Capítulo VI

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[Narra Jimin]

Me estaba asfixiando, no lograba encontrar la forma de salir de la mochila y se me estaba haciendo dificultoso respirar.

No podía escuchar ningún sonido proveniente del exterior, internamente rogaba porque no hubiera absolutamente nadie al rededor, pero no tenía otra opción, me transformé en mi parte humana, y, sin querer queriendo, la mochila termino hecha pedazos, destrozada, ya ni se le podría llamar mochila.

- hahh... ahh... por poco... y muero... allí dentro... ahhh... - me desplome sobre la que parecía ser una cama, mientras trataba de recuperar el aliento.

No tenía ni la más mínima idea de en donde me encontraba, no tenía fuerzas ni para abrir mis ojos, así que solo por intuición o instinto, tenía la vaga idea de que ya no me encontraba en la mansión de los Chou.

Estaba exhausto, al no tener mucho oxigeno y al haberme transformado en esas condiciones, le sobre exigí a mi cuerpo de tal manera no podía ni mover mi colita. Si alguien llegaba a ingresar al lugar, se llevaría una gran sorpresa al encontrarme tendido en una cama completamente desnudo.

Suerte la mia que al parecer nadie parecía querer entrar al lugar, pero el problema ahora era que me estaba quedando dormido. Ojalá que nadie llegue y descubra mi secreto.

(...)

- Sueeeñooo... Sueeeñooo... Teeengo sueeeñooo... - de inmediato me desperté al escuchar a un hombre hablando del otro lado de la puerta, mientras sonaban unas llaves.

Velozmente mire a mi alrededor, pero no sabía en donde estaba, no reconocía el lugar, así que no sabía en donde esconderme para que no me vieran en mi forma humana, pero entonces recordé que podía regresar a mi forma gatuna, y cuando empecé a transformarme la puerta fue abierta.

- ¿Mi hombre? - maullé al ver quien era la persona que estaba de pie en la entrada de la habitación. - ¿Entonces tú me trajiste hasta tú casa?

Estaba muy feliz de saber que ahora viviría con Mi hombre, viviremos siempre juntos de ahora en adelante y si en realidad llegase a convertirse en mi pareja, tendríamos muchos cachorritos y seríamos una gran familia feliz.

- He de estar drogado... O tal vez sea el cansancio... ...nahh, de seguro alguien me drogo... - Mi hombre parecía estar ¿in shock?, no se movía, balbuceaba cosas que no comprendía, sin sentido alguno.

De pronto Mi hombre se puso muy pálido, lo único que se me pasó por la mente fue el hecho de que tal vez él me vió cuando me estaba transformando, sentí un fuerte escalofrío recorrer todo mi cuerpo, con tan solo pensar que él ya podría saber mi secreto.

Pero tal vez estaba equivocado, Mi hombre ingreso velozmente, cerrando la puerta de un azotón y de inmediato corrió hacia el baño.

La habitación era muy pequeña, incluso más pequeña que la de Tzuyu, así que desde la cama, que era en donde me encontraba sentado, podía ver y oír claramente como Mi hombre vaciaba su estómago en el escusado.

- ¿Qué habrá comido para que vomité tanto? - pensé.

Hice el ademán de querer levantarme de la cama e ir a lado de Mi hombre, para saber que era exactamente lo que le sucedía, pero quedé petrificado en mi lugar al recibir de golpe un asqueroso olor que casi me hace vomitar a mi también.

- Mi hombre, te encuentras bien? - maullé desde la cama mirando hacia el baño.

Aunque quisiera no podía ayudarlo, así que solo me quedaba observar como Mi hombre continuaba con su labor y, al parecer también tortura.

Luego de varios minutos la habitación quedó en completo silencio, solo se lograba escuchar la respiración de Mi hombre, la cual estaba agitada, después de unos minutos también se escuchó que bajaban la palanca del escusado.

Un momento después el grifo del lavabo del baño fue abierto, ahora sí me levanté, bajé de la cama y me acerqué al baño, el fuerte olor se había dispersado, así que ya no olía tan mal.

Al entrar en el baño, embobado observé detenidamente como Mi hombre se lavaba la cara, después se enjuagó la boca, luego se la lavo y vuelta la enjuagó, por alguna razón volvió a repetir lo mismo, y después se volvió a enjuagar la boca, pero esta vez con una agua azul que estaba dentro de una pequeña botella.

Ahora todo el baño olía a menta, desde ese preciso momento aquel olor se había vuelto mi segundo aroma favorito, desde luego el primero es el de Mi hombre, nada le ganaría a la exquisita esencia de Mi hombre.

- ¿Ya estás mejor? - le maullé a Mi hombre desde la puerta del baño.

Él de inmediato se volteó y me miró sorprendido. Al parecer Mi hombre tampoco entendía el hecho de cómo fue que llegue aquí, pero a diferencia de él, yo tenía a mi único sospechoso justo enfrente observándome muy sorprendido con los ojos bien abiertos.

- ¿Cómo fue que llegaste aquí? - me preguntó de pronto.

- Tengo la sospecha de que fuiste tú. - le maullé respondiendo a su pregunta.

- ¿Por qué siento que me estás contestando? - me hizo otra pregunta. - nah, de seguro en el bar le pusieron droga a mi bebida, y ahora he de estar bajo sus efectos, y sino es eso he de estar demasiado cansado. Será mejor que me acueste a dormir.

Mi hombre empezó a caminar saliendo del baño y dirigiéndose hacia la cama, pero más que caminar se tambaleaba de un lado a otro, parecía que en cualquier momento caería al suelo, lo malo es que si caía había muchas cosas con las que se podría lastimar gravemente.

De repente se desplomó inconciente, por suerte callo casi por completo sobre la cama, pero si se quedaba dormido en esa posición terminaría con el cuerpo adolorido, aparte de que también se podría lastimar con las cosas que estaban sobre la cama, la cual era un completo desastre.

- ¿Me arriesgo? - pensé

No podía dejarlo dormir de esa forma y con todo lo que había sobre la cama, tampoco me podía permitir dejar a Mi hombre expuesto para que el frío que estaba haciendo a esa hora se lo coma.

- Primero me lo como yo. - maullé para mí mismo y me transformé en mi parte humana. - Me arriesgo.

Si iba a arreglar aquel desastre y a acostar adecuadamente a Mi hombre sobre la cama, debía hacerlo lo más rápido posible para que él no me viera en esta forma, si es que despertaba.

Lo primero que hice fue buscar en donde poner todos los papeles rectangulares y las cosas brillantes de mami y papi, para luego acomodar a Mi hombre.

Encontré un cesto mediano en el baño lleno de ropa de Mi hombre, tire todo al piso, rápidamente y con cuidado metí todo lo que había sobre la cama en el cesto, después con mucho trabajo y esfuerzo logré subir por completo a Mi hombre sobre la cama, lo acomode bien en ella, como lo hacía Tzuyu, y después lo cubrí por completo con una cobija blanca, la cual estaba junto a las almohadas, pero luego recordé que no debía taparle la cabeza, así que se la descubrí y me lleve una sorpresa.











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nos vemos en el siguiente capítulo
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💜I Purple You💜
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Los Hijos de la Diosa Bastet: KookminOnde histórias criam vida. Descubra agora