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- Esta bien, después de todo, un poco de ejercicio no me hará mal- Dijo después de decidirse a caminar 20 minutos hasta una tienda abierta las 24 horas. Sus pasos hacían eco en la oscuridad, todo el mundo estaba en sus casas, nadie se atrevía a salir de su casa después de las 20:00 desde que se anunció la aparición de un asesino serial al cual no pudieron dar caza en este pequeño pueblo, al parecer las autoridades le dejaron todo el caso a Víctor, pero el ya lleva 3 meses y aún no ha hallado nada que lo lleve hasta el asesino. Estela ya había caminado 10 minutos cuando escuchó un ruido entre algunos arboles cercanos.-¿Hola?.- Preguntó algo intrigada -¿Hay alguien ahí?.- No obtuvo respuesta, por lo que decidió acercarse a descubrir que provocaba ese ruido por si misma. Se acercó cuando de repente sonó un fuerte maullido detrás suyo, se alejó de los arboles y suspiró aliviada. -Oh, con que solo eras tú pequeño- Acarició al gato el cual ronroneó ante su tacto.-Dime bonito, ¿Qué haces aquí solo en medio de la nada?- Ciertamente tenia razón, era un pueblo muy pequeño y había un bosque enorme al lado, con largos arboles frondosos y mucha fauna salvaje, era ciertamente raro ver gatos ahí teniendo en cuenta que la mayoría de las personas de ese pueblo, solían envenenarlos diciendo que solo traerían más mala suerte a su querido pueblo.

La sombra de sus actosWhere stories live. Discover now