CAPÍTULO 7.

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Conforme el tiempo pasaba, la pequeña Darling comenzaba a crecer, y ya se notaba con facilidad, ya que sus vestidos cada vez se hacían mas pequeños y le dejaban de quedar rápidamente

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Conforme el tiempo pasaba, la pequeña Darling comenzaba a crecer, y ya se notaba con facilidad, ya que sus vestidos cada vez se hacían mas pequeños y le dejaban de quedar rápidamente. Los lindos vestidos que su madre había preparado para ella a la hora de despedirse aquel día ahora le quedaban por encima de los tobillos.

Y no se si lo han notado pero los niños suelen crecer tan deprisa que no siempre es notorio, pareciera que de un día al otro ya se convierten en adultos, tan así que ni siquiera sus propios padres y mucho menos ellos parecen notarlo. Un día están jugando plácidamente a las escondidas en el patio trasero y al otro ya están listos para entrar a la universidad y cuando menos lo esperan ya han crecido tanto que es difícil recordar los dulces momentos de la niñez y apenas pueden saborearlo al ver a sus pequeños hijos al jugar.

Eso le había pasado a la tía Dempsie, era hija única en una familia casi de la realeza, la única en hacerse cargo de las incontables riquezas y deberes de su familia, apenas tuvo tiempo de saborear unos segundos su niñez y al no haber contraído matrimonio y no haber tenido hijos no podía recordar aquella sensación de nuevo. Por eso a veces parecía tan fría y despreocupada, parecía que le faltaba algo. Pero desde el momento en el que había llegado Jane parecía que algo comenzaba a cambiar muy en el fondo de su corazón poco a poco, al fin de cuentas solía pasársela sola con la única compañía de sus fieles y amigables sirvientes que quería más como a una familia y solía tratarlos como tal. Con el pasar del tiempo tanto Jane como su tía se habían acostumbrado a su presencia, tanto así que la nueva vida de la pequeña se había vuelto su nueva rutina, se acostumbró rápidamente a sus clases y al temperamento de su tía al igual que a la forma tan rimbombante en la que solía hablar a veces, incluso ya comenzaba a entender un poco más su vocabulario al igual que los nuevos idiomas que comenzaba a aprender, y sus clases de piano ya no solían ser una tortura que con cada día que pasaba sus dedos se movían con gracia sobre aquel instrumento y de pasar a que se oyera como si dieran fuertes golpes en el piano sin sentido, ahora se podía escuchar una dulce melodía salir del estudio, cosa que complacía mucho a su tía y alegraba el oído de los sirvientes. Con cada día que pasaba la tía Dempsie se convertía más en su figura materna y ella en su pequeña hija.

Believe JaneWhere stories live. Discover now