—¿En qué pasillos están esos?—Preguntó una señora.

—No los vendo yo—Respondió el vendedor detrás del escritorio.

—¿Disculpe?—Pregunté confundida al mismo tiempo que el hombre me extendía el artefacto.

—No lo vendo yo señorita—Respondió él—Aunque si quieres venderlo, yo lo compraría—Se encogió de hombros a lo que sonreí negando.

—Me lo regaló un amigo, vale mucho para mi—El asintió comprendiendo—Si no lo vende usted ¿Quién lo haría?

—Pues eso se ve realmente costoso, aunque puedo decir que tiene más que nanotecnología, se ve muy costoso.

—¿Nanotecnología?—Pregunté.

—Así es, aunque incluso parece ser más que eso—Volvió a asentir—He buscado gente que trabaje con eso pero no he encontrado a nadie, y la gente que lo usa no gustaría ese material tan peligroso y costoso en juguetes o artefactos de superhéroes.

—¿Qué material?

—Desde que esos alienígenas llegaron a Nueva York, dejaron su tecnología aquí que fue robada, adquirida o incluso traficada—Alcé mis cejas volviendo a mirar el proyector—Tranquila, eso no luce peligroso.

—Gracias por el dato—Respondí sarcásticamente—Entonces ¿Usted cree que...

—Eso es más que un juguete de superhéroes que se vende—Comentó él—¿Tu amigo te dijo donde lo consiguió?

—Pues... me había dicho que aquí—El rió negando.

—Te tomó el pelo, si yo, que tengo el mejor local, no lo vendo, entonces nadie lo hace. Quizá lo hicieron especialmente para tu amigo.

—Quizá.

(...)

—Cierra los ojos—Le dije.

—Están cerrados—Respondió él.

—Mientes—Reí.

—¡Están cerrados lo juro!

—¿Cómo puedo saberlo con esa estupida máscara?—El bufó antes de tapar su rostro con una mano a lo que yo extendí el regalo.

Lo coloqué en la mano a lo que el separó su mano de su rostro para tomarlo con ambas manos.

—Un pastel—Sonrió él.

—El primero que hago, así que si sabe sólo a mezcla, lo siento—El negó con una risa nasal.

—Es perfecto—Comentó Spidey antes de darme un beso en la mejilla.

Traje platos y cubiertos de la cocina donde mi madre me preguntó por qué necesitaba tantos, le mentí diciendo que los ocupaba para un proyecto a lo que ingenuamente me dijo que sí.

Juntos comimos el pequeño pastel que sorpresivamente estaba delicioso, o eso es lo que Spidey no paraba de decirme.

—¿Por qué siempre nos vemos aquí?—Pregunté curiosa.

—Porque sería raro salir en una cita con este traje—Respondió el señalándose a si mismo a lo que rodé los ojos.

—No me refería a eso—Reí—Quizá podríamos volar en tus telarañas—Dije sacándole el objeto que sacaba sus telarañas—Aún no sé cómo es posible que algo tan pequeño saque algo tan resistente—Comenté sorprendida.

Habíamos hablado de eso antes, y en como se convirtió en el gran hombre araña. Pero sus telarañas... era todo idea de el, él mismo las había creado, lo cual me asombraba mucho, era un chico muy increíble, inteligente y creativo.

IN YOUR EYES | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora