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Estela cogió al gato en brazos y lo examinó de arriba a abajo para comprobar si le pertenecía a alguien, parecía ser que no, el gato estaba muy delgado, era de un color naranja muy bonito con unos ojos de color miel que se adueñaban del corazón de nuestra protagonista.-Realmente estas delgado- Dijo algo apenada, dejando al gato en el suelo, este maulló y dirigió su mirada a un pequeño cuenco de comida posado en la entrada de la casa de un cazador, se dispuso a caminar hacia el, hambriento.-¡No!- Estela logró alcanzar al gato antes de que llegase a ese platillo de comida. -El odia a los gatos y tiene perros muy aterradores, ya sabes guau guau- Dijo tratando de imitar a un perro -Esta bien, hagamos algo, acompáñame a la tienda y yo a cambio, te llevaré a mi casa, tu me protegerás esta noche y yo a cambio, te protegeré toda la vida, es un trato justo , ¿No?.- Sonrió para después alejarse caminando, el gato maulló y la siguió, como si aceptase su trato. En cambio, tras unos arboles, suspiraba de alivio un hombre con una navaja en el bolsillo.-Uf, eso estuvo cerca, salvado por un gato, ¿Quién lo diría?- El no planeaba ser descubierto esa noche, aún era muy temprano para acabar con la primera victima de la noche, pasó un rato escondido viendo como la fémina hablaba con el felino. -Actúa como si le pudiese responder, es muy inocente de su parte, pareciera que estoy viendo a una niña pequeña- Susurró mientras sonreía, obviamente parecían tener la misma edad, 19 años pero se ve que eran bastante diferentes en cuanto a madurez se refiere, suspiró para después ver como se alejaba junto con el gato.

La sombra de sus actosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang