Capítulo 16: La Tentación

Comenzar desde el principio
                                    

Comencé a sentir como su cuerpo y el mío comenzaban a unirse haciéndome suya en ese momento.

Sentí un fuerte dolor punzante el cuál luego de algunos segundos, se dispersó. Para luego, dar paso al placer.

El silencio de la habitación se lleno de gemidos mientras que Dexter me hacía suya. El sentir su cuerpo rozando junto al mío era un deleite. El sentir su respiración en mi cuello mientras éste se movía incansablemente, era un éxtasis.

Nuestros cuerpos comenzaron a sudar mientras Dexter me miraba a los ojos sin parar de moverse.

Sus gemidos eran la gloria.

El tiempo se detuvo mientras Dexter y yo hacíamos el amor, mi mente estaba en blanco mientras que mí cuerpo solo sentía y disfrutaba de cada sensación.

Al culminar, Dexter se tiró de espaldas sobre la cama mientras recuperaba el aliento. Yo, por otro lado, me quedé acostada mirando el techo de la habitación suspirando.

—Necesito saber tu nombre, ¿como en realidad te llamas? —Preguntó todavía con la voz agitada mientras miraba el techo.

—Me llamo Emily. —Murmure faltándome un poco el aire.

—Un placer Emily. —Murmuró mientras volteaba su cara para mirarme. —Tengo tantas preguntas. —Susurró mientras pasaba su mano suavemente por mi rostro.

—Lo sé, prométeme que no le dirás a nadie. —Tomé su mano entre las mías.

Dexter se quedó mirándome a los ojos, mientras miles de pensamientos comenzaban a pasar por mi mente.

¿Me delatará? ¿Le dirá a todos?

—Lo prometo siempre y cuando nos sigamos viendo. —Sonrió.

Sentí como liberaba un peso de mis hombros al escuchar que Dexter no me delataría.

—Nos seguiremos viendo, lo prometo. —Sonreí mientras me acercaba al costado de Dexter y colocaba mi cabeza sobre su hombro.

Al cabo de unos minutos, nos quedamos dormidos.

***A LA MAÑANA SIGUIENTE***

Comencé a despertar al sentir como un rayo de sol golpeaba mi rostro desde la ventana.

Al abrir los ojos, me percaté que aún seguía en la habitación de Dexter.

Dexter estaba a mi lado aún dormido. Ahí estaba, tan hermoso como siempre, con su cuerpo desnudo sobre la cama.

Tras contemplar a Dexter por unos segundos, salí de la cama con mucho cuidado de no despertarlo. Tomé mi ropa y me metí al baño. Comencé a vestirme rápidamente mientras mi mente solo me mostraba los recuerdos de anoche.

Con una sonrisa en el rostro, me coloqué la faja sobre mi pecho y me puse mi camisa, para percatarme de que estaba completamente destruida.

Sin hacer demasiado ruido, salí a la habitación y me percaté de que Dexter siguiera dormido. Abrí el armario y tomé una de las camisas de éste y me la coloqué.

Me dirigí hacia la puerta de salida, y observé a Dexter antes de marcharme. No podía dejarlo así desnudó, por lo que caminé hacia la cama, le arropé con la sábana y salí de la habitación.

Bajé las escaleras hasta mi piso, llegue hasta la puerta de mi habitación y entré rápidamente.

—Buenos días Alejandro, ya veo que la has pasado bien. Juzgando por tu pelo despeinado, por la ropa como la traes y el que no llegaste a dormir. —Rió Austin.

Colegio Wolfrahan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora