DESEO PROHIBIDO 🔞

CAPÍTULO 16: Picnic.

Abro los ojos y veo a Camil junto a mí. Al principio me espanto ya que parece un cadáver, pero al ver su pecho subir y bajar me doy cuenta que solo está dormida, muy dormida.

El sonido de mi celular llama mi atención y de inmediato lo tomo.

ATRACTIVO REPARTIDOR:

Buenos días, hermosa.

¿Cruda? Si bajas podré darte un remedio para aliviarla.

Abro los ojos como plato y me asomo por la ventana del cuarto de Camil.

Frente a la casa está Jack recostado en su auto y sosteniendo con una mano su celular.

Se ve demasiado sexi con esos jeans y esa chaqueta negra de cuero. Trae el cabello alborotado y un cigarrillo entre los labios.

Corro de inmediato al baño y me veo fatal. Intento arreglarme lo más que puedo y bajo corriendo para encontrarme con él.

Al salir él comienza a sonreír y se acerca a mí.

- Hola. - me saluda con una gran sonrisa y me guiña un ojo.

- Hola. - respondo sonriendo como una boba.

- ¿Cómo estás? ¿Cómo va tu primer cruda?

- Siento que me va a explotar la cabeza. - río y entrecierro los ojos ya que el sol me lastima.

Jack lo nota y levanta su mano para cubrir mis ojos del sol. Me sonrojo y comienzo a sonreír de nuevo como una tonta.

- ¿Quieres ir a desayunar?

- Planeaba desayunar con Camil y...

- ¿Segura que no prefieres un pícnic?

Abro la boca en señal de asombro y él sonríe.

- ¿Y bien?

- Creo que Camil puede desayunar sola. - también sonrío y él extiende su mano para que lo siga al auto.

Jack abre la puerta del auto para que pueda entrar, una vez que lo he hecho rodea el auto para entrar también.

Una vez dentro él nota que estoy batallando con el cinturón de seguridad así que decide ayudarme. Al hacerlo su cara queda demasiado cerca de la mía y no puedo evitar ver sus hermosos labios rosas.

Él se percata de mi mirada y me mira a los ojos para después bajar la vista hasta mis labios.

Estoy demasiado nerviosa así que carraspeo y él sonríe para después alejarse un poco.

- Listo. - dice mirando el cinturón.

- Gracias. - respondo tímida.

- ¿Música? - pregunta encendiendo el auto.

- Eh, no, por favor.

- Cierto, te duele la cabeza. - dice haciendo una mueca. - En la guantera tengo aspirina, puedes tomarte una.

- Oh, sí, gracias. - respondo.

En seguida abro la guantera y al momento de que lo hago saltan un montón de condones hacia mí.

- ¡Mierda! - grita y se detiene abruptamente.

- Ah, que... que precavido. - digo torpemente y lo miro.

- Y-yo lo, lo siento. Te juro que eso no es mío.

- N-no te preocupes. - carraspeo e intento sonreír. - Está bien, es normal, creo.

Miro la guantera y todos los condones nuevos. Hay de los normales y también de sabores distintos. Muchos sabores en verdad. Uno que me llama la atención es sabor a chocolate con menta, así que lo tomo y se lo muestro a Jack.