Vodka (3)

43 5 1
                                    


🚬
Thomas Roy

El reto era simplemente perfecto, el único licor que Amelie Wesley no soporta es el Vodka. A pesar de su gran capacidad para injerir bebidas alcohólicas su tolerancia a los sabores es casi nula.

¿Como lo se?

La he visto un par de veces con todos sus amigos falsos y su sonrisa de niña buena.

Rompecorazones Wesley

Hoy perderás

— Aquí tienes tu vaso — le sirvo la copa totalmente llena y ella la mira con asco.

— Que amable — responde con ironia

Que sarcástica

— Lista?.

No lo está

— Si

Pero es buena mintiendo.

Dos doritos más tarde....

Tenía la cabeza pegada a la mesa y los párpados cerrados por los cuales solo un pequeño rayo de azul lograba salir. Sus lentes estaban torcidos y su ceño fruncido.

Que linda

— Ya estas borracha o quieres otro vaso?

Ya esta borracha

— Odio el Vodkaaaaaa, lo odio, también odio las gomitas verdes, ¿quién invento las gomitas de ese color? A nadie le gustaaaaan

Muy borracha

Ella debió haber parado en el tercer vaso pero con lo necia que es, obviamente no lo hizo.

Eran  al rededor de las 3 de la mañana y las personas empezaban a irse, la música se volvía más suave y las luces empezaban a perder color. En ese estado no podría cobrar mi recompensa.

Busque a la otra chica con la que había llegado y al parecer como una muy buena amiga se fue sin dejar rastro.

Tal vez, fue mala idea proponerle ese reto.

Aunque gane

Le gane a la chica que no pierde.

Puedo morir feliz.

— Oye, dime donde queda tu casa, te llevaré.

— mmmmmmmm

¿Mmmmm? Ya nisiquiera habla

— Oye, tiene que ser con palabras

— No te diré nada, ahora tu me caes mal, te odio, ya no quiero jugar contigo

Si voz se volvió como la de una niña pequeña e hizo un puchero.

¿Es enserio, Wesley?

— Esta bien, perdón por lo del vodka

Ella voltea a mirarme y me sonríe de una forma que nunca en mi vida había visto en ella ni en ninguna otra persona, como la sonrisa de un niña que acaba de recibir un regalo pero mucho más brillante.

— Que lindo... — dice ella sin dejar de sonreír — Aprecio tus disculpas, ahora si te dejare jugar

Su cabeza vuelve a caer sobre la mesa y sus lentes se tuercen. Acerco mi mano para quitárselos y de repente ella se levanta alejandola. Me mira con rabia como si hubiera intentado quitarle la ropa.

¿Por qué me mira así?

Solo son los lentes

— No puedes quitármelos, es un regalo, el dijo que no me los quitara.

¿El?

— Quién te dijo eso? — pregunto con amabilidad evitando que se vuelva arisca y decida no contarme

Soy muy curioso, soy tan curioso que cuando tenía 5 años abrí con un tenedor una consola de videojuegos solo para ver que tenía adentro y abrí con un cuchillo de plástico los peluches de mi mejor amiga para ver de que estaban hechos

Tan curioso que derrame jugo de Mora apropósito encima de la chica más inteligente de toda la universidad solo para ver su reacción y justo ahora solo le propuse ese reto para ver cómo se veía borracha.

Tal vez, voy demasiado lejos

Lejos? No, lejos es haberla besado solo para saber el sabor de su brillo labial, eso es ir lejos.

Oh por dios, estoy demente

No, mas bien obsesionado. Las cosas perfectas y delicadas dan tantas ganas de romperlas, como cuando arrancas una flor solo porque te parece linda, ella es igual. Se ve tan vulnerable incluso en este momento que dan ganas de molestarla y demostrarle lo cruel que puede llegar a ser el mundo... Tal vez si estoy loco.

— y bueno ¿Quien te las regalo?

— jajaja, el chico de ojos oscuros

— Jonathan?

— Nooo, ese no, es el que me culpa de haberlo matado

Habla enserio? O ¿solo esta borracha?

— ¿Quién era el?

— Ya te lo dije,  cuando te vi, me recordaste a él — desvía la mirada y se ríe sin dejar de lado el tono de niña — el era muy guapo, aunque al final se veía muy pálido y hasta el negro de sus ojos se apago. Pobrecillo murió, de la nada, pero yo no lo mate ¿o si? ¿Tu que dices Thomás?

Parece que algunas flores también llevan Espinas.

— No creo que hayas matado a alguien.

— Hmmmm, eso mismo me dijo el abogado, se llamaba jerry creo que ahora está en la cárcel por fraude. Pobrecillo, Pobrecillo.

— Cómo se llamaba?

— Jerry

— No, el abogado no, el chico

— Su nombre? Ohhh. El se llamaba... ¿Como era? Se llamaba Jacob

— Jacob?

— No, no, no, era Sebastián o Enrique, uno de esos dos.

— No recuerdas el nombre?

creo que ya se que esta pasando

— Estas segura de que no lo viste en una película?

— Claro que no, puedo recordar perfectamente el delicado hilillo de sangre saliendo de su boca... Ahora que lo pienso, las cosas muertas son lindas, si yo hiciera ataúdes, los haría de cristal y no los pondría bajo tierra, los dejaría afuera, para que el cielo multicolor alumbrara la delicada piel de los muertos y con el tiempo la de los huesos

Estoy seguro de que ella no estaba cuerda, pero yo tampoco así que no podía juzgarla por eso. Su historia, la del chico, me pareció impactante, parece ser que hasta los libros con portadas elegantes pueden contener en sus páginas líneas macabras.

¿Cielo multicolor?

— El cielo no es multicolor

— El cielo de Van gogh lo era.

No estoy seguro de que su historia es cierta, pero de lo que si estoy seguro es de que cada vez mi interés en ella crece.

El Cielo De Van GoghNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