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—¿Hacemos algo? —Pregunto Draken.

—Depende. —Murmuré.

—¿De qué?

—Si tengo que levantarme no quiero, pero si me quedo sentada si jalo.

—¿Vamos a escupirle a los carros desde el puente? —Sonrió y yo me levanté.

—Vamos.

Cuando ya estábamos en el puente, se nos quitaron las ganas de gastar saliva, entonces solo nos sentamos y compartimos un pan.

—¿Entonces...? ¿Aceptaras la propuesta del abuelo? —Pregunté partiendo un pedazo del pan para después meterlo en mi boca y comenzar a masticar.

—Puede ser, pero necesito buen promedio, ¿No?

—Algo así, solo necesitas tener un promedio de ocho para arriba, ya después el abuelo te meterá a una buena escuela, y si todo sale bien después podrás trabajar en la empresa de Niell con las acciones del abuelo.

—Ah, aún no estoy seguro... Siento que eso no es lo mío, lo mío es más como... Motos y peleas.

—Bueno, con lo que puedas ganar de dinero, pones un taller mecánico, y puedes hacer peleas... O igual formar una pandilla junto a Mikey, pero sin ser tan visible... ¿Me explico?

—Lo pensaré, suena a un buen futuro. —Sonrió.

—Uh, préstame tu mano. —Pedí sacando un plumón de mi chaqueta.

—¿Por qué tienes un plumón? —Se rió.

—Algún día alguien me va a pedir un autógrafo y no tendré plumón. —Dije y comencé a trazar rayas en su mano.

—¿Quién piñas va a querer un autógrafo tuyo?

—Deja de reírte, te mueves y me muevo, baboso.

Hice algunos dibujos, como un cangrejo, una especie de tentáculos y cositas así mientras hablábamos de la vida.

—Listo, ¿Qué tal? ¿Ya me puedo ir de tatuadora? —Sonreí mordiéndome el labio.

—Wow, es increíble. —Dijo sorprendido mirando su mano.

—Obvio, todo lo que hago es increíble. —Dije echando mi cabello hacia atrás como toda una diva.

—Ay cállate, no sabes cocinar.

—Tú no sabes meter la ropa a la lavadora y nadie dice nada.

—Silencio niña.

—Tomalaaa. —Me reí. —Ah, ¿Te acuerdas cuando me preguntaste como me llamaba? Y te dije que me decían horrenda, mugrosa y niña... Qué tiempos.

—Ven aquí pequeña cagona. —Draken me abrazó. —Siempre hueles a salsa Valentina.

—¿Por qué todos dicen eso? —Hice puchero.

—¿No será porque siempre tienes un sobre de salsa Valentina en tu chaqueta?

—Esa es una mentira co.... —Pues sí, ahí estaba el sobre. —...china. En mi defensa nunca se sabe cuando pueda necesitarla.

—Si claro.

—¿Hacemos una carrera de aquí al edificio? —Sonreí levantándome y quitándome el polvo del trasero.

—Acepto, el que pierda...

—¡Se viste de chica! —Exclamé comenzando a correr.

—¡Tramposa!

Comenzamos a correr pero aparentemente Draken me estaba dando cierta ventaja, lo empuje y se cayó a un arbusto.

—¡Moe, te voy a matar!

—¡Inténtalo anciano!

Grave error, Draken me adelantó llegando más rápido al edificio. Así que me ganó.

—Deje un....... pulmón..... allá atrás..... —Dije sin aire.

—Tendrás que vestirte como la chica que eres, suerte con eso. —Se burló girandose y luego me cargó en su espalda.

—Me voy... a... morir por tu culpa.

—Yo no fui el que propuso una carrera, eres muy débil.

—¡Yo no soy débil! —Exclamé parándome por mi cuenta y corriendo hacia el elevador, entré y antes de que Draken pudiera llegar las puertas se cerraron. —¿Quién es la débil? Ja, baboso.

Lo sorprendente fue, que justo cuando las puertas se abrieron y fui hacia nuestro departamento, Draken ya estaba ahí con una sonrisa triunfante aunque hiperventilando, pero con estilo.

—No veo el Harry pero veo el Style. —Sonreí y el echó una carcajada.

—Eres débil.

—¡Qué no soy débil ctm!

—Te reto, a una pelea, a puño limpio.

Moe sintió el verdadero terror.

—Aprecio mi vida, gracias. —Dije tranquila yendo dentro del departamento.

—Ya admítelo, eres débil. —Sonrió de costado.

—Acepto hijo de tu madre. —Gruñí.

—Mañana, en el templo. —Dijo entrando a su habitación.

—Pff, no soy débil, ¿Quién demonios se creé?

°°°

—¡Taijuuuu, necesito que me hagas fuerte! —Lloriqueé entrando a su departamento.

—¿Eh? ¿Y ahora que? —Gruñó.

—Drakencito me retó a una pelea, ¡Necesito consejos! —Hice un puchero abrazando su torso y poniendo mi mentón en su pecho, mirándolo.

—¿Para qué mierda te metes en eso sí no sabes pelear?

—Porque me dijo débil.

—¿Y no? —Se burló.

—Te voy a patear. —Amenacé.

—¿Y cuando se van a enfrentar?

—Mañana en el templo. —Chillé alejandome de él. —¿Qué debería hacer para vencerlo?

—Pon atención, porque no lo repetiré. —Dijo quitándose el abrigo.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now