Capítulo 25 - Lo besé

299 43 8
                                    


CW: besos sin consentimiento, menciones de autolesión fuera de escena.

—Xie Qingcheng... ¿Qué estás tratando de hacer?

Lógicamente, como un doctor y un mayor, la respuesta apropiada en este momento para él sería ofrecer reconforte a la otra parte.

Pero Xie Qingcheng no lo hizo.

Bajando su cabeza, cubrió los ojos de He Yu, permitiendo que la mano grande de He Yu lo agarrara fuertemente por el brazo. Xie Qingcheng dijo:

—He Yu, te estoy diciendo que no tengo mucha paciencia para ti. Cuando ingieres drogas descuidadamente y te lastimas de esta forma, toma toda mi paciencia simplemente hablarte apropiadamente. Así que reconoce lo que es bueno para ti y deja de verme con ese tipo de mirada irritante. Cierra tus ojos y cálmate. Deja de pensar en tonterías.

—......

Xie Qingcheng lo presionaba con demasiada fuerza. Las palabras que dijo no eran reconfortantes en lo absoluto, pero de alguna manera se sentían como si hubiera una fuerza convincente que viajaba a través de su mano y se asentara en el corazón de He Yu.

Lentamente, He Yu dejó de moverse, pero su cabeza aún estaba demasiado confusa, así que únicamente se sentó ahí, manteniendo esa posición con sus ojos cubiertos.

Después de un rato, parpadeó, sus pestañas rozaron contra la palma de Xie Qingcheng.

Sintiendo que de alguna forma se había calmado, Xie Qingcheng estaba a punto de relajar su mano cuando de pronto, notó que He Yu tenía un pequeño moretón en su mejilla además de la herida en su muñeca.

Xie Qingcheng quedó completamente sin palabras.

—¿Qué le pasó a tu rostro? ... ¿Te lastimas en tu cara a pesar de estar filmando?

—... Cuando estaba ensayando, me caí en una pendiente rocosa.

—¿Crees que aún te creería?

He Yu contestó:

—... Si no me crees, entonces olvídalo. Vete.

He Yu lo apresuró de esta manera, mientras su mente una vez más se volvía desorientada debido a la irritación.

Los labios finos del joven, aún expuestos bajo la palma de Xie Qingcheng, se abrieron y cerraron, como si estuviera intentando su mejor esfuerzo para mantenerse lúcido.

—Vete de una vez.

Viéndolo de esta forma, Xie Qingcheng se enfureció.

—Te lo diré por última vez, He Yu.

—Incluso si piensas que no entiendo y que no puedo empatizar contigo, déjame decirte que, una enfermedad debe de ser tratada, esto no es nada de lo que tengas que avergonzarte. Si te sientes incómodo en alguna parte, puedes pedirle a alguien que te ayude a aliviar el dolor. Si tu corazón se siente sofocado, entonces debes tomar tu medicina a tiempo. Si tu medicina es muy amarga, puedes decir algo o comer un dulce, y nadie te culpará por preguntar por una cucharada de azúcar para ayudar a que pase la medicina. No necesitas hacerte el fuerte de esta manera, y definitivamente no deberías de lastimarte.

—......

—Solamente tienes diecinueve, He Yu. En pocas palabras, no has llegado a la edad legal para casarte aún(1), así que sigues siendo un niño. Puedes llorar cuando duele, puedes pedir dulces; no hay un solo doctor o enfermera que se reiría de un paciente que tiene miedo al dolor o sufrimiento.

Antología de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now