Capítulo VII

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[Narra Jungkook]

Sentía como mi cuerpo era movido de un lado al otro, provocando que mi estomago se revolviera, tenia nauseas, pero se me pasmaron cuando abrí mis ojos y ví todo blanco.

- CARÁJO ME MORÍ. - pensé de inmediato aterrorizado. - Mi angelito, ¿por qué permitiste que mis pendejadas me llevaran al hoyo?

Estaba llorando - si, lo admito, porque un seme-macho-alfa si puede llorar cuando sabe que por pendejo murió - sentí como mis lágrimas rodaban por las esquinas de mis ojos y mojaban todo el camino hasta llegar a mis orejas, las cuales se estaban humedeciendo por las mismas.

De pronto sentí como si me estuvieran descubriendo el rostro. - ¿Tengo un trapo en la cara? - pensé. la tela fue retirada por completo de mi rostro, la luz no me permitía abrir bien mis ojos, y aparte veía borroso por las lágrimas.

- Un ángel. - susurré.

A pesar de no haber podido ver bien, alcance a divisar a un joven, ¿rubio?, frente a mi mirándome fijamente, cuando levante mi mano y quise acercarla a su rostro, para tocarle y saber si era real o un sueño, este simplemente desapareció.

- ¿Acaso eso fue un sueño? - pensé.

De inmediato me restregué los ojos con la palma de mis manos, me senté en la cama, miré a mi alrededor y me encontraba en mi cuarto de motel, todo estaba limpio y bien ordenado.

- Tal vez no fue del todo un sueño. - susurré para mí mismo.

Me quite la cobija de encima, está cayó al piso, mientras me ponía de pie, y empezaba a revisar todo el cuarto, incluso el baño. Ya no me quedaba ninguna duda de que alguien estuvo aquí.

Algunas cosas no estaban en su lugar, mi ropa sucia estaba tirada en el piso del baño, el cesto estaba arriba del míni refrigerador, con todo el dinero y las joyas dentro, todas las luces estaban apagadas y, las cortinas de la ventana estaban abiertas, así que el cuarto se encontraba iluminado por la luz de la resolana, que atravesaba el cristal de estas.

Me dirigí hacia la puerta la cual estaba cerrada con seguro, la abrí y mire el pasillo encontrándome con Adele, la chica que vivía en el cuarto de alado. Al verme de inmediato me sonrió y se me acercó.

Adele era una chica agradable y muy dulce, ella es más baja que mi persona, llegándome a la altura de los hombros, tenía un lindo cabello negro largo y ondulado, que hacía un bello contraste con su tez blanca, sus labios eran decorados por un labial color durazno, sus ojos eran color olivo, y a todo eso sumándole que tenia un buen cuerpo.

- Hola Jungkook, buenas tardes. - me saluda Adele amablemente, pero yo estaba perdido en mis pensamientos.

- Shit, ya es de tarde. - pensé - Bendito cielo nublado, se ve como si aún fuera de mañana.

- Hahh, buenas tardes, Adele. ¿Cómo estás? - la salude un poco decaído al saber que se me había hecho muy tarde, o tal vez todavía no. - por cierto, ¿sabes qué hora es? Es que me quede dormido y no tengo ni idea de que hora es, pensé que aún era temprano por la escasa luz del día.

- Por supuesto, dame un segundo. - dijo mientras sacaba su celular del bolsillo de su pantalón - son las 15:11 de la tarde, ¿por qué preguntas, Jungkook?, ¿vas a una entrevista o... a una cita... medica?

Adele me preguntó mientras me veía preocupada, ya tenia una clara idea del por qué me miraba así. De seguro la desperté cuando llegue en la madrugada, y lo más probable es que también me haya escuchado vomitar.

- No, nada de eso, es que se me hace tarde para tomar el ultimo tre...

- Miiiu

-Por tu...!! - casi me da un infarto de la gran sorpresa que me dio el felino. - para no ser tan pequeño, pareces mas un fantasma que un gatito. Espera, ¿Qué mierda haces aquí?

- Aww tienes una gatita calica. - dijo Adele mientras se agachaba, para tomar a ¿la minina? entre sus manos, pero esta de inmediato le carraspeo y le gruño, haciéndose una bolita de pelos muy erizada. - para ser de una raza tan dulce como lo son los Manx y sumándole el que también eres calica, entonces supongo que no te caí bien.

- Qué es Manx? - le pregunté a la chica, la cual se rindió rapidamente en intentar alcanzar a "la gata", dejando en paz su espacio personal, pero ahora el invadido era el mio. - ¡auch! ¡eso duele!  ¿y Cómo sabes que es hembra? yo creía que era macho. ¡auch! ¡eso si me dolió!

Me canse de que la pequeña bola de pelos aruñe y muerda mis tobillos, al parecer quería llamar mi atención, ya que después lamia los que se suponía que eran mis grandes heridas.

Decidí agacharme, tomar a "la gatita" en mis manos y pegarla a mi pecho, para que dejara en paz mis pies. Apenas pegue la bolita de pelos a mi cuerpo, esta empezó a ronronear y a acariciarme buscando acurrucarse bien en mis brazos.

- ¡Es tan adorable! - gritó Adele mientras observaba a "la minina". - Bueno contestando a tu primera pregunta, los Manx son una raza de gatos, la cual es fácil de reconocer debido a que nacen con su colita muy corta. Y respondiendo al como se que es hembra, pos porque es calica, y a que solo hay un macho por cada tres mil hembras.

- ¡Uno de tres mil! - grite muy sorprendido por lo que me dijo Adele. - ¿Qué tienen en contra de los machos?

- No sabría decirte. Bueno, te dejo, tengo cosas que hacer. - dijo Adele mientras me extendía su mano, para estrecharla con la mía, lo cual hice con gusto, y con cuidado de no dejar caer a "la gatita" del brazo con el que la sostenía. - por cierto, saluda a tu hermanito de mi parte, espero que la próxima que nos veamos me lo presente. Bye Jungkook.

- Claro, lo saludare de tu ... Espera, ¡¿qué?! - pregunte muy confundido. - ¿hermanito? Adele, yo no tengo hermanos.

- Oh, lamento la confusión, entonces era tu amigo. - dijo más como afirmación que como pregunta. - pero estoy segura de que ví a alguien atravez de tu ventana esta mañana.

- ¿Esta mañana? - susurré para mi mismo, mientras recordaba la imagen del ángel que ví hoy al despertar. - ¿Podrías describírmelo?

- Cuando iba de salida, ví que corrian las cortinas, lo cual se me hizo muy extraño, ya que desde que te conozco nunca te habia visto abrirlas, y como la curiosidad mato al gato, me asome para ver si tu las habias abierto, y de paso saludarte como de costumbre. - me respondió Adele - Y respecto al chico que ví, no lo pude ver a la cara, ya que él abrio las cortinas y de inmediato se volteo, pero aunque fuera por escasos segundos lo pude ver de perfil, bueno era bajito, delgado, tez blanca, cabello rubio-naranja, y unos envidiables labios gruesos. - describió la chica. - por desgracia mía llevaba una chamarra negra con la capucha puesta sobre la cabeza, así que no se percato de mi presencia y lo perdí de vista.

- ¿Y si ese era mi ángelito de la guarda? - pensé mientras miraba a "la pequeña gatita" que dormía contra mi pecho.











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I Purple You

Los Hijos de la Diosa Bastet: KookminWhere stories live. Discover now