6 - Llegamos

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Haruto despertó sintiendo el calor de un cuerpo junto al suyo. El reloj marcaba las 10 con cincuenta minutos y el más que sorprendido, volteo a ver al cuerpo que dormía junto al suyo...y levemente sonrió...

Despierto era como un huracán que revolvía sus emociones, pero dormido era como todo un ángel. Los párpados caídos, los labios semiabiertos, y el pequeño hilo de saliva que estaba cayendo directamente en la almohada.

Pero eso no era lo que tenía fascinado a Haruto.

Era lo bien que encajaba el cuerpo de Junkyu con el suyo.

Ah, como voy a disfrutar marcarte, pensó para sí mientras sentía un ligero toque en la puerta. 

Asahi entró sigilosamente y le hizo a su jefe una reverencia

- Buenos días, Ruto cómo te encuentras? - Hamada Asahi  siempre había sido un joven de pocas palabras, el primer amigo que tuvo en la Universidad que no lo miraba por su dinero.

- Mejor, ¿estamos ya cerca de la casa Watanabe?

- En 20 minutos llegamos a Seúl, ya Hyunsuk le informo a su madre que le dispararon

- Bastardo - iba a tomar a Hyunsuk del cabello por lengua larga - Dile a mi madre que llevamos un invitado especial

- Ya está hecho - hizo una reverencia y volvió a salir.

Cerró los ojos por un minuto, y al volver la cabeza se encontró con un par de ojos negros felinos que lo miraban atentamente. 

Para Junkyu, él era un completo desconocido. nunca se habían visto,

excepto por el día en el que se descubrió que su agraciado padre no era más que un farsante y un mentiroso. Haruto era todo lo que él no quería, y estaba asustado. Aún tenía que adivinar por qué.

- Esto me parece un DejaVu- Junkyu habló lentamente

Haruto solo lo miro interrogante, y a la vez confundido. ¿Eso sería posible? Él realmente creía que no, así que optó por simplemente admirar al chico.

Junkyu se incorporó aún semidormido y midió la temperatura de Haruto.

-No tiene fiebre, como se siente el hombro? - preguntó

- Aún duele, pero es más soportable que ayer, ahora sal y dile a Hyunsuk que venga - Necesitaba alejarlo antes de que saliera a la luz lo que con tanto esfuerzo había logrado encerrar con llave.

Junkyu salió de la cama con una pequeña molestia rodeando su aura.

¿Por qué Haruto no podía ser un hombre normal? O aún mejor, ¿Por qué mejor no le daba un tiro y terminaba así con su miseria? Asumió que Hyunsuk era el rubio que ayer lo había amenazado con tirarlo del jet si a Haruto le pasaba algo, y lo localizó comiendo con el chico que amablemente le había permitido chequear a Haruto la noche anterior.

-Señor Hyunsuk, Haruto lo necesita en su habitación - el rubio lo miró con un poco de molestia sin embargo asintió y le guiño un ojo al chico Junkyu tomo asiento frente al chico, logrando captar toda la atención del pelinegro, quien lo miraba interrogante

–Quería agradecerte por dejarme chequear a Haruto anoche

- Oh, no te preocupes, ¿pero tengo interés en algo...si eres solo un profesor de primaria, como es que sabes curar heridas de bala?

Junkyu se congeló en el lugar y abrió los ojos. Como era posible que ellos supieran que era profesor de primaria. Sin embargo, teniendo en cuenta todo lo que le había sucedido, no dudaba de nada.

Su padre nunca había estado de acuerdo con que el estudiara enfermería, y a pesar de haber pasado sus dos primeros años esforzándose en ello, al final termino cambiándose a magisterio. La única persona que lo había apoyado había sido su hermano Doyoung, y estuvo decepcionado cuando él había cambiado de opción.

-Una larga historia - respondió simplemente

- Y una triste por lo que veo, soy Yoshi- el chico le tendió la mano y le sonrió – tendré que esposarte lo siento

- Oh, no te preocupes, supongo que a eso venía – Junkyu le sonrió amablemente y le tendió sus manos. Las esposas no le dolían, sin embargo, el las odiaba por cada segundo que pasaba.

El olor de la comida, le estaba haciendo la boca agua y su estómago sonó como si fuera una alarma, recibiendo la mirada de todos y logrando que su pálida piel se volviese del color de una cereza.

-¿Tienes hambre? – Yoshi le preguntó mientras lo miraba con el ceño fruncido - ¿Desde hace cuánto no comes?

Si contabas lo suficiente, habían pasado exactamente 2 días desde que él no se alimentaba correctamente, y a juzgar por el sonido de su estómago, necesitaba comida.

Yoshi lo miró esperando una respuesta a lo que Junkyu solo se encogió de hombros.

-Aquí tienes – empujo su plato al chico, mientras todos veían la escena sorprendidos. Yoshi sabía que iba a recibir una buena riña de Hyunsuk, pero a él no podía importarle menos – Aliméntate

Junkyu alternó su mirada entre el plato, el chico que estaba frente a él y las esposas en sus manos.

-Oh, perdona - Yoshi le quitó las esposas - Ahora ya puedes comer

No lo dudó ni por un segundo y tomó el utensilio comenzando a comer. El sabor de los condimentos era lo que necesitaba para su paladar, eso más el hambre que tenía le hizo devorar todo rápidamente. Colocó el utensilio en el plato, justo en el momento en que la puerta de la habitación de Haruto fue abierta por Hyunsuk.

Junkyu bajo rápidamente las manos para evitar que el rubio viera que aún no tenía las esposas, ganándose un guiño de Yoshi.

-Acomódense todos, llegamos a Seúl

CLOSERWhere stories live. Discover now