31: El mapa a ti.

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Capitulo con contenido suculento, si no te gusta... salta.








Los ojos de ella miraban atentamente los de él.

—¿Me perteneces? —La mirada brillosa de ella, sus ojos que suplicaban un toque se cerraron al sentir una ligera humedad en su cuello. Jadeó ante aquello de forma bajita que parecía más bien un ligero ronroneo, aquello hizo que el hombre tomara de forma más fuerte sus caderas.

—Hazme el amor con un beso. —Incluso en ese momento no pudo evitar ponerse aún más duro de lo que ya estaba, aquella chica con un simple roce lo hacía perder la cabeza, el poder de ella sobre él era tan simple como eso.

—Ónix, no digas esas cosas si no te harás responsable. —Fue un susurro, bajito y ronco, que era más bien una advertencia de que cuando empezara le sería imposible detenerse.

—Quiero arruinar tu tranquilidad, quiero que hagas con mi cuerpo lo que siempre te has imaginado, o quizás eres tú el que teme hacerse responsable. —Aquellas palabras no salían como una provocación sino más bien con un suplico, ella deseaba que él la tomara.

—¡Aghh! —Su gruñido hizo que su zona intima palpitara deseosa de algún toque de parte de él.

—Por favor... —Sus ojos tenían una extraña conexión, una de las manos de él acarició su cuerpo apoyado en la pared, ella dejó caer su cabeza hacia delante reposándose en su pecho.

El deseo de ella por él era tan fuerte que sentía su cuerpo desvanecer.

—¿El paraíso entre tus piernas está en medio de una inundación acaso? —Ella sonriendo lentamente, él se carcajeo con su voz ronca haciendo que las manos de ella se aferraran a él un poco más.

Ella sintió como su mano masajeo aquella sola suavemente, sus dedos se desplazaban con facilidad por su zona haciendo que ella jadeara más y que ambos cuerpos fueran con un poco de torpeza hasta la cama, el cuerpo de ella fue acomodado sobre la cama y él se acomodó entre las piernas de ella; poniendo sus manos bajo sus muslos, el rostro de él fue hasta su entrepierna y ella extrañada tomó su rostro.

—¿Qu-qué vas hacer? —Una sonrisa lasciva dibujó los labios de él.

—Hacerme responsable.

El rostro de él se introdujo entre sus piernas, su boca empezó a moverse y su lengua hacia que los jadeos de ella fuesen más fuertes, gemía deseosa por él, pero sentía que explotaría y que no sería capaz de contenerse.

—Quítate voy a... —Pero, aunque ella trataba de alejarlo se lo impedía, la aferró más a él haciendo que se viniera en su boca, la falda fue arrancada de su cuerpo haciendo que su parte inferior quedara expuesta completamente, el cuerpo de él ya desnudo se posicionó a la altura de sus labios.

Los labios de ambos rozaron. —Yo... te necesito, por favor. —Su ruego hizo que los labios de ella fueron ligeramente mordidos por él.

—¿Qué tanto me necesitas, cachorra? —Un ligero beso en el cuello de ella hizo que se arqueara y que el miembro de aquel hombre se posicionara en su entrada.

—Necesito todo de ti, Hades.

Y despertó.

Sus labios secos, su entrepierna mojada, su respiración acelerada, hicieron que jadeara, había soñado con él, otra vez en la semana, eso significaba una sola cosa, él estaba pensando en ella e iría por ella.

Su cabeza se levantó y se dio cuenta de que se había quedado dormida en el comedor del lugar, se percató de que Percy estaba al lado de ella.

—Te sientan las alas. —Dijo este, el cuerpo de ella se enderezó y pasó su mano derecha por su rostro y seguido de eso acomodó su cabello.

—A ti el papel de infiel. —Las alas de ella se expendieron un poco y luego se ocultaron en su espalda.

—Puedo explicar lo que pasó. Te juro que puedo hacerlo. —No había desesperación en su voz, estaba más bien relajado, sentado y a su lado.

—Escucha Percy... tú y yo nunca íbamos a funcionar, aunque me duela admitirlo en voz alta Hades sigue siendo mi motivo y el alfa que quiero que me tome. —Aquello lo hizo sonreír ladino.

—No sé cómo no te diste cuenta que eras su mate, Ónix. —La duda inundó su rostro, y luego de unos segundos se maldijo.

—Pensé que esa mierda ya no existía, yo debería...—Los ojos de Percy se abrieron y se acercaron rápidamente hasta ella tapando su boca.

—No, no lo digas, por lo que más quieras. —Ella se alejó de él. Se levantó como un resorte furiosa.

—¿¡A ti que carajos te pasa!? —Gritó, la atención de todos fue hasta donde estaba ella, se alejó de lugar y vio como alguien la seguía, era más bien uno de los ancianos de lugar, ella se detuvo y le dio el frente.

—No digas nada, solo escucha, no intentes huir, no digas que quieres... sino, alguien morirá, Percy no es el malo, Sky lo es. Él es el que mantiene todo esto en funcionamiento, quiere reunir un ejército para acabar con todos lo que se ponga a su frente. —Ella se sorprendió, como era posible que...—Cuando vayan a volar aléjate de él y vuela hasta la zona derecha de forma seguida y lo veras, pídele ir alto, muy alto. Él no es bueno, no lo es. Los hombres lobo son su peor enemigo, como lo es Percy, lo tiene bajo amenaza.

—¿Con que?

—Atenea no es Atenea en realidad, por eso no la ama, está envuelto en una fantasía, es por eso que sí pudo sentir algo por ti, pero, aunque lo intente no podrá; la Atenea que yace encerrada es su mate. —Aquella información hizo que su cabeza diera vueltas.

Liz... ¿Qué coño hiciste?

—Ven aquí. —La jalo del brazo y ambos llegaron a una distancia buena que daba la vista al comedor. —Debes disimular muy bien, omega... ahora eres parte de lo que es él, debes entregarle hasta tu alma.

—¿Qué hará?

—Yo quiero irme. —Dijo bajito, pero audible. Un fuerte estruendo se escuchó y una persona que caminaba cayo frente a todos, todos sabían, estaba muerto...

Sky salió de algún lado y gritó en medio de la habitación, el anciano vio a la chica asintiendo.

Ella caminó hasta donde estaba Sky llegando por su espalda y tomando su brazo. Vio su expresión enojada, pero cambió de repente.

Esta vez sí estaba jodida...

*

Gracias por las 45k lecturas. Gracias por leer. 

El final se acerca.

La Mate de Hades. [+16]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu