Pergamino 33

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Pov. Natalia

El vagón ya se ha perdido a la distancia cuando siento llegar a cuatro personas.

— Te subestimé, sin embargo no cometeré nuevamente ese error.

A diferencia de la ocasión que nos encontramos en Amegakure Jigen tiene el kimono sucio y algunas heridas visibles a lo largo del cuerpo.

— Te concentraste demasiado en Naruto y Sasuke, incluso me atrevería a decir que los jonin que capturaron te sirvieron para conocer y estudiar su estilo de pelea.

— La información del enemigo vale su peso en oro, y eso tú lo entiendes mejor que nadie.

Veo que los hombres a su lado van separándose, como una manada de lobos a punto de matar a su presa.

— Vaya, cuatro contra uno, no es muy justo que digamos.

— Nada lo es.

— ¿Tan herido estás que no te atreves a venir tú sólo?

Le tiembla un poco el párpado, estoy jugando con fuego eso lo sé pero hacerlo perder los estribos es precisamente lo que busco.

— Ya no la necesito, pueden encargarse de ella.

Antes de que se acerquen saco dos pergaminos.

— Jutsu de invocación.

Retroceden cuando la tierra tiembla y del suelo emergen dos ataúdes con las marionetas que no he utilizado en años.

— Ningún muñeco de madera podrá detenernos.

— Code deténte.

Padre se activa y neutraliza al chico como si nada, a diferencia de la ocasión en que pelee con los caminos de Pain no busco salvar mi vida, busco retrasarlos. Madre sale de su ataúd y alza los brazos, su fuerte es el taijutsu.

— Él es....¿cómo usted?

El muchacho mira detenidamente a Padre, desde su pelo blanco hasta la luna bordada en el kimono.

— Es un inferior — se limita a decir Jigen— Acábenlos.

Los tres sujetos tratan de alcanzarme pero mis marionetas consiguen mantenerlos a raya, Madre incluso hizo retroceder varias cuadras al clon de Jiraiya.

Jigen se mantiene ahí, observándome y apretando sus puños. Esperando a que me dé media vuelta y empiece a correr, o mínimo que demuestre miedo ante su presencia.

— ¿Vas a atacarme o a admirarme?

— Te sobreestimas demasiado ¿no lo crees?

— Sólo sé que pueden haber dos razones por las que no me atacas— aprieta la mandíbula— La primera es que me consideras un rival fuerte aunque no tendría mucho sentido ya que debes conocer todo de mis habilidades y como dijiste hace un momento, la información vale su peso en oro.

Padre consigue alejar a los otros dos sujetos, dejando a Jigen y a mí pegados al río.

— Y la segunda, es que el atrapar a Naruto y a Sasuke te dejó tan mal herido que no podrías sostener por más tiempo una pelea— otra vez le tiembla un ojo— En vista de que viniste con apoyo y no me atacas, creo que encontré la respuesta.

— No estés tan segura.

Estira un brazo y una rama rápidamente se extiende hasta él. Desde que lo vi había algo raro en ese árbol, parece más una enredadera que ramas extendiéndose, como el de la guerra.

Poco a poco noto que Jigen se va recuperando, sus heridas se cierran y su nivel de chakra aumenta. Diablos, está usando al árbol como fuente de energía.

El final del caminoWhere stories live. Discover now