Capítulo 16

1.5K 155 91
                                    

Nashly

Me siento de una forma bastante rara hoy. Es como si mi alma y mi cuerpo no estuvieran del todo conectados. No se siente mal pero tampoco bien. Es extraño.

Como es mi día libre en la tienda. Decidí usarlo para buscar un segundo empleo. Uno que me permita ganar dinero suficiente para pagar mi propia vivienda. No quiero seguir incomodando a Jungkook.

Me dirijo al centro comercial de los árboles bonitos y adornos de luces, así lo identifico ya que tiene un nombre demasiado raro y difícil. Allí se agrupan muchas tiendas, restaurantes, cafeterías y otros negocios que son una fuente de empleo.

Ingreso a una tienda de zapatos y pregunto a la encargada, por desgracia no necesitan empleados. Hago lo mismo con un par de locales pero no consigo trabajo en ninguno.

Cuando no están ocupados los espacios, es por el hecho de ser extranjera. Aunque pocos, a algunos coreanos parecen desagradarles los extranjeros. Es como si pensaran que no soy de fiar.

¿Será por mi cabello? Hago un puchero. Pero si traté de peinarlo y atarlo de forma bonita. Me miro en el vidrio de una vitrina.

No, no es eso. Hoy me veo muy bien. Sí, es uno de esos escasos días en los que me siento muy orgullosa de mi aspecto físico.

Un empujón a mi costado me hace caer contra las impecablemente blancas baldosas. Me asusté pensando que mi padre me ha encontrado.

Pero por suerte no es así. Lo descarto al notar unos converse de tacón en color rojo. Sin duda ese no es el estilo de mi padre y sus ayudantes.

—¡Oh, dios mío! —exclama la chica—. Lo siento, muchísimo.

Hace una inclinación y me ayuda a levantarme. Al hacerlo se le cae una carpeta con hojas de papel que llevaba. Se agacha y las recoje de forma torpe.

—¡Ay! Este definitivamente no es mi día —se queja.

Vuelve a erguirse y me observa con preocupación.

—¿Estás bien?

—Sí, no tienes de qué preocuparte —trato de sonreírle.

—Pero te sangra la rodilla —apunta.

Miró mi pierna. No me había dado cuenta de eso.

—No debe ser nada grave —le resto importancia.

—¿Te parece si vamos al local de mi abuelo? —cuestiona—. Te desinfestaré esa herida.

—Oh, no te preocupes. No hace falta —niego enseguida.

Ya basta de incomodar a personas desconocidas, Nashly.

—Insisto.

Ante eso no me queda de otra que acompañarla. Su nombre: Sung RaeRim. Vive con sus abuelos. Estos últimos tienen una heladería. Sus padres viven en una granja, lejos de la ciudad. Es muy habladora. Literalmente casi me ha contado toda su vida en menos de cinco minutos.

El negocio es bonito y fresco. Es una heladería, ¿a quién no le gustaría un lugar así?

RaeRim trae una caja con productos que me hacen pensar que está acostumbrada a sanarse muchos golpes a sí misma. Me pregunto si en su caso serán accidentales, los míos no lo son. No me atrevo a preguntarle.

—¿Y bueno? ¿Qué hacías por el centro comercial? —pregunta luego de colocar una bandita en mi rodilla.

—Estaba buscando un empleo para poder mudarme —explico—. Me urge encontrar un nuevo lugar para vivir. No voy a poder seguir en el que vivo actualmente.

—¿Por qué? —indaga RaeRim. Por lo que veo es naturalmente curiosa—. ¿El arrendatario es un viejo verde? ¿Te exige un precio demasiado alto?

Ante sus preguntas no puedo evitar imaginarme a Jungkook como un viejito exigiendo dinero. Suelto una carcajada.

—Nada de eso —niego con ambas manos.

Antes de continuar charlando el abuelo de RaeRim se acerca y deja una copa de helado frente a mí.

—Un helado de vainilla, invita la casa —sonríe amigable.

—¿De verdad? Se lo agradezco mucho —realizo una pequeña inclinación en su dirección.

Toma una silla y se sienta en esta. Se le nota cansado.

—Ah, ya estoy mayor —se queja estirando los brazos y moviendo el cuello como si se hubiera quedado oxidado con los años.

—Abuelo, Nashly estaba buscando empleo —menciona RaeRim con doble intención.

El señor Sung la observa con seriedad por algunos minutos. Serio y renuente.

—Vamos, necesitas ayuda y lo sabes —destaca su nieta.

El anciano asiente, rendido.

—Está bien. Puede ayudarme a servir las mesas. ¿Te interesaría, Nashly?

Dirigen su atención a mí y no dudo en aceptar de inmediato.

—¡Listo! —exclama RaeRim con alegría—. Nashly, acabas de conseguir trabajo.

Le sonrió. Fue gracias a ella.

—Muchas gracias.

Niega sin importancia y toma una de las galletitas que adornan mi helado de vainilla. Entonces mira su celular.

—¡Omo! Ya son las nueve de la mañana —con un brinco, se levanta de su lugar—. Te dejo Nashly, llegaré tarde al trabajo.

Toma una cartera y unas cuantas carpetas de forma apresurada.

—La puerta, niña —le advierte su abuelo.

Demasiado tarde, Sung RaeRim ya se había estrellado contra el vidrio. Se frota la frente avergonzada.

—Adiós, abuelo. Luego hablamos, Nashly...

Desaparece de la vista y yo
sonrío. Tiene una forma muy peculiar de ser. Ha logrado caerme bien y apenas la conozco.

Con el señor Sung, acordamos el horario en qué puedo venir. Por fin, siento que las cosas se van encarrilando. Todo saldrá bien, lo presiento.

•°°•°°•°°•°°•°°•°°•°°•

N\A:
¿Ustedes piensan que realmente todo saldrá bien?
😶

Fake Fan • JEON JUNGKOOK [✅]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz