Capitulo 25: Magia.

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— ¡Es una locura que aislen a Rick! — digo algo frustrada sosteniendo mi cabello.

— Lo sé Maya.. pero seria correcto que aislen a Pete de Jessie — dice Carol enojada.

La puerta se abre y entra el pequeño Sam, y detrás de el Carl.

Me mira a los ojos, le regalo una pequeña sonrisa  y el me la devuelve.

— Maya.. — exclama Sam y me abraza. El pequeño es muy dulce. — dame tu mano.. — insiste y se la doy algo confundida, saca un pequeño sello y lo talla debajo de mis nudillos, una "A".. sonrió intencionalmente.

Miro a Carl quien me mira con una sonrisa.

— Sam.. ¿quieres hacer galletas? — dice Carol, ella sabe por lo que está pasando el pequeño.

Sam abre sus ojos como platos y corre detrás de Carol, ambos van a la cocina.

Carl se me acerca y lo miro con una sonrisa.

— Dixon.. — susurra en mi oido mientras coloca sus manos en mi cintura.

— Grimes.. — mascullo y dejo salir una pequeña risa.

Hacemos contacto visual por un moderado tiempo y me limito a besar sus labios sin compasion alguna. Magia.. Es magia.

Sus labios tienen magia, esa chispa que encienden mis hormonas.

Por más raro que suene lo activa.

Y se que el siente lo mismo, la manera en que toma mi cintura y me pega a su cuerpo es intensa.

Doy una sonrisa entre besos.

Dejo ingresar su lengua en mi boca comenzado una leve batalla.

Me apodero de sus labios y los muerdo con suma delicadeza.

Resiste. Daryl te cortará los senos.

Callate consciencia.

¡Maya basta, controlate!

Y cuando sigo ignorando a mi conciencia me doy cuenta que estamos sobrellevando mas allá esto.

Separo mis labios lentamente de los suyos.

Su semblante es divino.

Me mira con cierto deseo que me intimida.

Pero esa intimidación me provoca cierto cosquilleo nunca antes proyectado.

— Debo ducharme.. — digo y suelto un jadeo.

El asiente sin quitar sus ojos de los mios.

Ese brillo de deseo sigue en sus pupilas.

Sus pupilas parecen dilatarse en demasía, lo que lo hace más hermoso aun.

Caminamos por la vereda hasta llegar a la actual casa donde suelo dormir.

Subo las escaleras, Carl se recuesta en la cama y lee su cómic.

Entro al baño y me despojo de mis jeans, pero antes quito mis botas. Me despojo de mi sudadera y luego de mi ropa interior. Entro a la ducha y dejo al agua caer sobre mi piel semi bronceada. Siento cierta energía lo que hace mas placentero a la ducha. Me observo en el espejo y me noto más madura que antes.

Mi cuerpo ha cambiado y mi trasero ha aumentado considerablemente de volúmen, lo odio.

Los jeans me quedan ajustados y no dejan que respire con tranquilidad gracias a mi trasero.

Bufo y salgo de la ducha.

Me seco con la toalla luego la lío en mi cabello. Pongo mi ropa interior y luego mis jeans. Busco mi sudadera y ha caído en el piso, la levanto y está sumamente mojada. Perfecto.

Coloco mis botas, abro un poco la puerta y espío, Carl sigue leyendo su cómic y no se da cuenta de mi cabeza que sale por la puerta, vuelvo hacia atrás y pienso que hacer.

No tenia ni una blusa aquí, y mi sudadera estaba completamente mojada. Tenia vergüenza de salir en sostén frente a Carl.

Vamos Maya.. es tu novio.

Respiro profundo y me armo de valor, como si nada estuviera mal salgo en sostén con mis jeans y mis botas puestas, y la toalla en mi cabello.

No me cuesta nada percatarme de que Carl ha dejado su cómic en la cama y que ahora me observa con curiosidad.

Estoy ruborizada a tal punto que soy un tomate.

Revuelvo las ropas limpias que hace tres días trajo Jessie, busco y busco una blusa pero solo hay ropas extremadamente grandes.

Siento unos cálidos labios en mi espalda que produce que mi piel se erize.

Los cálidos labios suben a mi hombro y siguen por mi cuello.

— Carl.. — susurro, el empezaría esto, ambos no lo controlariamos. Y nos iríamos de la raya. Pero vamos, este chico es sumamente irresistible.

Giro repentinamente y me encuentro con sus labios, se pegan como imanes a los míos y muerde mi labio inferior.

Pone sus brazos en mi cintura y logra alzarme. Lío mis piernas en sus caderas sin dejar el mágico beso. El retrocede con mi cuerpo sobre el suyo y se recuesta en la cama matrimonial.

Quedo debajo de el, separo mis labios de los suyos y lo observo detenidamente.

— Carl no.. no, no.. — no logro terminar mi frase ya que tengo su boca en la mia.

Puedo sentir algo entre el y yo, algo que me dice que me deje llevar pero los nervios comienzan a carcomerme poco a poco y es algo sumamente frustrante.

Coloco mis manos en su pecho y desabrocho su camisa, puedo ver su torso al desnudo.

Besa mi cuello lentamente lo que me provoca unleve escalofrío.. está a punto de desabrochar mi brassier.

— ¿¡Qué rayos sucede aquí!? — Daryl, su voz.. ahora estoy en problemas.

Correr o morir.

Protegeme 2 [CarlGrimes] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora