DESEO PROHIBIDO 🔞

CAPÍTULO 4: Game over.

Voy caminando por el largo pasillo lleno de estudiantes adolescentes con problemas de todo tipo. Unos lloran por sus calificaciones, otras por no ser tan bonitas como equis persona y otros solo discuten entre ellos por temas estupidos.

Cada quien pertenece a un grupo, a una manada. Mientras tanto, yo no pertenezco a ningún lado y eso me hace una presa fácil.

Sigo caminando, tengo la sudadera de Byron hatada a mi cintura haciendo que tape mis muslos por detrás y en los lados. La sudadera rebota cada vez que camino y agradezco tenerla puesta, ya que en su defecto podrían verme el trasero.

- ¡Oye! - escucho la voz de una chica detrás mío, sin embargo, no volteo, ya que no se si me habla a mí. - Oye tú, transferida. - dice y me doy cuenta que sí, si me habla a mí.

Giro y me encuentro con una mujer de mi estatura, tiene el cabello rojizo, pecas, ojos grandes y azules, su piel es blanca pero menos que la mía, es alta, con curvas, tiene grandes pechos y unos labios carnosos.

- Dime. - respondo al terminar de mirarla.

- Eso... - dice apuntando la sudadera. - Eso es de Byron. ¿Qué haces tú con eso? - cuestiona dando un paso hacia mí.

- Ah, ¿esto? - digo tomando la punta de una de las mangas. - Él me la dio. - respondo y ella abre los ojos como plato.

- Él no se la da a nadie. - dice dando otro paso hacia mí. - Damela. - dice en forma de orden y yo sonrío.

- Quitamela. - respondo dándome la vuelta y volviendo a caminar.

Escucho sus pasos apresurados detrás de mi y yo acelero el paso. Estoy a punto de topar con pared y debo decidir si giro a la derecha o a la izquierda. No lo pienso mucho y giro a la izquierda y choco de una con un pecho duro.

Levanto la mirada y es Byron mirándome con furia. Estoy a punto de salir corriendo por donde venía pero escucho de nuevo la voz de la pelirroja.

- Ahí estás pe... ¿Byron?

Giro para poder encontrarme con su rostro y Byron me hace a un lado quitándome de en medio.

- Leyla. - dice Byron a secas.

- Yo, eh... ella tiene tu sudadera, seguro te la robó y...

- No, yo sé la di. - dice Byron interrumpiendo a quien ahora se es Leyla. - ¿Algún problema?

Ella solo niega y lo mira con amor y dolor, es una situación bastante extraña, así que prefiero irme pero Byron me detiene.

- Acompáñame. - dice tomando mi muñeca y llevándome hacia el pasillo de la derecha.

Seguimos caminando hasta que llegamos a los vestidores. Cabe aclarar que entramos al vestidor de hombres y lo bueno es que no hay nadie, solo él y yo.

- Conseguí esto para ti, espero te quede. - dice sacando de su casillero una falda un poco más larga que la mía.

- Gracias. - digo y me quito su sudadera. - Ten. - se la extiendo pero él no la toma.

- Tienes que lavarla antes de dármela. Estuviste sentada sobre eso. - dice haciendo una mueca de asco.

- ¿Insinúas que huelo mal? - pregunto y él asiente. - Puedes olerme si quieres. - digo enfadada y sin pensar.

Byron comienza a reír sin parar, después vuelve a la seriedad de antes y me mira fijamente.

- ¿Quieres que huela tu trasero? - dice acercándose a mi y yo doy un paso atrás.

- N-no... lo... lo que quise decir es que... - escucho la puerta abrirse y lo empujó a la parte de atras de los casilleros mientras tapo su boca.