𝕊𝕞𝕠𝕜𝕖 𝕒𝕟𝕕 𝕗𝕚𝕣𝕖 (Parte 1)

Capitulo 13

Parecía que ambos chicos estuvieran rodeados por niebla, como si solo estuvieran ellos, sin nadie más, paso alante, paso atrás, bailando al ritmo de baile. Pero la música se sentia distante para ellos, estaban en su propio mundo, con los ojos fijos en el del otro.

Arthemis notaba su corazón acelerado, y no podia dejar de sonreirle, cosa que, extrañamente Eros también hacía, sonreía suavemente, a ella, era algo que no podía creer, y hacia que sus pulsaciones fueran rapidas, aún más de lo que eran normalmente en la compañá del chico.

Eros por su parte sentía una sensación que jamás había sentido, por lo que, era inexplicable, pero se sentía nervioso, tenía ganas de quedarse con ella, pero a la vez de irse, porque se sentía algo estupido por sentir cosas que no sabía. Era curioso porque le temblaban levemente los dedos de la mano. Pero cuando Arthemis notaba eso acariciaba suavemente estos y se detenían, para luego volver. Por la cabeza del chico pasaban tantas cosas que no podía ni organizarlas, y eso, digamos que no era algo que le gustaba mucho. La mayor duda que tenía, era: "¿Y si la invito al baile de bienvenida?"

Pero esa era la discusión, él no iba a ir a ese baile, porque era una estupidez. Pero Arthemis se vería tan linda en vestido de baile.No, no, que le importaba, el no iba a ir, claro que no.Pero verla bailar, wow. EROS CENTRATE.

Pobre chico, jamás había tenido tanta discusión consigo mismo, que ni se dió cuenta de que debían cambiar de parejas, a lo que se negó rotundamente, Y se aferro a Arthemis sin soltarla, ella tampoco se soltaba.

La gente se encontraba algo desubicada, pues todos habian cambiado de pareja, pero ellos no querían, seguían juntos sin soltarse, y asi hasta el final de la clase, que Eros la soltó.

No sabia que era exactamente que narices estaba haciendo. Porque se sentia asi o porque no queria soltarse de ella.

La música ya habia parado, y Eros empezó a sentir nerviosismo, y eso no le gustaba para nada, por lo que, aparto a Arthemis fríamente, haciéndola casi caer en el suelo de golpe brusco y salió del gimnasio por la puerta que llevaba al jardín de un portazo.

Arthemis se levantó del suelo algo extrañada, con un dolor en las manos de haber caído, y corrió tras el, con curiosidad por su reacción.

Eros ya estaba fuera, estresado respirando profundamente caminando alrededor de la fuente.