Día 13: Hora del baño

468 56 2
                                    

Giorno caminaba siendo guiado por Mista, sus ojos estaban vendados y daba pasos cortos mientras sus brazos extendidos se movían de un lado a otro tratando de tentar que no hubiese nada al frente y chocara. Soltaba ocasionales risas mientras seguía caminando y sentía pequeños besos ser depositados en su nuca.

— Llegamos. — Dijo Mista deteniéndose. Giorno podía sentir el ahora del humo aperfumado de velas y una especie de fragancia de flores y azúcar.

Sin mucha prisa Mista desató la venda que impedía la vista de Giorno y este se acostumbró rápido a la luz. Estaban en el baño de su habitación, sin embargo estaba lleno de velas aromáticas y el agua de la bañera era de color rosa al igual que las burbujas, además había sobre la encimera del lavado un par de copas y una botella de vino. El rubio estaba fascinado pero algo confundido pues no era un día especial ni había ocurrido algo para celebrar y antes de que pudiese preguntar, Mista se le adelantó a responder.

— Has trabajado demasiado últimamente, así que quise preparar algo para que puedas relajarte. — Dijo el mayor quien le comenzó a dar un masaje sobre sus tensos hombros.

— Gracias, Guido. — Giorno se giró y depositó un casto beso sobre los labios de Mista. — Entremos. —

Ante la maravillosa orden, Mista asintió. Con toda la paciencia y delicadeza que tenía comenzó a deshacer la perfecta trenza de Giorno y después seguir con los tres bonitos rulos de su frente, amaba ver a su pareja con el cabello suelto, le daba un aire angelical y rebelde al mismo tiempo. Después dio inicio con la tarea de desvestir. Giorno se sentó sobre la bañera y estiró su pierna izquierda para que Mista le pudiese quitar el calzado y los calcetines -no hizo comentarios sobre el estampado de ranitas- e hizo lo mismo con los del pie derecho.

Giorno se puso de pie y permitió a Mista continuar con su trabajo, deslizó el cierre de mariquita que estaba en el centro de su precioso traje oscuro justo debajo del escote en forma de corazón que tanto amaba. Una vez se deshizo de la parte superior del traje, lo dobló y acomodó sobre la tapadera de la taza del baño, mientras hacía esto miraba con toda la atención como el rubio se quitaba los pantalones y la bonita ropa interior para igualmente dejarlos sobre el asiento.

Una vez estuvo completamente desnudo, Giorno entró en la bañera y se dejó hundir liberando un suspiro, todo su cuerpo se sentía tan bien y dejó descansar su cabeza sobre la fría porcelana del borde. La temperatura del agua era tibia y las burbujas hacían cosquillas sobre su piel estresada.

— Usaste mis aromas favoritos. — Comentó el menor disfrutando del olor del agua, flores y dulces, justo como captó al llegar.

— Lo mejor para mi chico de la suerte. — Mista también se estaba desvistiendo dejándose únicamente en boxers. Se acercó a la encimera del lavabo y tomó más copas y la botella de vino.

Le entregó una de las cristalerías a Giorno y la llenó por arriba de la mitad de la bebida. Giorno dio un trago al vino y otro suspiró salió de sus labios cuando sintió las ásperas pero expertas manos de Mista en sus hombros nuevamente dándole un masaje. Cerro los ojos y se dejó llevar por las sensaciones y el ambiente a su alrededor, siendo sonidos de satisfacción por el masaje de vez en cuando el único ruido presente.

— Entra también. — Dijo Giorno después de minutos disfrutando del tan necesitado masaje. Mista asintió y se quitó la única prenda que tenía dejándola en algún lugar del suelo para después entrar en la bañera que era del tamaño suficiente para ambos y aún sobraba algo de espacio.

— ¿Te sientes mejor? No deberías sobrecargarte de trabajo. — Comentó el pistolero una vez estuvo dentro de la bañera.

— Lo pensaré. — Respondió. — Pero no hablemos de trabajo. — Tomó algo de espuma y la colocó sobre la cabeza de Mista para moldearla y hacer una especie de peinado puntiagudo que le recordó un poco al de Polnareff. — Luce bien. —

— Que infantil eres, jefe. — Mista imitó la acción de su novio pero colocó la espuma en el rostro de Giorno para darle una divertida barba y bigote. — Deberías dejarte crecer la barba, te hace lucir intimidante. — Dijo entre las pequeñas risas de ambos.

— ¿Y yo soy el infantil? —

Ambos reían y seguían jugando mientras tomaban ocasionales tragos de vino dejándose llevar por momentos divertidos y románticos pensando en hacer esto más seguido, incluso Giorno consideró comprar un jacuzzi.

~❁~

Disculpen, esto estaba escrito pero debido al mal tiempo de ayer estuve sin internet y finalmente regresó.
El capítulo de hoy lo subiré en el transcurso del día.
PD: Amo a estos tortolos. <3
Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Where stories live. Discover now