Puede que aun recuerdes lo que sucedió hace unos cuantos años, a Peter despidiéndose de Wendy. Ambos sabían que esa vez seria la ultima para siempre, pero se tendrían en el corazón hasta el final de sus días y así fue.
Una cálida tarde de verano en...
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La esperada carta de Londres había llegado, Jane de inmediato la abrió y pudo ver perfectamente la caligrafía de su madre que le contaba como se encontraba, al parecer estaba muy bien pero había sucedido una tragedia que en el momento en el que Jane leyó aquello cayó de rodillas en shock, no podía creerlo. Su padre había sido solicitado como soldado en la guerra y había partido hace una semana, ni siquiera había podido despedirse.
Su tía de inmediato la estrechó entre sus brazos como pudo ya que no estaba muy acostumbrada a semenjante acción, pero había recordado el dolor que sintió de pequeña cuando perdió a su padre de tubercolosis al igual que a su madre y lo sola y destrozada que estaba, deseaba que alguien la abrazara y reconfortara. Así que no dudo en hacerlo con Jane, además de que era su única sobrina, al menos por el momento. Poco a poco el dolor se paso y oraron un momento para que su padre se encontrara bien y aunque la tía Dempsie sabía que las propabilidades de que Edward regresara con vida eran muy bajas, ya que con cada día que pasaba la guerra empeoraba y aún más en las ciudades grandes como Londres. Cada día solicitaban más soldados y enfermeras. A éste paso los países se quedarían sin jóvenes.
El día de partida de Jane a Londres llegó, corrían de un lado a otro en la estación de tren, con Carl cargando las maletas de la pequeña como podía tratando de seguirles el paso y como era de esperarse se le negó abordar el tren ya que Jane era bastante pequeña aún y solo se permitian las personas adultas, al escuchar aquello Jane bufo y deseo crecer deprisa.
