Derek

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El anciano cansado vio la vieja aldea desde lejos como si fuera el espejismo más hermoso que había visto en su vida. Muy debilitado por los largos días que pasó perdido en el bosque, comenzó a caminar hacia su refugio.  Tenía que salvar a su hija de esa bestia en el cuerpo de una mujer.

El bar siempre lleno de alborotadores esa noche parecía mucho más concurrido.

- Kevin, tráeme otro trago. -Dijo el arrogante.

- De inmediato, Derek. - Habló el camarero a toda prisa.

Derek Shepherd era el gran héroe de ese pequeño lugar, no solo pequeño de pies cuadrados, sino pequeño de mentes inteligentes. ¿Quién no vería desde lejos que, de hecho, ese héroe era el gran villano de la historia? La gente de allí vivía solo de apariencias y títulos, Derek tenía mucho de eso. De complexión alta y fuerte, el hombre ya había pasado ileso por tres guerras, lo que le hacía tener prestigio como buen guerrero. Pero tal vez se quedó callado en su rincón mientras los demás peleaban, este era Derek, inteligente.

- Dinos Derek, ¿cómo fue ganar tres guerras? - preguntó un anciano que vivía en el pueblo.

Derek puso los ojos en blanco con desdén y superioridad hacia el hombre, siempre eran las mismas preguntas estúpidas.

- Algunos hombres nacen con la fuerza de un Dios Rick, fui bendecido, no hay bestia en el mundo que pueda derribarme. - respondió inflando su pecho con orgullo.

Jackson, un joven de puro corazón, puso los ojos en blanco y negó con la cabeza, este acto no pasó desapercibido para Derek.

- ¿Qué es Jackson? ¿Te sientes intimidado? -Derek preguntó descaradamente.

- No, no veo a nadie en este mundo invencible. -respondió con convicción.

Mark se rió en voz alta y se puso de pie.

- No muestres tanta envidia, Jackson. Derek puede matar a las bestias más peligrosas con una sola mano, puede defender todo este pueblo del mal solo, es una roca.  - Dijo el gilipollas de Derek.- Nadie aquí pelea mejor que Derek, nadie aquí es más valiente que Derek, nadie aquí es más fuerte que Derek.

Todos estuvieron de acuerdo, y Jackson decidió callarse, no por aceptación o acuerdo, sino por odiar alboroto innecesario.

- Sea cual sea el peligro que pueda aparecer, Derek estará listo para enfrentarlo y descartarlo.

Mark se estaba llenando la boca para hablar sobre Derek y sus falsas conquistas. Al otro lado de las mesas, las chicas suspiraron y mostraron sus escotes para que Derek pudiera ver con claridad. Todo era tan estúpido, la gente tan vacía.

- ¡AYÚDENME!

El grito sobresaltó a todos en la habitación y varios ojos se volvieron hacia el anciano que había entrado al bar.

- ¿Thatcher? ¿Qué paso? -Derek preguntó levantándose.

Thatcher Grey podría confundirse fácilmente con un lunático, no es que la gente no pensara ya que lo era. Su cabello desordenado, su ropa sucia y apestosa, sus ojos enrojecidos, un hombre destrozado.

- Ella se la llevó, está con mi chica... Tenemos que hacer algo... Mi Meredith... - Dijo palabras sin sentir mostrando a la gente toda su locura, al menos eso es lo que todos pensaban.

Pero cuando escuchó el nombre de Meredith, Derek, se interesó y tocó el hombro de Thatcher. Quizás era su oportunidad perfecta para tener a la hermosa niña.

- ¿Qué le pasó a la dulce Meredith?  - preguntó fingiendo preocupación.

- Ella se la llevó, esa mala mujer la tiene prisionera ahora. - Thatcher habló aterrorizado.

- No entendemos de qué estás hablando.

- En medio del bosque hay un palacio habitado por una mujer muy mala.  Meredith está atrapada en ese horrible lugar. - Dijo el anciano.

Todos se rieron excepto Derek, quien ya tenía sus intenciones inventadas. No creía una palabra del anciano, pero en su mente era la oportunidad perfecta para tener la mano de Meredith.

- Deja de estar loco, viejo. - dijo Mark.
Derek lo interrumpió y abrazó a Thatcher a un lado.

- Llévame a este palacio, si Meredith está en peligro la salvaré. - Dijo.

Todos se sorprendieron por la actitud del guerrero pero pronto la sorpresa dio paso a la admiración, en sus cabezas Derek era un señor de la bondad. Thatcher consumido por la desesperación creyó en Derek e incluso llegó a pensar lo mismo que los demás, lo bueno que era Derek.

- Está en el bosque, te llevaré allí. - Habló Thatcher.

Derek agarró su abrigo y llamó a Mark para que se uniera a ellos, por lo que partieron hacia el bosque en busca de un palacio que pensaban que solo existía en la cabeza de Thatcher. El carro había estado funcionando durante más de dos horas cuando el anciano le pidió que se detuviera.

- Creo que está aquí. - habló Thatcher tratando de reconocer el lugar.

Los días en el bosque a merced de la oscuridad y el hambre confundieron la mente del anciano y la paciencia de Derek se había agotado.

- Vamos Thatcher. - dice Derek.

- No, mi Meredith está en el...

- No existe un palacio, ni una mala mujer. Pero hay lobos y nos comerán vivos. - Habló irritado.

- Entonces, ¿por qué querías venir conmigo? - preguntó el anciano también irritado.

- ¡PORQUE QUIERO CASARME CON ELLA! - Gritó fuera de control. Derek lo fulminó con la mirada y comenzó a negar con la cabeza.

- Vamos. -Derek habló volviéndose para devolver el carrito.

- Meredith no está en la ciudad, está detenida y la voy a perseguir ¡Y NUNCA TENDRÍAS MI ACEPTACIÓN PARA UNIRTE A MI MEREDITH! - Habló el hombre decidido y enojado.

Derek apretó los puños y gruñó en voz baja. Mark, su fiel compañero, al darse cuenta de esto, corrió a tratar de calmarlo, pero el joven se volvió hacia Thatcher y lo miró.

- Thatcher, mi viejo amigo, perdóname.  - Dijo acercándose.

Thatcher sin entender parecía asustado y cuando estaba a punto de decir algo le pegó un puñetazo en la cara haciéndolo caer inconsciente al suelo.

- ¿Que hiciste? - preguntó Mark asustado.

- Trae esa cuerda. -Exclamo Derek.
Incluso sin entender, Mark corrió hacia el carrito e hizo lo que le dijeron.  Derek arrastró a Thatcher a un árbol y lo ató.

- Cuando los lobos acaben con él, Meredith no tendrá a nadie más que a mí. - dice Derek.

- Solo para escuchar todas las opciones, ¿no hay nada menos cruel?  - preguntó Mark.

- No. - Dijo Derek subiéndose al carro y llamando a Mark, quien aun así le dio una última mirada al hombre atado al árbol antes de seguir a su amigo.

En el fondo, Mark no quería ser parte de tanta crueldad, pero no había vuelta atrás, él era el que eligió el lado malo de la historia.

Beauty And The Beast - MeddisonWhere stories live. Discover now