Capítulo 42: Los Victorian

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Comencé probándome un estilo el cuál definitivamente no iba con las características que le había mencionado a la señora, pero como ésta insistió, me lo probaría. Éste primer estilo, era muy bonito, era un tipo sirena muy reñido al cuerpo, lo que no me encantaba, ya que mi cuerpo aún estaba algo diferente por el embarazo.

El segundo estilo que me probé, era uno de princesa, con una falda muy esponjada y amplía. Era hermoso, pero no era lo que estaba buscando.

El tercer y cuarto estilo, era el mismo vestido, solo que con diferentes cortes de espaldas. Uno, tenía la espalda toda al descubierto, mientras el otro, la tenía cubierta. Decidí probarme el de la espalda abierta, ya que, se veía que no era muy pegado al cuerpo, ni tampoco, muy esponjoso cómo el de estilo princesa.

Al colocarme el vestido, quedé totalmente enamorada. Éste, me quedaba perfecto, no podías ver mi vientre aún hinchado, y la espalda, al estar al descubierto completamente, le daba ése toque especial que buscaba.

Salí del probador mientras le indicaba a la señora cuál vestido sería el que escogería.

—¡Fantástica decisión, es uno de nuestros estilos más vendidos! —Tomó el vestido y se lo llevó para meterlo en un tipo de bolsa plástica.

Tras algunos minutos, la señora vuelve con un recibo.

—Aquí tienes el total que debes pagar. Puedes pagar mitad ahora, y la otra mitad cuando lo vengas a buscar. —Me entregó el papel.

—Voy a esperar por mi esposo, para ver cómo él lo quiere pagar. —Sonreí mientras me sentaba sobre unas butacas muy finas que tenía la tienda en un tipo de sala de espera.

Tras algunos minutos, Dexter sale con el hombre que lo ayudaba.

—¡Listo! Ya el caballero aquí presente... —Señaló a Dexter. —Se decidió por el traje que usará en su boda. —Caminó hacia la caja registradora para imprimir el recibo.

—¿Te gustó alguno? —Se me acercó Dexter en tanto me miraba muy emocionado.

—Sí, creo que es muy bonito el que escogí. —Sonreí en tanto Katrina comenzaba a llorar.

Dexter, caminó hacia la caja registradora con la mujer y el hombre, mientras yo, comenzaba a alimentar a Katrina colocándome una pequeña manta delgada sobre el busto.

Tras algunos minutos, Dexter llega a mi lado con un recibo.

—Ya está todo pago, solo hay que venirlos a buscar el día antes de la boda. Ellos lo entregan ya listos y planchados. —Se sentó a mi lado esperando a que terminara de alimentar a la bebé.

—Suena perfecto. Gracias. —Le sonreí.

Luego de algunos minutos, tras Katrina haberse alimentado. Dexter y yo salimos de la tienda y nos dirigimos hacia la casa nuevamente.

Tras caminar un rato por el camino de tierra, ya llegando a la casa, pudimos ver cómo la puerta principal de la casa estaba abierta.

—¿Tú cerraste la puerta al salir? —Miré a Dexter un tanto angustiada.

—¡Sí, la cerré! Estoy seguro de haber puesto el cerrojo. —Se adelantó mientras se acercaba a la casa teniendo cautela. —Tú quédate aquí. No entres hasta que yo verifique que todo anda bien. —Entró a la casa mientras yo me quedaba con Katrina en la patio.

Estaba muy nerviosa, estaba segura de que Dexter había cerrado aquella puerta cuando nos fuimos. ¿Cómo era que ahora estaba abierta? ¿Acaso, alguien la habría forzado?

Comencé a impacientarme al no saber nada de Dexter, no podía ver que sucedía, y tampoco se escuchaba nada.

De pronto, veo a Dexter salir de casa por la puerta principal.

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