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En cuanto empezó a sonar la música y las luces de colores se dejaron ver, la casa retumbó, los gritos se hicieron oír, los cuerpos empezaron a moverse al ritmo que escuchaban y se dejaban llevar, era una fiesta después de todo.

—¡¿A dónde se fue TaeHyung?! —tuvo que gritar JungKook en dirección a su hermano.

—¡No sé! ¡Creo que se fue con el diablo! —gritó de vuelta, giró a ver si le veía con el mencionado y efectivamente estaba con el pelirojo en la zona del DJ— ¡Sí, esta con él y con mi esposo!

—¡DJ RM me encanta! ¡Si te descuidas, te lo quito, hyung! —gritó como autentico fan emocionado.

—¡Tú me llegas a quitar a mi esposo y yo te quito a YoonGi! —aquello alarmó al menor que amplió los ojos cual ciervo asustado.

—¡No, no, no! —empezó a negar eufórico.

—¡Cuidado pues! —le tomó de la mano— ¡Sígueme! —le jaló al patio— Mucho mejor, no me gusta gritar.

—Pero bien que te encanta regañarnos, creo que hasta Nammie hyung tiene otra opin-

—Cállate o te dejo sin comer. —amenazó, el menor se calló sonriente— Bien, la comida que les guardé está al lado de la habitación donde los fui a buscar, coman todo lo que quieran. —el menor asintió emocionado— Busca a TaeHyungie para que coma y quédense cerca, por favor. A menos que se vayan con sus demonios y vampiros favoritos. —le guiñó un ojo y le acarició el cabello con cariño, recibiendo unos ojos sonrientes— Diviértete mucho mi pequeño. —besó su frente y luego de regalarle un sonrisa, se retiró al interior de la casa.

SeokJin tomó un papel materno después de que su madre se ausentara de su vida, al igual que NamJoon un papel de padre desde el momento en que se volvió su cuñado en los inicios universitarios de su hermano. El castaño sonrió bajo la mascarilla y una lágrima cayó por su mejilla, mirando la luna atentamente, imaginando como sería su vida si tan sólo sus padres no hubieran fallecido en aquellos accidentes.

¿Te encuentras bien? —susurraron a su espalda, volteó a mirar, TaeHyungie venía caminando en su dirección, lo curioso es que se encontraba un poco lejos como para haber hecho él la pregunta, pero sin importarle mucho, abrió los brazos en su dirección, pidiendo silenciosamente un abrazo, abrazo que llegó a los segundos, fuerte y reconfortante, lo único que necesitó para sentirse mejor. TaeHyung era ese otro hermano mayor que sabía qué hacer o qué decir para poder ayudar a su alma rota, eran mejores amigos desde que tenían diez y doce años.

—Es por tus padres ¿verdad? —preguntó en un susurro, el asentimiento en su hombro se lo confirmó— Esta bien, déjalo salir, mi conejito. —acarició sus cabellos bajo la capucha.

Minutos después donde se encontraban abrazados recibiendo el calor ajeno, el menor habló:

—Vamos arriba... —voz ronca, carraspeó — Jin me contó dónde está nuestra... ¿cena? ¿desayuno? ¿Qué hora es? —preguntó separándose del mayor y tratando de limpiar las lagrimitas que habían salido traviesas.

—Son las... —revisó su teléfono— La una de la mañana... Oh, aquí hay wifi. ¿Vemos una película? —convidó sonriente y el contrario le correspondió con una eye-smile.

¿La personita no vista fue tras ellos? Efectivamente.

Pasaron por la cocina buscando unas cuentas latas de refresco, en ese momento a ninguno le apetecía beber licor. Al momento de subir, dieron cada uno con su crush, estaban con los esposos en la zona del DJ bebiendo y riendo. En ese momento JungKookie le dio tristeza por no poder unirse, su alma no se encontraba en condiciones de celebrar, y su mejor amigo, siempre fiel para él.

Chained Soul. [JK&JM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora