Capitulo LXVI

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Mi cuerpo se sacude, mis manos atadas intentan sujetarse de las sabanas pero con su mano en mi cuello y la otra en mi cabello parece ser lo suficiente para sujetarme

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Mi cuerpo se sacude, mis manos atadas intentan sujetarse de las sabanas pero con su mano en mi cuello y la otra en mi cabello parece ser lo suficiente para sujetarme.

Choca contra mi una otra vez, golpeando mi trasero entre tanto. Ya estoy en un nivel donde no pienso en nada más, no se apiada ni un segundo para darme un respiro y el alcohol en ambos no ayuda.

Se detiene unos segundos inclinándose hacia adelante, baja sus manos permitiéndome bajar la cabeza y acaricia mi cintura mientras besa mi espalda.

Me gira arrodillándose en la cama, pasa mis brazos por su cabeza mientras rodea mis piernas a su cintura. Parpadeo sintiendo como vuelve a meterse en mi, me saca la respiración haciéndome mirarlo.

—Suéltame —jadeo.

—¿Para qué? —aprieta mis glúteos empezando a moverme.

Para golpearte.

—Quiero quitarme el vestido —apoyo mi mejilla en la suya.

—En un rato.

Suelto un quejido mezclado con un gemido cuando me mueve más rápido, quiere volver a nublarme pero quiero tener las manos libres para moverme mejor.

Acerca sus labios a los míos pero los alejo, frunce el ceño mientras yo comienzo a mover mis caderas.

—Dame un maldito beso —gruñe cuando me escondo en su cuello.

—Suéltame —vuelvo a decir, paso mi lengua.

Toma mi cabello en su puño tirando mi cabeza hacia atrás pero aprieto mis labios volviéndoselo a impedir. Aprieta su mandíbula.

—Como quieras —empuja mi cuerpo hacia atrás

Caigo de espaldas a la cama, alcanza mis muñecas para sacar el cinturón. Aun conservando su rostro enojado que mas que asustarme me pone mas, deslizo una sonrisa cuando me suelta.

Me quita bruscamente el vestido para luego básicamente arrancarme el sostén, jala mi brazo volviéndome a acercar a el y caza mi labio inferior para morderlo.

Me lleva con el mientras se sienta en la cama apoyando sus pies en el suelo, gruño cuando muerde fuerte y con la clara intención de dejarme marca.

Intento empujarlo al mismo tiempo que se separa, tomo aire mientras me gira, le doy la espalda y me levanta unos segundos para ubicar nuevamente su miembro. Jadeo cuando me baja lentamente, abre más sus piernas y yo cierro mas las mías.

Con un sentón termina de entrar, esta posición siempre me hace sentirlo más profundo y la sensación aún es extraña.

Acerca su cabeza, su respiración choca contra mi cabello y me hace estremecer cuando cubre mis muslos con sus manos para así levantarme.

Coloco las mías en sus piernas para así yo también moverme.

Trago saliva, me mueve a su antojo de arriba abajo sin dejarme tiempo ni de pensar. En estos momentos nunca suele controlar su fuerza, se le nubla la mente y se vuelve imparable.

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