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Se quitó la ropa y se bañó con agua muy caliente pensando aún en aquella chica la cuál le parecía fascinante. Estaba decidido, mañana a la mañana, iría a verla. Pero hoy descansaría ya que no quería enfermarse y fracasar en su próximo crimen. Mientras tanto, Estela se encontraba poniéndose el pijama mientras su pequeño felino ronroneaba restregándose en sus piernas.-Oh, eres adorable.-Procedió a acariciar al gato cuando de repente tocan la puerta. Estela se acercó y abrió aquella puerta de madera para encontrarse a Víctor, algo desanimado al otro lado.-Parece ser que Sherlock no encontró nada en nuestro paseíto de hoy.-Víctor suspiró y agacho la mirada.-Siento lo de antes, pero pensé que encontraría algo que me condujese al asesino allí.-Dijo desanimado Víctor, aún en el otro lado de la puerta.-Pasa, eres incorregible.-Sonrió y le dio unas palmaditas en la espalda, Víctor pasó y se dirigió a la cocina a hacerse un café.-Oh oh, eso significa trabajo hasta tarde ¿verdad?.-Dijo Estela a lo que Víctor solo respondió asintiendo. Estela suspiró y caminó hacia su habitación, no sin antes pararse en el marco de la puerta.-No te sobre esfuerces mucho ¿ok? te hace daño.-Sonrió y avanzó hasta su habitación donde se acurrucó en su cama para finalmente quedarse profundamente dormida, mientras que en el salón, Víctor sentía como se le iba a salir el corazón del pecho, sinceramente amaba que Estela se preocupase así por el, pero era un hombre duro y no sabía como expresar correctamente sus sentimientos hacia ella, no era el momento, tenía que concentrarse en encontrar al asesino de su hermana para vengarla, eso era lo único que le importaba ahora.

La sombra de sus actosWhere stories live. Discover now