𝑴𝒐𝒓𝒏𝒊𝒏𝒈𝒔𝒕𝒂𝒓 [𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚] +𝟏𝟖

43

—D-Dania... ¿Hace cuanto estas ahí? —pregunto Marcus mirándome asustado.

—Desde que le decías a Mattheo sobre lo de Draco —él trago saliva— confíe en ti, Marcus, eras la persona en la que más confiaba, no creí que fueras capaz de hacer algo así, y además ¿Quieres desterrar a tu propio padre al lago de fuego? ¿Tienes idea de la mierda que estás diciendo? Tu no tocaras a Azazel, el que será desterrado al lago de fuego serás tu, por traicion a tu reina, y te quedaras ahí hasta que yo considere que puedas salir —solté y me miro con cierto temor que trataba de disimular.

—No Dania, no serias capaz.

—Lo haré, Marcus, me traicionaste, sabes cosas sobre mi que nadie más conoce, sabes por todo lo que he pasado y me traicionaste de esta forma tan... Débil.

—Dani... Yo te amo, quiero estar junto a ti.

—Pero yo no.

—Ese mortal solo es un capricho que no te durará más de 60 años, y sabes que así será, verás que cometes un error Morningstar, y cuando te des cuenta, yo estaré gobernando —sonrió con burla y Draco se iba a acercar a golpearlo pero fui mas rápida.

—¿Como te atreves? —golpee su rostro haciendo que caiga al suelo tocandose la mejilla y me miró molesto— arrodillate y disculpate, ahora —demande y frunció el ceño.

—¿Que?

—Lo que oíste, arrodillate ante mí, soy tu reina, y de ahora en más, así te dirigiras a mi, como tu superior, por que cariño, lo soy, ahora arrodillate —Marcus me miro con odio y rencor y como no obedecía, con mi magia hice que se arrodillara— disculpate como se debe con tu reina.

—Lo siento mucho —murmuró agachando la cabeza humillado.

—Repitelo, no te oí —solté. Mis ojos eran rojos y mi mirada era desilusionada pero tapada por un manto de miradas burlonas hacia Marcus.

Me dolía, mucho, pero no permitiría que pasen sobre mi, o lo intenten sin consecuencias.

—Dania... —hablo Mattheo pero hice que callara con la mirada.

—Lo siento mucho, mi reina —hablo humillado.

—Ruegame. Ruega mi perdón y quizá te reduzca un poco la condena —ordene y me miró abriendo los ojos a tope.

—¿R-rogar? —inquirió.

—¿Recuerdas la vez que uno de los demonios menores me desobedecio? —él asintió— y supongo que también recuerdas lo que le sucedió —él trago saliva— lo que te haré no será nada en comparación a eso, la traicion es algo imperdonable para mi.

—Lo siento mucho reina mía, no volverá a pasar, se lo ruego... Ruego su perdón, pero no me exilie, por favor —rogó y sonreí altiva.

—Marcus Edevane, desde este momento tu solo eres un demonio más, no puedes ser invocado y serás exiliado y no saldrás hasta que yo lo considere oportuno —hable y me miró asustado.

—No, Dani, por favor... Te estoy rogando —yo reí.

—¿En serio creíste que con solo rogarme tan inútilmente te dejaría sin sanción? Lamento decepcionarte pero así no funciona —hice que se levantará agarrado del cuello con mi magia— y menos después de traicionarme —chasquee los dedos y aparecieron dos de mis demonios convertidos en su forma humana— ¿Como estas Asmodeus?

—Muy bien mi reina... ¿Que necesita? —pregunto.

—Lleva a Marcus al exilio, se le revocará su magia, no podrá ser invocado ni mucho menos sacado del exilio hasta que yo lo ordene, Marcus Edevane será desterrado al lago de fuego en cuanto mi padre me lo permita —conteste y ambos asintieron.