Distintas puntas de una misma línea

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Noviembre, 2018

-Otra vez tú por aquí -la saludó el camarero.

Y es que la doble ronde de chupitos no le bastaba a la gallega para aguantar el espectáculo que estaba dando Mimi con la morena aquella. No habían parado un segundo, y cada vez con más intensidad. Para rematar, acababan de irse juntas al baño, y Miriam prefirió no pensar en lo que seguramente estaba pasando allí dentro.

-Sí, ¿Marcos? -le preguntó algo afectada por el alcohol. No había bebido demasiado, pero sí muy rápido, y sumado a los tequilas, pronto iba a ir a peor.

O a mejor, porque así no pensaría en la granadina. No lo había hecho caso en toda la noche, se acercó un par de veces para quedar bien y volver con la otra chica a los dos minutos. Y ella había sentido más de una mirada tanteando terreno, pero llevaba una mala hostia encima que no se sentía con ganas de fingir ni coquetear con ningún chaval.

-Mario, preciosa. ¿Tú? -le preguntó sonriente.

<<Miriam, no estás celosa, no puedes estar celosa de tu amiga>>.

-Yo... Miriam -le dijo al final.

-¿Qué te pongo, Miriam? -le dijo meloso. -Tengo de todo lo que te apetezca -añadió sugerente.

-Ron cola, y un ticket, que el anterior estaba estropeado -le respondió coqueta pero sin darle esperanzas de nada más.

-Marchando -y mientras se lo servía, el chaval no pudo evitar lanzarse a preguntar: -¿Pareja?

-¿Qué?

-Que entiendo que una chica tan guapa tiene pareja, ¿no?

-Ahhh -dijo la gallega sonriente sintiendo de nuevo sus mejillas enrojecer. -No, soltera se está genial, gracias -le dijo simpática.

Del tirón se bebió el cubata que acababa tenderle el camarero, ganándose una mirada divertida del chaval. Aquello le iba a subir en dos segundos.

-Eso puede tener arreglo, -y la ceja alzada de la gallega le hico añadir: -aunque solo sea por una noche -sugirió tendiéndole la bebida con el ticket en la mano.

-Gracias, toma -le tendió más dinero del que debía. -Me pones una piña colada y te la cobras de ahí -añadió decidida.

Mario se desplazó un momento para preparar la bebida mientras Ricky, que había presenciado la escena se acercaba rápido hasta la barra.

-No me has contestado -le dijo dándole la vuelta y el nuevo pedido de la gallega.

-¿A qué hora sales?

-A las tres, ricitos -le guiñó como quien se sabe vencedor de un campeonato complicado. Si estuviera en su situación y ella en la de él, ya estaría voceando con sus amigos.

<<¿En qué momento les parece sexy llamar a una chica ricitos? Penoso>>.

-Pues abrígate, que refresca mucho -soltó girándose para encontrarse de frente con un mallorquín a punto de carcajearse por la cara del chaval.

<<Esa es mi leona>> pensó Ricky.

-Que ya está Ago, estamos en esa mesita alta de la esquina, tira -la agarró del brazo para llevarla al lugar escogido para descansar un rato.

-¿Qué las pasa, señoras? Con lo animado que está esto -les preguntó más que achispada.

-Claro tú te acabas de verter en la garganta un copazo, no jodas, así cualquiera entra en calor -le decía el canario. -¿Y Mimi?

KILLA / Miriam²Where stories live. Discover now