¿Qué rayos tenía, algún súper poder o algo así? Kokonoi no había conocido sobre la historia previa de la Tokyo Manji, pero al ver el despliegue abrumador de emociones que aquel conflicto había causado en Mikey...

La duda no existía ni por asomo.

Mikey estaba enamorado de ese sujeto, lo admitiese o no.

Y al desaparecer tan repentinamente luego de todo lo ocurrido, Mikey había tenido que superar eso, vaya que había tenido que luchar contra sus propios impulsos oscuros, su depresión, su locura. Había tenido el corazón roto y los ánimos por los suelos aunque intentara disimularlo por demasiado tiempo, y Kokonoi tenía que admitir que si Sanzu no hubiese estado allí, las cosas habrían terminado realmente mal.

Por eso, ¿por qué? ¿Por qué estaba de vuelta, justo cuando Mikey parecía completamente recuperado?

¿Es que acaso había vuelto para liquidarlo del todo?

Con ese carril de pensamientos, uno más devastador que el anterior, Kokonoi había perdido el control y había terminado golpeando a Hanagaki tal vez un poco más fuerte de lo que debería haberlo hecho. Ahora, con la mente un poco más despejada quizás por los gritos de Inui, Kokonoi se percató de que lo que realmente sentía era miedo, no celos ni ira.

¿Y si Mikey se enteraba que aquel estúpido había vuelto para arruinarle la vida una vez más? Porque Kokonoi no sabía exactamente qué mierda había ocurrido entre ellos, pero algo había habido, algo había pasado, alguna cuestión de índole amorosa que ambos habían mantenido bastante bien en secreto. Por lo que Koko sabía, solo Sanzu conocía parte de la historia sino toda. Él había estado allí, Sanzu se había quedado junto con Mikey para verlo llorar, verlo sufrir durante semanas, tal vez meses y era el único que realmente conocía a ciencia cierta las consecuencias de lo que estaba ocurriendo ahora frente a los ojos de Kokonoi.

Y fuese cual fuese la respuesta que Hanagaki tuviese para dar, cualquiera fuese la excusa que estaba dispuesto a dar...una cosa era segura.

Sanzu iba a matar a Hanagaki incluso antes que Mikey se enterara de su retorno.

Un carraspeo seguido de una tos despertó de nuevo a Kokonoi de sus elucubraciones y llamó la atención de ambos. Finalmente, Hanagaki había decidido reaccionar; se había sentado en el suelo bajo la lluvia mientras limpiaba sangre que Kokonoi no sabía por dónde le salía con el dorso de la mano, en silencio. Al cabo de unos segundos, Inui chasqueó la lengua y se acercó a él agachándose en el suelo.

— ¿Cómo te sientes? ¿Te golpeaste la cabeza, Takemichi?

¡¿Takemichi?!¡¿Desde cuándo tanta confianza?!

— N-No, creo que no. Solo fue la conmoción. No me lo esperaba.

Luego, Hanagaki se incorporó del suelo como si nada y en ese instante, Kokonoi notó un par de cambios en él. Ahora, de pie frente a él no parecía tan desgarbado como había pensado y su postura era segura, firme. Tenía un poco de sangre surgiéndole de la nariz pero más allá de eso, el semblante de Takemichi no expresaba temor, enojo, angustia.

Nada.

Y otro pensamiento atravesó como un rayo a Kokonoi en ese momento, otra conclusión a la que le hubiese gustado no llegar tan rápido.

¿Hanagaki se había transformado en alguien peligroso?¿Dónde rayos se había metido todo ese tiempo? Ahora que lo veía bien...no sólo su cabello había cambiado, su ropa también. ¿Cómo no lo había visto antes? No estaba vestido en forma casual, llevaba un traje bastante formal, la camisa abierta en los primeros botones, sin corbata, el saco desabrochado y...

Sangre en el Paraíso [Omegaverse]Where stories live. Discover now