KILLA / Miriam²

Bocazas

Octubre, 2018

-Como faltes un lunes pierdes puntos, que lo sepas -le advertía con el índice en alto.

-No me lo pierdo, no me lo pierdo. Si en casa siempre lo veíamos, ¿verdad? -le preguntó a su hermana.

-Yo sí, vosotros lo poníais de fondo porque os aburría -respondió con suficiencia pinchando un trocito de carne con el tenedor.

-Bueno, pero no salía la famosa Lola Índigo -dijo alzando las cejas a la bailarina.

-A ver si dura más que en OT, ah no espera, -hizo una pausa teatral mientras fingía acordarse de algo- que ahí no nominan -la apuñaló la gallega partiéndose de risa.

-Pero será cabrona -dijo con una sonrisa lanzándole un trozo de pan. -¿Cómo la has aguantao tantos años? -preguntó haciendo como que la gallega no estaba presente. -Yo no la soporto, menos mal que se ha acabao la gira porque me da hasta miedo, está loca del coño -siguió aumentando así la risa de la menor.

-Me contrataron mis padres -susurró en un tono demasiado alto dirigiéndose en exclusiva a la rubia mayor.

La gallega no había parado de reír desde que habían llegado al bar. Siempre que esos dos se juntaban, Miriam dejaba de lado sus preocupaciones, solo había cabida para disfrutar. Le encantaba que su familia le tuviera tanto cariño a la granadina, incluso más de una vez la habían animado para que la llevara a Pontedeume.

-No veas, menudo poder adquisitivo gastan los pulpiños... -dijo girando un poco su cabeza para fijarse en Miriam. -Come y calla -la reprendió de broma al ver que la gallega estaba a punto de decir algo con esa sonrisilla maliciosa. -Es más mala que un doló.

-Pues te quedaste sin regalo, ale -dijo con gesto enfurruñado aparentando estar enfadada.

-Nooooooooo, Miriiiii, que es broma -le dijo granadina acercándose a ella para soltarle un beso en la mejilla.

Efrén miraba la escena sonriente, encantado de ver a su hermana tan contenta. Parecía que estaba presenciando un pique de pareja. 

-No, no, no -negó con su dedo índice, gesto típico en ella cuando se picaba de broma.

La granadina miró al gallego haciendo un puchero.

-No sabes lo que perdiste, Mimi -añadió más leña al fuego.

-Pues dímelo ya que no me lo va a dar.

-¡No! Efrén no se lo digas.

-Pobrecilla, Miriam. No sufras que es una baratija de estas de adorno.

Mimi soltó una pedorreta divertida.

-Con lo que te quejas de los típicos souvenirs y me traes a mí uno, ¿estaba borracha? -preguntó a Efrén.

-JJAJAJAAJ, Dios, la conoces demasiado.

-Bah, era broma, no pude traer nada, Mimita, me lo quitaron en el aeropuerto -le dijo con un pucherito.

<<¡Qué actrizón se perdió España!>> pensó el gallego ante la salida de su hermana.

-¿Cómo que Mimita? ¿Qué cursilería es esa? -la picó poniendo cara de desagrado.

La gallega lo miró amenazante pero un poco sonrojada. Nunca la llamaba así si no estaban solas, pero supuso que sentirse tan en casa por un momento la había hecho bajar la guardia.

-De cursilería nada, pa algo bonito que me dice -replicó con dramatismo.

-¿Cómo que algo? -gruñó. -Te digo muchas cosas bonitas, chica.