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Yoongi estaba enojado.

Era eso, o que sentía rencor por el pobre punchingbag del que estaba abusando actualmente.

Corriendo en una cinta deslizante, Hoseok lo miraba por el rabillo del ojo. Trataba de no hacerlo, realmente lo hacía, pero su mirada regresaba a Yoongi como si el agente fuera un imán al que inexplicablemente se sentía atraído. No parecía importar que el gimnasio fuera enorme; todavía era muy consciente del hombre al otro lado del gimnasio.

Hoseok se lamió los labios, tratando de no mirar las gotas de sudor en la frente y el cuello de Yoongi, o la forma en que su camiseta negra empapada en sudor no hacía absolutamente nada para ocultar sus esculpidos músculos. Hoseok estaba casi babeando mientras observaba la flexión de los músculos de Yoongi cada vez que golpeaba la bolsa.

Estaba irremediablemente excitado, pero en su defensa, era casi porno.

Sin mencionar que Hoseok tenía una razón legítima para mirarlo.

Yoongi había estado cada vez más triste y más retraído con cada día en que no lograron verificar la ubicación de la memoria USB. Habían pasado cinco días en el crucero, y la guardia de Kacper todavía no había bajado. El tipo era realmente paranoico. Su camarote estaba custodiado todo el tiempo por dos fornidos guardaespaldas, y Kacper no había sido visto sin su camisa, ni siquiera una vez.

Hoseok podía entender el negro humor de Yoongi; él también estaba muy ansioso. Solo les quedaban tres días. Si no avanzaban pronto, Yoongi probablemente cambiaría de opinión y se lo ofrecería a Kacper. Quizás esa era la razón por la cual Yoongi parecía tan cabreado. Tal vez estaba enojado porque tendría que recurrir a esto después de prometerle a Hoseok que no tendría que hacerlo.

Con el estómago revuelto por la idea, Hoseok alcanzó su Gatorade. Tomó unos pocos tragos codiciosos cuando una familiar voz acentuada dijo:

—No deberías beber mientras corres, mascota.

Hoseok siempre había sido bueno improvisando sobre la marcha y tomando decisiones rápidas. Ya se estaba ahogando con su bebida antes de que el plan se formara completamente en su cabeza. Hoseok gritó mientras tropezaba con la cinta de correr, y cayó hacia el sonido de la voz.

Casi sonrió cuando las manos de Kacper detuvieron su caída mientras su bebida se derramaba sobre la camiseta de Kacper.

—¡Oh Dios mío, lo siento mucho! —Se disculpó Hoseok, con los ojos muy abiertos y tartamudeando— ¡Me asustaste! ¡Déjame limpiar esto! —cogió unas servilletas de la mesa cercana y comenzó a limpiar la empapada camisa de Kacper. Definitivamente había un objeto con forma de memoria USB en la cadena de Kacper, pero no era posible verificar si era idéntico al falso, que le habían dado para cambiarlo. La camisa debía irse.

—Deja de quejarte, muchacho —dijo Kacper con una sonrisa—. Es solo una camisa. Tengo docenas más. No hay ningún daño.

¿Había mencionado lo inquietante que le resultaba el que en ocasiones este hombre pareciera tan amable y relajado? ¿Por qué los villanos de la vida real no podían ser más como los de las películas? Hubiera sido menos jodementes.

—Probablemente debería quitarse esto antes de que se vuelva pegajoso e incómodo, señor — Hoseok le sonrió tímidamente.

—¿Quién soy yo para decir que no, cuando una cosa tan bonita quiere verme sin camisa? —sonrió Kacper.

Hoseok casi rodó los ojos. Pero por fuera, sonrió, mirando a Kacper a través de sus pestañas. Uff, coquetear con hombres horripilantes apestaba. Hoseok apenas pudo evitar estremecerse cuando Kacper se acercó, su mirada fija en las piernas de Hoseok vestidas apenas con unos pequeños shorts blancos.

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⏰ Last updated: Oct 11, 2021 ⏰

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만 조금 shameless [YOONSEOK]Where stories live. Discover now