleno de bebés con sus padres y se murió de ternura. Se detuvo varios minutos a apreciar aquel panorama familiar.
Luego, volviendo de su empanamiento siguió su camino hasta la recepción, donde se puso a mirar a su alrededor, buscando al tal Marcos rubio. Veía trabajadores y trabajadores pero no al tal Marcos.
Su busqueda finalizó cuando lo encontró entrando en el bar del hotel. Y fue rapidamente hacia él.
-¡Hola! Perdona, ¿Marcos verdad?-preguntó ella nerviosamente, rezando en no haberse equivocado.
-Ese soy yo. ¿Arthemis verdad?-el chaval estaba metido en el ajo y la conocía. Ella solo asintió- SIgueme porfavor.
La llevó hacia el exterior del hotel. Hacia la playa. Había gente bañandose pues era la playa pública. Pero un poco más allá no habia nadie.
La metió por un camino entre unas palmeras. Y de repente, ante sus ojos apareció un altar lleno de rosas blancas. Y Eros, vestido de esmoquin estaba allí esperandola con una sonrisa embobada.
Ella se acercó, y él le extendió la mano para ayudarla a subir por las escaleras hasta arriba.
-Te ves hermosa mi niña....-dijo él mirandola a los ojos fijamente.
-¿Porque me has traido aqui?-preguntó ella sin poder dejar de mirar alrededor en sorpresa.
-Vaya...vas directa a o que quieres...me encanta...bien...te lo dire...
Eros dió un paso atras y respiró profundo sin dejar de verla a los ojos. Le pusó la mano en la mejilla y le sonrió calidamente.
-Arthemis eres la mujer más hermosa que he visto jamas...-dijo Eros con una voz pensativa, grave y suave.- Es precipitado decirte que eres la mujer de mi vida...pero jamas he sido nada parecido con nadie a lo que he sentido contigo... Y...ahora ya nos ves...vamos a tener un...mini eros..aunque no te gusta que le llame asi porque le quieres poner nombre de chillón
-Que se pronuncia aqui...-iba a empezar ella. Pero el la calló con un suave "shhh".
-No me importa como se pronuncia...no se va a llamar Achilles...-aclaró- La cosa es que no me esperaba en esta situación...y ahora que lo estoy... no me voy a quejar...soy feliz contigo...con vosotros...-prosiguió acariciandole suavemente la barriga.- Por eso...
Se llevó la mano al bolsillo sacando una cajita de terciopelo negro. Y se agachó apoyandose en su propia rodilla.
-Arthemis Baarthem Clearwater...-carraspeó- ¿Te quieres casar conmigo?...
-Eros...yo...
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𝕊𝕞𝕠𝕜𝕖 𝕒𝕟𝕕 𝕗𝕚𝕣𝕖 (Parte 1)
FantasyAngeles, demonios,elfos y demás, consiguieron convivir por una vez, en un mismo continente. Europa fue el unico salvado. Ese continente era liderado por dos familias, los Baarthem y los Windsor. Ambas enemigas, con descendientes jovenes. Arthemis y...
