She.

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Maratón 1/3

Corro lo más rápido que mis piernas pueden sin tener ningún objetivo en mente. No obstante, voy echando la cabeza hacia atrás, para vigilar que ella no este siguiéndome. Las ramas de algunos arboles de ese bosque frondoso arañan mis brazos, pero ahora mi única preocupación es escapar de ella. Me conciencio a mi misma que debo parar, ya que siento una presión muy fuerte en mi pecho y me cuesta todavía más respirar.

Cuando paro de correr, rápidamente me escondo detrás de un árbol rezando para que no me haya visto. De repente, unas pisadas lentas se escuchan detrás mio y no dudo en girarme. Mierda, es ella. La palidez de su cara la caracteriza, su vestido blanco roto con manchas de sangre fresa tan solo la hacen más tenebrosa.

- ¿Qué...qué quieres de mi?- susurro, al borde de echarme a llorar.

Hace un paso lento y justo cuando su pie toca la hierba, avanza con una velocidad inhumana para acabar a centímetros de mi. Alza su brazo y demasiadas marcas de cortes se encuentran en él, cosa que me aterra inundando mi cuerpo con un escalofrío. Con mis labios formo una fina linea presionando uno con otro, para retener los gritos de horror que quiero dejar ir.

- A él.- murmura, con una voz gruesa, clavando sus ojos oscuros como el carbón que transmiten una frialdad terrorífica. 

Frunzo el ceño sin entender de quien habla, pero antes de que llegara a alguna conclusión, ella alza su mano para señalar con su dedo indice enrollado con una vena ensangrentada tapando esa piel quemada que tiene. Confundida y con miedo, dejo ver mi brazo derecho que estaba detrás mi espalda, pudiendo contemplar aterrorizada como en él hay el nombre de Ashton ensangrentado. Ahora sí suelto un grito y cuando oigo la risa maléfica de la chica, todo se desvanece.

Abro los ojos al instante y mientras intento calmar mi respiración, que se encuentra muy agitada, analizo que me encuentro en mi piso sin nadie, sin esa chica. Suspirando un poco más calmada, quito con mi mano algunas de las lágrimas que se hayan en mis mejillas

Mañana es el día, mañana conozco a Luke, y se me es imposible pegar ojo. Hará dos días que me lo han dicho, y cuando hice una visita rápida a los chicos, ellos no comentaron nada sobre este acontecimiento. Yo tampoco lo hice, ya que entendía y entiendo que es un tema complicado para ellos. En fin y al cabo, él mato a su familia y arruino sus vidas. 

Volviendo al tema de las pesadillas, no quiero contarle nada sobre ellas a Ashton, porqué sabiendo como es, anularía de inmediato la visita a Luke, y no quiero que lo haga. Aunque haya echo lo que me han explicado, tengo la curiosidad como una persona así es, y hasta quiero conocerlo; psicológicamente.

Sabiendo que me va a ser imposible dormir otra vez, suelto otro suspiro frustrado y decido levantarme de la cama. Miraría que hora es, pero inesperadamente, mi teléfono se ha quedado sin batería y el cargador que tenía, ha desaparecido por completo. Así que sin estar orientada horariamente, me pongo de pie y agarro una sudadera gris con el logo de Santa Cruz, por el frío que tengo al llevar esos pantalones tan cortos de pijama.

Busco una linterna en mi maleta, y cuando la encuentro, salgo de la habitación. Respiro profundamente, intentar encontrar el coraje que tengo dentro para caminar por el pasillo con tan solo la linterna de luz. Con un poco de velocidad, travieso ese sitio llegando a la puerta de Calum, la cual está más cerca. Llamo suavemente, para no sonar desesperada, no obstante, cuando oigo unos pasos subir por las escaleras, el corazón se me hiela.

Giro mi cuerpo con lentitud y desde donde me encuentro, apunto con la linterna las escaleras pudiendo distinguir una sombra negra subir. Miro la puerta de Calum, sabiendo que él no me va a contestar, así que corro hacia atrás y la única idea aceptable, aunque absurda, que me pasa por la cabeza es esconderme en una puerta, que me lleva dentro de una especie de armario oscuro.

