Epifanía

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No desato las amarras, amor mío.
Casi aprendo a nadar en tu abisal correspondencia,
sin atreverme a ser náufrago de tus ínsulas excepcionales.

Lejano aleteo ya,
para las velas de tu presencia,
para los esbozos sublimes de tu oleada.

No me desencadeno de la ánima, amor mío.
El viento sopla
desde la cruz del sur...

Sólo canto.

Una voz en el maremágnum.

Nombres en la ribera.

Abismales figuras
en el temporal
de los rezos.

Un regocijo agridulce
de epifanía singular.








ÁnimaremágnumWhere stories live. Discover now