9 - Un recuerdo doloroso

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- Hola Junnie- la voz del hijo del amigo de su padre apareció detrás suyo

- Hola...qué haces aquí?- el niño se sentó al lado suyo mirando el hermoso lago que había en la cabaña.

- Lo mismo puedo preguntarte...- el niño le devolvió con una bonita sonrisa que sacaba a relucir un par de bellos colmillitos.

A Junkyu le gustaban, porque hacían que el pequeño pareciera un adorable cachorrito.

- Por qué no me llamas Junkyu como todo el mundo? 

- No te gusta que te diga Junnie?- el pequeño preguntó, a lo que Junkyu negó con su pequeña cabecita

- No me gusta ...

El niño se acercó y le sonrió, comenzando a hacerle cosquillitas sacándole las carcajadas a  Junkyu.

- Junni?- Junkyu volvió a negar

- Koala?

- No, ese me lo dice Mami

Se mantuvo pensativo un momento hasta que chasqueo los dedos y se le ocurrió un apodo único para su amigo.

- YA SE YA SE!!!!!!!- el chico saltaba de la alegría y aplaudía con las manitas haciendo que Junkyu lo mirase como si le hubiese salido una tercera cabeza - Nunu...

Junkyu se quedó congelado en el regazo de Haruto apenas el sobrenombre salió de los labios del moreno.

Aquellos ojos azules le cuestionaban con la mirada, y lo taladraban analizando cada una de sus reacciones. El dolor de cabeza comenzó a agobiarlo de sobremanera.

No era posible que Haruto supiera nada sobre lo que su mente se negaba a mostrarle completamente.

Sin embargo, por primera vez al observar los ojos de Haruto, se dio cuenta de que le eran conocidos.

El está muerto, Junkyu intentó razonar con aquella parte de su mismo que comenzaba a cuestionarse a atormentarlo.

- Qué pasa Junkyu? No te gusta mi apodo? - el moreno lo miró interrogante, mientras Junkyu empezaba realmente a preguntarse porque algo le decía que ya esto había pasado antes.

Cómo rayos Haruto sabía sobre ese pequeño sobrenombre de su infancia?

No tenía sentido...

- No es posible...- susurró tan imperceptiblemente que hasta para Haruto fue difícil de escuchar.

Junkyu cerró los ojos un momento tratando de calmar su errática respiración y calmarse. Saltó lejos del regazo del moreno y fue a parar a la esquina de la habitación con ambas manos encima de la cabeza.


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Hyunsuk se dio suavemente en la frente al escuchar lo que pasaba dentro del cuarto, con ganas de entrar y tomar a Haruto por el pescuezo.

Había algo más profundo que Haruto se negaba a contarle. Demasiadas preguntas venían a su mente, así que sin más y dispuesto a averiguarlo todo corrió a buscar a su madrina.

Necesitaba respuestas.

Caminó lo mas rápido que pudo, y llegó al despacho que ocupaban. Tocó discretamente, y se sorprendió un montón al ver a la mujer más fuerte deshecha en lágrimas.

La ultima vez que Kim Hayoung había llorado, fue aquella fatídica noche cuando se enteró del cruel asesinato de su esposo y su hija.

Hyunsuk corrió hacia ella y se arrodilló, dándole un abrazo de consuelo. 

- Anda, sacarlo todo fuera - fue lo único que consiguió decir para que se calmara un poco. Las palabras de consuelo le sobraban siempre, pero esta vez no tenia idea de que podía hacer.

Estuvieron así aproximadamente diez minutos, hasta que Hayoung decidió que ya había sido suficiente. Abrazó a Hyunsuk un poco más y se fue separando poco a poco.

- Acaba de cortar tu cabello, pareces una jodida mujer - comenzó

- A Yoshi le encanta tomarme por ahí, así que largo se queda - le guiño y procedió a dejarle un sonoro beso el mejilla haciéndola reír

- Ignorare lo que acabas de decir, más bien dime que haces aquí - sonrió y se acomodo en la enorme silla de cuero.

- Madrina...que pasó con la familia Kim?- Hayoung abrió la boca para responder con una negativa sin embargo fue interrumpida- Ruto no me lo dirá y yo necesito saber, necesito las respuestas

Hayoung suspiró y se levantó, yendo hacia la ventana.

- Todo pasó hace exactamente 20 años...


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Las paredes comenzaban a asfixiarlo y solamente esa palabra hacia que su corazón palpitase.

Junkyu miro a Haruto fijamente y tembló al ver la gélida mirada que este le estaba dando.

- De donde sacaste eso? - El tenia que saber...su mente necesitaba respuestas.

- Junkyu...ven aquí...

- Haruto por favor necesito saber de donde sacaste ese apodo... Por favor te lo suplico

Haruto miro la delgada figura de Junkyu, en la esquina de la habitación recostada a la padre con las manos en la cabeza. Algo le decía que quizás había dado demasiada información.

Era aún muy pronto para dejarse llevar por los labios del pelinegro y soltarlo todo de golpe.

No.

Aun tenían que suceder mas cosas para que estuviese satisfecho. Sin embargo, los ojos negros cristalizados llamaban a esa parte de el, que reclamaba al chico que tenía delante.

- El viernes empezarás a trabajar en el Diamond, hoy uno de mis hombres hará tu contrato y estarás allí - Experto como siempre en cambiar el tema, Haruto hablo como todo un hombre de negocios

- Haruto...por favor...

- No Junkyu, yo te ordeno no tu a mi...Pero ya que estas tan interesado en saber...no lo recuerdas? De verdad, lo olvidaste? - Y Junkyu tuvo miedo del trasfondo de esas palabras porque...

A quién había olvidado? O mejor dicho...a quién no podía recordar?

CLOSERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora