Blue eyes.

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Río mientras intento rescatar la pobre galleta con la forma parecida de Leonardo Dicaprio, aunque todos niegan mi teoría, no obstante sigo apartando el largo de brazo de Calum, para estar a punto de alcanzar la maldita galleta. 

Todos nos encontramos en mi habitación, en mi sofá almorzando cuatro cosas que he encontrado en mi diminuta zona de cocina.  El doctor, como ha hecho desde que esta aquí, se encuentra dentro de su habitación, sin salir ni una vez. La falta de su presencia nos hace estar más tranquilos y estaríamos en silencio, si Calum no hubiera robado esa galleta de mi paquete.

Antes de que me diera cuenta, él deja caer sus dedos con lo que quiero sano y salvo para a continuación comérselo justo delante de mi cara. Quedo paralizada viendo como esa única replica es utilizada como alimento para ese humano inconsciente.

R.I.P. Galleta con forma de Leonardo DiCaprio. 2015-2015.

La escena queda olvidada no mucho después, pero luego de unos cinco minutos, la mano de Calum vuelve a colarse en el paquete de galletas de chocolate, consiguiendo coger una. Gruño y sin importarme que Michael se encuentra en medio de los dos, me lanzo hacia él, tan solo haciendo que mi cintura quede encima las piernas del teñido, y mis brazos lleguen a los hombros de Calum. 

De repente, con un movimiento ágil con la mano, ésta roza la galleta y la hace salir alejarse del alcance del chico. No obstante, antes de que nos de tiempo a levantarnos, un quejido nos asusta a todos. Miramos hacia delante, para poder encontrar al doctor entrar por esa puerta. Frunzo el ceño, viendo como entra con tanta tranquilidad en mi habitación.

- Buenos días chicos, ¿cómo os encontráis hoy?- saluda con una sonrisa que en cambio de transmitirme confianza, hace recorrer un escalofrío por mi cuerpo.

Me siento correctamente al segundo que se acerca a nosotros, quedando muy confundidos a su nueva actitud. Yo miro a Ashton, el cual esta frunciendo su ceño observándolo, como intentando saber que le pasa por su cabeza. El doctor como si nada, agarra una silla de madera que tengo apoyada en la pared y se sitúa delante nuestra.

- Oye, ¿os ocurre algo?- pregunta él, juntando ambas de sus manos encima sus piernas.

Parpadeo varias veces, desconcertada con su increíble cambio de personalidad. No obstante, cuando los chicos empiezan a entablar una conversación con él, mi cabeza empieza a recordar la carta de hará unos días, la cual me aconsejaba no fiarme del doctor. Y sin saber porqué, creo más en esas palabras que lo que está sucediendo ahora mismo.

Quedándome con la carta en la cabeza, mi mente empieza a relacionar hechos, y no muchos minutos después, creo un lío mental terrible, que hace que desvíe la mirada hacia el doctor. Eso solo empeora mi situación. Sus ojos oscuros se clavan con los míos y su contacto visual duele como un cuchillo afilado contra mi piel.

De repente, mi visión empieza a ser doble, mientras no pierdo la mirada en él, y cuando todo inicia a volverse borroso muchas voces distorsionadas llenan mis tímpanos. Entrecierro los ojos, y antes de que me de cuenta, caigo desmayada sin consciencia. 

(...)

Cuando abro los ojos me encuentro a mi misma sin nadie en un pasillo oscuro con tonalidades grises. Todo mi cuerpo tiembla y mi frente esta sudada, sin ninguna razón aparente. Cuando quiero avanzar para salir de aquí, un gruñido muy potente hace que retire esa pisada.

Todo queda en silencio, otra vez. Suspiro profundamente y con temor, empiezo a caminar lentamente. A menudo que voy avanzando, el pasillo va volviéndose más claro y de repente, en una de las paredes se encuentra una fotografía.

En esta foto hay cuatro niños, todos con una sonrisa menos uno. El chico que no sonríe, parece tímido o miedoso a juzgar por su mirada. No encuentro más detalles interesantes y dejo de observar esa foto cuando justo un pitido agudo invade el lugar.

Pero eso tan solo dura unos segundos, ya que de repente, cuando quiero observar mi alrededor, unos ojos se encuentran observándome. Su color azul oscuro no se puede distinguir a la perfección, pero siguen siendo muy penetrantes.

- ¿Quién e-eres?- tartamudeo, con miedo.

- Ángel, huye de los chicos y del doctor. Él solo quiere haceros daño, ¿no lo ves? - susurra, con un hilo de voz que llega a mi corazón al momento, por la tristeza que contenía.

Antes de hablar, intento buscarlo una vez que él ha desaparecido entre esa oscuridad, no obstante no llego a conseguir mi propósito.  Sus palabras han creado una presión en mi estomago, y no entiendo el porqué. 

Y no mucho después, todo se vuelve negro.

(...)

Una mano acaricia mi frente con dulzura y a la vez siento una presión fuerte en una de mis manos. Por el tacto de su piel, no dudo en que es Ashton. Intento abrir los ojos, pero tan solo en querer hacerlo, un dolor insoportable creado por la luz de la habitación me hace cerrarlos otra vez. Para que Ashton se diese cuenta de mi presencia, consigo ejercer poca fuerza para presionar su mano.

- ¿Addison? ¿Estás bien? Abre los ojos por...- antes de que acabase, niego con la cabeza con lentitud. Y él se queda queda callado durante unos segundos, pensando- ¿La luz?

Sonrío sin poder evitarlo y asiento. Noto como la cama pierde presión de mi lado derecho, y a continuación, la iluminación que siento a través de mis parpados desaparece. Poco a poco, voy abriendo los ojos, pudiendo contemplar el rostro de Ashton justo a mi lado. Él me sonríe y con agilidad, se acerca a mi, para dejar un pequeño y dulce beso encima mis labios.

- ¿Qué ha pasado?- mascullo, un poco aturdida, pero no sin una sonrisa en mi rostro.

- Perdiste la consciencia- explica y empieza a acariciar con su pulgar mi mejilla-. El doctor nos mando llevarte a tu cama y poner hielo encima tu cabeza. Tengo que decirte que Calum no paraba de preguntar si estabas bien y Michael hacia lo mismo, pero sin gritar y temblando.

Ruedo los ojos, sonriendo enternecida por su preocupación. 

- Addison...¿soñaste con un chico alto o rubio?- susurra Ashton, con temor.

No logro entender su miedo, pero niego con la cabeza.

- No, que yo recuerde- contesto, no obstante sigo hablando-, pero sí que vi unos ojos azules.

Su rostro queda tenso, y traga saliva mirándome fijamente.

- ¿Te dijo algo?

- No mucho más de que lo que yo ya sabía.- susurro, encogiendo mis hombros con indiferencia.

Ashton no queda conforme con mis palabras, y yo intento sonreír ligeramente, para tranquilizar su mente. Acaba asintiendo con un suspiro y acaricia su pelo con sus manos, se baja encima la cama y se sienta en una silla que se encuentra justo a mi lado. Junta nuestras manos, mientras se cruza de brazos y los deja apoyados encima la cama para esconder su cabeza allí.

- Addison- susurra hablando y lo miro, aunque no pueda ver su rostro-, te quiero.

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Capítulo editado

pos aquí escribiendo mientras veo un directo de rubius #goals. 




Room 307 #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora