Día 26: Perfume

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Mista seguía quejándose del horrible hecho de que les trajeron cuatro rebanadas de pastel, siendo sus gritos tan fuertes como los de Fugo y Narancia que discutían por las respuestas equivocadas de las operaciones matemáticas. Estaba a punto de darle otro argumento a Abbacchio -quien ni siquiera lo estaba escuchando pues tenía al máximo el volumen de la música que oía a través de sus audífonos- pero se detuvo cuando un olor llegó a él. Un aroma delicioso, dulce y fresco, el olor característico del perfume de una chica con mucho dinero y que se podía dar el lujo de comprar las esencias más costosas.

Dirigió su vista a la entrada del área donde estaban y pudo ver entrar a dos personas, una de ellas era Bucciarati y detrás de él, el dueño de la fragancia, un chico, quizás de quince o dieciséis años; rubio, de profundos ojos turquesa y una fuerte seriedad pese a la escena que se acaba de topar.

Bucciarati gritó algo, no puso mucha atención, quizás solo ponía orden, su atención estaba puesta totalmente en el rubio frente a él y notó como este parecía analizarlo tanto a él como al resto que se encontraban en la mesa ahora más calmados y que lo ignoraban.

— Soy Giorno Giovanna, es un placer conocerlos. — Se presentó y Mista pensó que su voz hacía juego con su apariencia.

Entonces algo más llamó su atención. Abbacchio estaba orinando en la tetera para hacerle la novatada al chico nuevo. Cuando el expolicía invitó a Giorno a sentarse, Mista pudo captar aún mejor el delicioso olor de ese perfume caro que Giorno usaba y estaba decidido a seguir disfrutando de ello.

Después de aquella broma que hizo Abbacchio y de la cual de alguna forma Giorno había logrado superar, Bucciarati anunció que tenía una misión para ellos y sin dar más detalles se fueron. Mientras caminaban al lugar que Bucciarati los dirigía, Mista se puso a lado de Giorno y lo observó mejor, pudo notar como no solo su cabello era rubio sino también sus pestañas. También pudo ver como por el sol sus pálidos pómulos y nariz se teñían de un suave color rojo y que en sus labios había brillo labial manteniendolos húmedos.

— Hey, ¿entonces me lo dirás? — Preguntó Mista captando la atención de Giorno quien le miró confundido.

— ¿El qué? —

— Cómo hiciste eso en el restaurante. Estoy seguro que no te lo tomaste. —

— Oh, ¿no me dejarás en paz hasta que te lo diga? — Cuestionó Giorno con la misma sonrisa y mirada que le dio cuando aún estaban en la mesa.

— Exacto. — Respondió y la sonrisa de Giorno se volvió ligeramente más amplia.

— Entonces vive con la duda. — Giorno aceleró su paso para ir delante de Mista y este pudo notar como el aroma del menor le llegaba cada vez que su trenza perfectamente hecha se balanceaba de un lado a otro. Mista se apresuró para nuevamente estar junto a Giorno.

— Es una lástima porque tenía una gran oferta para ti. — Vio como la cabeza del chico se inclinaba hacia un lado confirmando que captó su atención. — Tú, yo y una deliciosa comida hecha por mí a cambio de tus secretos, ¿crees que es un buen cambio? —

— Suena interesante. —

— Cuando terminemos esto, ¿es una cita? —

— Lo es. —

Un par de minutos después llegaron a su destino, el muelle.

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Giorno se estiró en su asiento relajándose, finalmente había terminado el trabajo de esa semana y podría disfrutar de un domingo libre. Sonrió suavemente cuando sintió un par de fuertes manos en sus hombros dándole un tan necesitado masaje para relajar sus tensos músculos.

— ¿Es todo? — Preguntó Mista inclinándose por un lado y depositando un rápido beso en el cuello del rubio, además de aprovechar para inhalar su aroma.

— Es todo. — Respondió dejándose mimar. — Solo necesito unos documentos que Fugo me traerá en un momento para ratificar firma y estaremos libres. — Movió su cabeza hacia el lado derecho para que el masaje de Mista se centre más en su hombro izquierdo. — ¿Tienes planes para mañana? —

— ¿No dejarte salir de la cama cuenta como plan? —

— Suena excelente. — Se giró para ver al pistolero. — Sin embargo, quisiera ir de compras, hay algunas cosas que necesito. —

— Claro, ¿qué es? ¿Más dulces? ¿Tú y los Pistols ya se acabaron la dotación de la quincena? — Ante aquello pudo escuchar la suave risa de Giorno, uno de sus sonidos favoritos.

— No. — Se detuvo a recordar un momento. — Bien, sí. Pero también necesito comprar otras cosas. — Levantó su mano y levantar un dedo a la vez mientras nombraba. — Un abrigo, se acerca el invierno; un obsequio para un nuevo socio que tendremos; un perfume nuevo, el que tenía ya se me ha acabado esta mañana, una... — Fue interrumpido por el mayor y dejó de sentir las manos en sus hombros.

— ¿Será el mismo que usas ahora? —

— Sí, ¿por qué? —

— Me gusta como huele. — Respondió con simpleza y retomó el masaje.

— A mí también, ¿quién diría que ese perfume que robé accidentalmente se convertiría en mi favorito? — Comentó haciendo reír a Mista.

— Eres un chico malo. — Depositó un beso en la cabeza del rubio. — Mañana nos tomaremos la tarde para hacer tus compras, pero durante la mañana y la noche me perteneces. —

— Así será. — Estiró sus brazos para tomar a Mista del cuello y atraerlo a él para besarlo.

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Auxilio, la universidad me consume y me deja menos tiempo para escribir.
Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Where stories live. Discover now