26: Lo que debo ser.

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Su mirada estaba sobre el cuerpo de Sky, ¿novia? ¿Percy tenía novia?

El cuerpo de la omega se puso de pie, no podía creerlo simplemente, no. Sus ojos fueron hasta la nada, perdiéndose entre lo nublado, sus ojos no estaban hechos agua dado que no había amor de por medio, ¿o se equivocaba?

—¿Ónix? —La voz de Sky fue una forma de despertar del trance en el que estaba, ella volteo dado que actualmente le había dado la espalda, y vio como todas las personas a su alrededor. —¿Qué está pasando? —El cuerpo de Sky se levantó rápido con ayudas de sus alas.

Zafándose del agarre del hada miro a sus ojos. —¿Por qué no me lo dijiste? —Sky se quedó perplejo, se preguntaba por qué debía darle explicaciones respecto a la vida de Percy.

Su cuerpo se movió tomando en sus brazos a Ónix, llevándola lejos de aquel lugar. Ambos caminaban con diferentes preguntas en su cabeza, pero la omega seguía en su pequeño trance. Solo necesitaba confirmar que eso era verdad, pero se negaba, no quería hacerlo. Recordaba los celos que tuvo hacia la prima de Hades, y pensaba con fervor que había algo y que él la engañaba y ahora, eso, parecía ser su jodido karma.

—¿Me puedes explicar que carajos te pasa, omega? —No miro los ojos de Sky hasta ser llamada por su rango, se sorprendió del hecho de que así fuese, lo que la hacía sentir extraña era el hecho de responder tan rápido a su llamado, solo...—Te he hecho una pregunta. —Los ojos de ella miraron sus pies, joder, solo...

—No pasa nada, Ky, solo estoy un tanto sorprendida. —El cruzo sus brazos sobre su pecho y sus alas se desplegaron de forma majestuosa.

—¿Te apareaste con él? —La mirada de ella volvió hasta él y su cabeza negó. —¿Se besaron? —Ella lo miro, y no tuvo que hacer ningún movimiento, él lo supo.

—Lo siento, yo no sabía. —Su voz no tembló, y era cierto. Lo sentía.

—Creo que para mí será más difícil, pero no me rendiré. —Ella no era estúpida, entendió de inmediato y eso, no le gusto para nada. No le desagradaba ese hecho, pero con Hades y Percy eran suficientes. 

Aquella chica tenía suficientes problemas en su cabeza como para tener tras ella a otro hombre, y más si se trataba de otra especie.

—Lo siento, Sky, creo que deberías rendirte desde ahora. —Su voz salió baja, no era insulto ni regaño, más bien parecía una amiga que le recomendaba a un amigo que cediera ante el hecho de que no tendría un buen amor y debía dejarlo ir.

—Oh cielo, si para hacer todo lo que me dices debo rendirme creo que tendré problemas. Yo nunca me rindo.

Las manos de él acunaron una de las suyas, ella sonrió negando, sabía que nunca lo lograría. Ni ella misma sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos.

Hades era quién parecía tenerla bajo el yugo de ser Omega, se sentía bajo él, pero sentía una ligera y rica situación mientras él estaba y la tocaba.

Percy era su libertad, pero estaba preso en los brazos de alguien más.

—Vaya... —La voz de una chica sonó, era ella... Sí, era ella.

—Hola —La normalidad de Sky enfrió el alma de Ónix, ¿Que clase de persona era ese chico?

—Hola, ¿Todo bien? ¿Que tal tus alas? —Él sonrió. Ella también, Ónix tembló. —Ella debe ser la nueva Omega, que ya no será Omega ¿Verdad? —Ónix había sonreído, tímida y retraída.

—Ya no estoy segura de mi propósito. —La declaración hasta a ella misma la sorprendió, pero los demás lo tomaron como una broma.

—Cuando lo logres no querrás detenerte. —Ella simplemente se quedó ahí de pie, sin decir nada.

—Solo el sentirse poderoso mentalmente es más fuerte que cualquier hombre alfa que ha pisado la tierra —En aquel momento ella pensó en Hades, él hubiese dicho que eso era una estúpides.  —Solo ver a cada persona que fue rebajada por lo que era y que ahora son más fuerte que nunca...

Los ojos de la chica se hicieron agua ligeramente, Ónix hizo una mueca de desagrado, ¿Que esperaba Atenea? ¿Que llorara?

—Han hecho mucho por nosotros... ¡Les agradeceremos siempre! —Dijo el chico de alas desplegadas efusivo.

—¿De dónde sacan todo ese dinero? ¿Para ropas y comida? —Preguntó Ónix, siendo curiosa y logrando romper el momento de "emoción"

—Aquí hay alrededor de cincuenta personas, todos de diferentes especies ¿Y sabes? —Sonrió Atenea —Los duendes son muy buenos con su oro.

Se sorprendió, los duendes parecían ser una raresa, una fantasía dentro de algo sobrenatural, era prácticamente increíble.

—¿Cuál es mi propósito aquí? No he hecho nada más que recibir golpes, ayuda e ilusiones —Dijo incómoda Ónix, lo último había sido entendido solo por Sky.

—¿Ilusiones?

—Sí, ya sabes... La vida es una ilusión.

—A algunos les gusta esta ilusión. —Opinó Sky, ¿Y mentía? No, no lo hacía.

Pero mientras muchos amaban su vida, algunos la odiaban con todo su ser, justo como lo hacía Hades en ese momento.

Todo se estaba yendo a la mierda, y con ello su gente y su vida.

La Mate de Hades. [+16]Where stories live. Discover now