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HAN MYEONG

—¿Por qué te fuiste? —cuestiona el chico pelinegro

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—¿Por qué te fuiste? —cuestiona el chico pelinegro.

Sus manos se encontraban en los brazos de aquella chica de cabellos largos. Frente a frente, después de tantos años.

Ella no pensaba verlo de nuevo, tan siquiera se había planteado en su cabeza tal situación.

La chica conocía el temperamento del pelinegro, sabía cómo se comportaba y cuáles eran sus límites. Cuando conoces de tantos años a una persona es inevitable no saber cómo era.

Una pregunta sencilla dicha por ese chico, Sun-oh.

Solo lo miraba fijamente, su mente estaba en blanco. Verlo de nuevo, con esos ojos que tenían un brillo excepcional de desesperación, tal vez mezclado con ese sentimiento de traición por parte de la jóven.

Varios minutos se habían plantado en aquel oscuro y reducido lugar, no era una situación ideal para hablar de ese tema o de cualquiera en general, de hecho, cualquiera que los viera pensarían que la chica se encontraba en peligro.

¿Lo estaba realmente? No, solo estaba enfrentando después de muchos años aquella situación que había dejado a medias.

—¡Responde, Myeong! —exclama —. Maldita seas.

Eso último, aunque pretendía ser un susurro para si mismo, la chica terminó escuchando. Dejaba que todo lo que tuviera para decirle saliera de sus labios, mientras que la pelinegra en su mente planteaba mil respuestas pero ninguna, a su parecer, sería lo suficientemente convincente para el chico.

¿Era mejor decirle la absurda verdad?

Esa pregunta tenía como respuesta: no. La verdad era estúpida y seguramente, Sun-oh pensaría que es una cobarde si admitía con honestidad, pero no tenía una excusa fantástica, no tenía algo con que engañarlo y huir como ya lo había hecho una vez.

Era enfrentar la realidad y quedar como cobarde, o era huir y quedar como cobarde.

Cualquiera de las dos opciones daba igual resultado.

—¿Cuántas noches has esperado a que alguien se quedará? —expresa por primera vez la pelinegra.

El chico frunce el ceño con confución ante la pregunta tan repentina y sin, aparente sentido de la chica.

—Sun-oh, yo estaba ahí para tí, he estado yaciendo con la única esperanza de que estés bien.

El chico empezó a suavizar su agarre de aquella chica, tratando de entender que era exactamente lo que quería decir.

¿De que estaba hablando? Se preguntaba así mismo.

Ella fue la que me abandonó, solo está tratando de darle la vuelta a la situación. Era lo único que se repetía como respuesta ante tal pregunta.

En cambio, la chica ve la duda en sus ojos, ese debate interno de no saber a lo que se refería realmente.

—Si tú estabas mal te anteponía antes que cualquier otra cosa, y ahora que me doy cuenta, es simplemente ridículo que yo haya dado todo por una persona que nunca hubiera dado lo mismo —explica la de cabellos largos por lo bajo —. ¿Qué hubieras dado por mí? ¿Te hubieras quedado una noche como las tantas que yo estuve para tí?

El silencio se hace presente, ella no quería decir la verdad, tampoco iba a echarle la culpa a él. Aunque parecía que si lo hacía, la realidad es que responder la pregunta que había hecho él en un principio no era tan sencillo como parecía, no era simplemente decirle que era porque gustaba de él.

Va más allá de eso, era el hecho de que para esa época colegiala, se sentía sola y que la única persona que no la hacía sentir de esa manera —de la cual también había estado enamorada varios años— la estaba abandonando por otra persona, el saber que solo la buscaba cuando él también sentía la soledad acompañando sus días. De ser la segunda opción de él, si es que la primera le fallaba.

Ella estuvo para él aún cuando ella sabía que cuando necesitase de su compañía, él ya no estaría para la chica.

El silencio había sentenciado una respuesta: no se hubiera quedado.

¿Por qué se fué?

Se fué porque no tenía nada que la hiciera quedarse, no tenía motivos para hacerlo y eso... Fue lo que la orilló a irse.


INFINITY ━━ Hwang Sun-oh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora