10: MiMi's Day.

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Algo que definitivamente no solía caracterizar a Min YoonGi, un hombre adulto con un trabajo de ensueño y un salario magnífico, eran los nervios.

Estaba tan acostumbrado a tener todo bajo control que cuando cualquier mínima cosa solía alterar su preciada paz, se volvía un completo loco neurótico nervioso.

Justo como en ese preciso instante.

Ese día su pequeño nalgón cumplía años, y según lo que había mencionado, no habría fiesta o algo por el estilo ya que estaba saturado de tareas muy importantes, así que se mantendría en casa realizándolas.

El plan fue simple, Jimin haría su tarea mientras él le hacía compañía y le preparaba la cena, pero por supuesto que Yoongi quería hacer más que eso.

Jimin se merecía lo mejor de lo mejor, y él estaba ahí para asegurarse de que así fuera.

La cuestión era: ¡¿Qué demonios le regalaría a su pimpollito precioso?!

Llevaba días comiéndose la cabeza tratando de pensar en un regalo perfecto, pero no daba con nada que pudiera superar las expectativas de Jimin.

Había hecho una lista de los posibles regalos para Jimin, no sin antes asegurarse de que no lo tuviera ya.

Al final terminó descartando casi todo de la lista.

Incluso pensó en mandarle a hacer unos shorts pequeños con su cara estampada, pero había una gran posibilidad de que el rubio terminara mandándolo al demonio de una patada directa al ano.

Y Yoongi apreciaba su ano.

Dadas las tres de la tarde, salió directo al supermercado a comprar los ingredientes para la cena y un pastel pequeño para los dos, ya que nadie más estaría en casa del menor.

Se decidió por preparar carne marinada con pasta alfredo, compró una botella de champán y un ramo de girasoles.

Llegando a casa, se esmeró mucho en arreglarse, sabiendo lo mucho que le gustaba a Jimin cuando lucía atractivo, así que se vistió con una camisa blanca arremangada a los codos, un pantalón de vestir color gris y peinó su cabello con algo de gel, se puso su colonia habitual y suspiró con frustración.

Ya era hora de ver a Jimin y seguía sin regalo.

Tendría que improvisar.

Una vez con las cosas en mano, cruzó la calle hacia la casa de enfrente y tocó el timbre, esperando.

No bastaron ni veinte segundos cuando la puerta se abrió y unos brazos se colgaron a su cuello.

Sintió un húmedo besito en su cuello y entonces Jimin se separó, dejando ver su precioso rostro iluminado por una hermosa sonrisa que hacía sus mejillas abultarse sonrojadas.

—Feliz cumpleaños bebé.

Soltando una risilla boba, Jimin se hizo a un lado para dejar pasar al pelinegro, quien dejó las cosas en la mesa, a excepción del ramo de girasoles.

—Son para ti —musitó con la voz ronca, haciendo que Jimin se derritiera por dentro —. Espero que te gusten.

—Todo lo que venga de ti me encanta, gatito.

Después de un rato abrazados en el sillón y compartiendo caricias y besos, Jimin volvió a hacer su tarea en lo que Yoongi se dedicaba a preparar la cena tal y como había prometido.

Aunque ya en la cocina, seguía hiperventilando tratando de pensar un regalo perfecto para Jimin.

—Piensa, piensa… —se dijo a sí mismo, cortando bruscamente los vegetales que acompañarían la carne.

Solo esperaba que Jimin no detectara el sabor de la frustración en la comida porque entonces se pondría a llorar como un bebé.

—Está lista la cena, ven a sentarte, ¿quieres?

Jimin asintió, dejando sus libros de lado y yendo hasta la mesa, tratando de sentarse en una silla.

Fue sorprendido por una mano enroscada a su cintura, atrayéndolo hasta un regazo que conocía a la perfección.

—Hoy seré tu asiento, precioso. Y si quieres puedo ser tu sofá y cama también, piénsalo.

—¿Qué te parece ser el perchero a lado de la puerta?

—Bueno me callo.

Rieron y continuaron con la cena, Yoongi cortando los pedazos de carne y dándole de comer a un sonrojado Jimin, haciéndole mimitos de paso en su cabello y llenándolo de halagos dulces.

Jimin estaba encantado con esa nueva faceta de Yoongi, ya que si bien era una persona cariñosa, ese día parecía especialmente moldeado para complacerlo en todo lo que deseara.

Pasando las once de la noche y con los platos vacíos sin ningún rastro de comida y pastel, volvieron a acurrucarse en el sofá, abrazados y en un cómodo silencio que disfrutaban al compás de música tranquila.

—Jimin, la verdad es que no he podido comprarte un regalo, yo... Per-

—¿Ah?, ¿Regalo? —interrumpió el rubio, separándose del pecho del mayor, viéndole con confusión —. ¿Qué acaso ésto no es un regalo? —inquirió, refiriéndose a la cena y todo lo demás que habían hecho tan solo unos momentos atrás.

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! Ésto es solo una cuarta parte de lo que realmente quise hacer hoy para ti, bombón de caramelo.

—Hyung, créeme que un regalo material nunca podrá compararse con lo mucho que me haz hecho feliz con la cena y los girasoles, estoy muy contento por esta noche y todo es gracias a ti.

—P-Pero…

—Nada. No hace falta nada más que hagas por mi hoy, solo quiero dormir entre tus brazos y que seamos felices toda la vida.

Creyó ir demasiado lejos con sus palabras por el repentino silencio de Yoongi, aunque luego no se sorprendió por lo que su querídisimo novio dijo.

—¿Qué te parece una mamada ahora mismo?

—¡Yoon-… Bueno, eso si me gustaría mucho.

—¡Pues vamos a por ello!

Sí bueno, lo demás ya no puedo contarlo.


























kwndhdiwkwi otro cap que sale de la nada en un momento random de inspiración lol.

-----nahilaaa.

미니 ; MINI CANDY SHORTS ✧ YOONMIN (윤민)Where stories live. Discover now