Justo cuando voy a encender la linterna, oigo los pasos más cerca, cosa que paraliza mi cuerpo completamente. Con miedo y sin poder ver nada, me apoyo contra la pared sintiendo como mis piernas flaquean, sabiendo que esta mucho más cerca. 

De repente, mi mano es inundada por una especie de masa pegajosa. Frunzo el ceño, sin entender que estoy tocando e intento concienciarme que es tan solo humedad, ya que los pasos se encuentran enfrente la puerta. Contengo mi respiración, mientras se escucho la suya de esa cosa muy agitada. 

Mi corazón se acelera y muerdo mi labio inferior, suplicando para que se vaya. Como si algo me hubiera leído mis pensamientos, se oyen como los pasos se van retirando hasta que se alejan. Cuando oigo una puerta cerrarse con fuerza, suelto todo el aire contenido durante ese minuto mientras dejo caer mi cuerpo por esa pared. 

Con la mano alcanzo mi linterna y la enciendo iluminando primero la puerta. Quedo paralizada cuando mis ojos ven toda la madera llena de sangre, y empiezo a iluminar mi alrededor, empezando a ver también restos de sangre y manos por todos lados. Y justo, cuando mi linterna cae al suelo quedando horrorizada con lo que veo, no puedo evitar soltar un grito ahogado tapado con mis manos.

Me levanto al segundo con algunas lágrimas cayendo por mis ojos automáticamente observando con terror los restos y muchas más cosas desagradables de un cuerpo. Con la mano libre que no esta en mis labios, alcanzo el pomo de la puerta con la mirada fija a esa barbaridad, y abro la puerta. Pero justo cuando voy a salir corriendo, mi cuerpo choca contra otro, bastante más alto que yo. Una corriente eléctrica recorre por mi cuerpo y eriza el vello de mis brazos cuando su piel roza la mía. 

Antes de que mi cabeza tuviera un mareo inmediato, consigo ver el rostro de un chico con unos ojos negros como el carbón, que destacan en su palidez.

La palabra muerte es susurrada con voces diferentes pero todas graves, que llegan acabar agotando mi paciencia. De repente, aparecen en la imagen una chica y un chico. Tras mucho observar a la primera, consigo distinguir a la joven de mi sueño. Ésta sin ninguna razón empieza a llorar y ha chillar mientras la persona de su lado sonríe orgulloso. La perspectiva cambia, la chica ha desaparecido y solo puedo contemplar como él llora sin compasión con un cuchillo en mano. Cuando pienso que todo ha acabado, él alza la cabeza creando contacto visual conmigo y antes de que todo desaparezca, con sus labios vocaliza el nombre de Emma.

(...)

Cuando vuelvo a tener consciencia, el dolor constante que sentía en mi cabeza desaparece con lentitud. Por la forma en que estoy estirada, me oriento en una cama. Poco a poco, me digno a abrir los ojos, con la tranquilidad que no hay ningún tipo de luz contra mis pupilas. Cuando mi visión deja de ser borrosa, puedo ver a Calum perfectamente justo a mi lado, mirándome con una sonrisa débil.

- Me alegro que estés bien.- susurra, y a juzgar por su rostro, tiene mucho sueño.

- ¿Qué ha pasado?- digo, mirando a mi alrededor, identificando la  habitación de Calum.

Él desvía su mirada hacia abajo, y se queda en silencio. Eso me toma por sorpresa, aunque aprovecho ese momento para fijarme detalladamente en su rostro; unas ojeras oscuras destacan debajo de sus ojos y su pelo se encuentra alborotado. 

- Cuando llamaron a la puerta unas quince veces, me levanté un poco congelado por el frío que hacia en la habitación, y cuando abrí...- deja de hablar para tomar una ligera bocanada de aire-, te encontré manchada de sangre, sangre que no era tuya.

Quedo paralizada con lo que me explica y él después de soltar un respiro, alza su cabeza para lentamente conectar sus ojos con los míos.

- ¿Dónde habías ido Addison?

Maratón 1/3

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Capítulo editado.

Room 307 #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora