"Recuerda, TU me perteneces."

Asevera Reginald mientras toma mi cabello con su puño deteniendo mi salida de la ducha.

"Dilo."

Es que todos los putos hombres del mundo quieren que solo sea su pertenencia?

Nadie me amará nunca?

"Te pertenezco Reginald."

El doctor sonríe de lado antes de darme un beso rápido.

"Vistete."

"Rey traidor te dará tu ropa."

"Anda, ve, obedece."

Hago lo que se me dice.

Cuando salgo del baño y entro en la habitación, Rey me espera con un vestido largo de noche color vino, poco escotado, con un hombro y brazo al descubierto.

Diría que es decente y lindo, pero la abertura por detrás y en la pierna son simplemente...

"Revelador y sensual, justo como lo eres tu princesa."

No pude haber descrito mejor el vestido, aunque no creo que yo sea sensual.

"Te ayudaré a vestirte."

Rey toma una toalla seca de color crema para deslizarla por las partes de mi cuerpo que aún siguen húmedas.

Rey amable retira la bata de baño que estoy usando para dejarme completamente desnuda.

"Es más sencillo desnudarte que vestirte."

Comenta Rey.

"Yo puedo si quieres..."

Rey me besa ahora sosteniendo mi cara con sus dos manos.

"Yo te vestire, no discutas conmigo."

De acuerdo.

Rey desliza medias de encaje por mis piernas mientras permanece de rodillas ante mi.

Despues desliza unos ligueros negros con arneses hasta mis muslos.

No tengo ropa íntima esta vez?

No es que la extrañe, digo he aprendido a no usarla, pero en este tiempo que la he usado...

"Te colocaré el sosten princesita."

Esta prenda que rodea mis senos tiene tirantes que sobresalen y lacitos.

"Ahora el vestido."

Lo desliza por mi cabeza y me queda perfecto.

"Ahora te maquillare y peinare."

Rey amable me sienta en una silla frente al espejo a la vez que Reginald sale de la ducha.

Camina desnudo frente a nosotros, con la piel deliciosamente húmeda.

Tanto Rey como yo no podemos dejar de comernos con la mirada a ese maldito doctor.

Creo que tengo mucha suerte en tener sexo con estos maravillosamente bien construidos hombres.

Solo desearía que no fueran unos completos bastardos integrales los dos.

En este punto de mi vida solo deseo a un bastardo en mi vida.

Y ese es mi Rey, el original.

Al que pronto me enfrentaré.

"Date prisa Rey traidor."

"Casi están por llegar."

Las palabras de Reginald hacen que los dos despertemos de nuestros pensamientos lujuriosos.

Dulce JuguetitoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin