Cualquiera quisiera despertar junto a un demonio de piel morena, pelo oscuro,y abdominales que matan. Un sueño para muchos...
Realidad para Arthemis Baarthem. A quien la vida le dió un dramatico giro de 360 grados despues de caer a los pies del apuesto Eros Windsor con el que siempre habia mantenido una relacion de amistad-odio.
El reloj de su muñeca marcaba las seis de la tarde, y la luz dorada que entraba por los agujeros de la persiana de la habitacion y daba de lleno en la piel desnuda de ambos jovenes.
Arthemis se habia despertado la primera pero sentía que debia quedarse tumbada y no levantarse. Se sentia como con un leve bajon de tensión, como si tuviera unas decimas de fiebre o algo así.
La razón de aquel malestar fue la impureza que habia cometido horas atras aquella misma mañana. Pero no sentia como que era algo malo. Todo lo contrario. Ahora era libre de estar con el y ser capaz de acariciarlo sin quemarse la piel. Era como si hubiera roto una barrera transparente que llevaba años sin poder pasar por el miedo que le metian sus hermanos y su padre.
Se medio movio un poquito para acurrucarse correctamente entre los brazos de él. Aquel movimiento lo hizo responder y despertarse con la molestia del sol en la cara. Pero no apartandose, aferró más el agarre qye tenía con la chica.
-Buenas...tardes princesa...-dijo el con un suave bostezo de por medio. Con la voz algo ronca de recién despierto- ¿Te sientes bien?... Haces mala carita. ¿Te hice mucho daño?...
-Me duele un poco la cabeza y el estomago... Pero está bien...es como una reprimenda por ser impura
Él no dijo nada y le dedico una sonrisa suave para luego besarle la frente y acariciarle el estomago.
-espera...espera... Ya no...ya no te quemo?..
-No, no te lo dije?
-Ya no te quemo!-Eros parecia un niño pequeñito emocionado con un dulce. Sonreía ampliamente con un suave brillo en los ojos. Arthemis lo habia visto sonreir mas en todos estos meses que en toda su vida.
La estrechó entre sus brazos y empezó a besarle la cabeza y acariciarle todas las zonas de piel que tenia a si alcance haciendole leves cosquillitas solo para hacerla reir y no dejarla pensar en el malestar que tenia por el cuerpo.
-He tenido una idea Arthie
-Sorprendeme cielo
-Redecoremos nuestra habitacion... Puso mover el escritorio a un lado y juntar nuestras camas para hacer una cama solo de matrimonio y podamos dormir juntos. Podemos decorar las paredes con fotografias... De tu familia...de la mia...tuyas... Mias... De mi Diablo... Pero todas juntas. Ya estoy harto de que todo esté separado en nuestra habitacion. -declaró el. Levantandose de la cama y medio vistiendose con su ropa interior y la camisa medio sin desabrochar. Y luego agarró del suelo la ropa interior de Arthemis y sacó de un cajón. Una camisa azul oscuro para prestarsela. Y asi poder verla con ropa de él.
Se la tiró el la cara haciendo qie ella desprendiera una risa delicada incorporandose y levantandose para vestirse con lo que Eros le otorgó. Y él , oara nada disimulado, no era capaz de quitarle los ojos de encima. Estaba enamorado perdido.
-Te queda maravillosa esa camisa mia. ¿La quieres? Es tuya.
Arthemis se abrazó a si misma sintiendo el tacto de la camisa. Con una sonrisa cálida.
-Bien, tu empujas el escritorio y yo junto las camas. Estoy seguro de que podras con ese tablón de madera. Venga... 1...2...3...
Y se movieron a la par moviendo ambos muebles perfectamente cordinados. El escritorio fue al espacio donde estaba la cama de Eros. Y la cama de Eros se colocó justo al lado de la de Arthemis formando asi una cama ancha de matrimonio.
Pasaron una tarde estúpidamente divertida. Se sentían como si estuvieran redecorando su pequeña casita juntos. Y aunque no fuera así, y fuera una simple habitacion de residencia estudiantil. Por soñar no les iban a decir nada.
Compartieron lecturas interesantes, cajones de ropa. El le prestó algunas prendas de ropa a ella. Tuvieron algun rato tonto de besuqueo, de descanso, de mimos. I cluso Arthemis sacó unas pinturas de su maleta y empezar a dibujar y pintar las pareces con corazones y cosas cursis. Que ella pensaba. Y el, aunque siemore se juró a si mismo que no, aceptó sin ninguna queja,incluso aprenciando aquellas bobadas.
Ya caida la noche se encontraban sentados en la cama, compartiendo fotografias familiares. Eros le había mostrado miles de fotografias de Diablo, su maravilloso cachorrito. Que hablando de el, habia ido hasta la cama para senraese con ellos.
Y ambos estaban rebuscando alguns fotografia digna de mostrar.
-Vale, ya la tengo -dijo ella pegandola a su pecho, mientras él hacia lo mismo- 1, 2, 3
Ambos enseñaron la fotografia al otro.
Una fotografia era de dos mujeres en una casa de madera en la montaña en un ambiente nevado parecido a Suiza. Eran dos mujeres felices. Una rubia y palida y la otra morena con el cabello negro.
Y la otra fotografia...era la misma...
-Esa es mi madre!-señaló ella en la foto del contrario.
-Y esa es la mia!-hizo lo mismo Eros en la foto de Arthemis.
Ambos levantaron la cabeza ladeandola
-Eres medio brujo?
-Eres una silfide? Osea... Medio elfa?
Estaban completamente confusos.
Ninguno de los dos sabia nada de sis madres desde los dos años de vida. Ambas desaparecieron dejando esa fotografia. Y ahora resulta, que son sus respectivas madres?
Los dos adolescentes eran de razas mixtas pero crecieron como una sola ya que no tuvierin la crianza de la otra media raza.
Eros era medio demonio medio brujo. Y Arthemis medio ángel, medio elfo, osea, una Sílfide.
Las mentes de los dos se llenaron de dudas. Llegaron a creer las muertes de sus madres, ya que ninguna se molestó en preguntar nunca poe ninguno de ellos ni en interesarse.
Estaban perdidos, pero por lo menos estaban perdidos juntos.
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𝕊𝕞𝕠𝕜𝕖 𝕒𝕟𝕕 𝕗𝕚𝕣𝕖 (Parte 1)
FantasyAngeles, demonios,elfos y demás, consiguieron convivir por una vez, en un mismo continente. Europa fue el unico salvado. Ese continente era liderado por dos familias, los Baarthem y los Windsor. Ambas enemigas, con descendientes jovenes. Arthemis y...
